Ana Rodríguez. El director del Centro Andaluz de la Fotografía, Pablo Juliá, ha estado en Huelva con motivo del homenaje que el Festival Internacional de Fotografía Latitudes 2013 ha rendido este año a la entidad con sede en Almería. Desde sus comienzos, el CAF ha colaborado con la muestra onubense. Sin ir más lejos, en su quinta edición, Latitudes acoge tres exposiciones del Centro: ‘Inner Condition’ y ‘Follow me’, que se exhiben en el Museo de Huelva y ‘Lisboa… nostalgia del futuro. Lisboa revisitada’, la cual se inaugura el miércoles, 20 de febrero, en Cantero Cuadrado.
– El Centro Andaluz de la Fotografía es el gran homenajeado este año en Latitudes. ¿Cómo ha sido esa relación entre el CAF y el Festival de Fotografía?
– Coinciden varias cosas. Por un lado, que el Centro Andaluz de la Fotografía es el único centro público que hay en este país dedicado a la fotografía y, por otro, que mi amistad con José Luis Ruiz viene de hace muchísimos años, desde el 68 ó 69, cuando los dos llevábamos temas relacionados con el cine. Entonces, un día, José Luis se pasó por el CAF para ver lo que teníamos allí y, desde el principio, desde su primera edición, Latitudes ha contado con exposiciones del Centro Andaluz de la Fotografía.
– ¿No piensa que hubiera sido más adecuado el homenaje al CAF el año pasado, cuando el Centro cumplía 20 años?
– Yo creo que no tiene nada que ver con nuestro aniversario y sí con Latitudes. El Festival ha considerado que ésta es una etapa intermedia, donde puede haber cambios, y han creído conveniente que, ya que nosotros hemos trabajado desde el principio con ellos, ahora es el momento de rendirnos un homenaje.
– Traéis tres exposiciones este año. ¿Cuál es, como director del Centro, su concepción de las mismas?
– Nuestra concepción es siempre una concepción universal e internacional. La fotografía no es un fenómeno local, tiene que tener un principio universal. Hacemos fotos todos, con un iphone, con una tableta, con cualquier cosa hacemos fotos y desde pequeños. La fotografía forma parte del lenguaje del ciudadano de hoy. Nuestras exposiciones son de un cariz muy internacional aunque podamos tener autores que sean andaluces, pero no los tenemos porque sean andaluces, sino por ser universales en su manera de entender la fotografía. En esta línea hemos traído, por ejemplo, un sevillano, como es Pablo Sánchez; al chino Wang Kingsong y a un ciudadano del mundo como es Nadav Kander.
– Latitudes este año trae su primera exposición de desnudos…
– El desnudo es un paisaje. La orografía del cuerpo humano es un paisaje maravilloso. Yo no entiendo por qué se hace un distingo del desnudo como un fenómeno en sí. A mí el desnudo en fotografía me parece de las cosas más bellas que hay. Y el desnudo es como si vieras un paisaje, así lo he visto yo siempre.
– El año pasado, por Latitudes pasó una exposición denominada ‘iPhoneography’, que daba pistas de las innovaciones que se están llevando a cabo en el mundo de la fotografía. ¿Hacia dónde cree que se encamina ésta?
– Recuerdo esa exposición, me gustó mucho. La fotografía cada día se hace más pública. Creo que eso está muy bien porque es una manera distinta de escribir, de comunicarse y que tenga acceso todo el mundo me parece bueno. Pero ello no debería servir para que los medios prescindieran de los periodistas. Son dos temas distintos. Uno es un profesional de la imagen que tiene que atender a un determinado público, un periodista, y otros son relatores humanos que se comunican a través de la fotografía con sus smartphones, con sus tablets… Hay que hacer fotografías y que sea más sencillo hacerlas es fantástico pero no olvidemos que una cosa es hacer fotos como el que escribe y otra cosa es ser García Márquez. No todo el mundo tiene que ser García Márquez.
– Paco Elvira nos comentaba hace unos días que ser fotoperiodista es una manera distinta de mirar…
– Y lo es. Un fotógrafo es muy mediático, tiene que intentar ser simplemente un medio para llegar al lector que lo mira, que lo ve, pero tienes que saber traducir lo que estás viendo en una imagen que sea clara y rotunda del fenómeno tal y como se está viendo. Yo creo que eso es una manera distinta de mirar, porque no vale con que llegues a un sitio y fotografíes de repente, tú tienes que hacer un editorial en tu imagen de lo que estás queriendo contar y, evidentemente, si tienes que traducir en una sola imagen algo que estás viendo, tienes que esforzarte mucho para que sea claro el mensaje de lo que estás contando.
– ¿Cómo definiría usted la labor o el papel de un fotoperiodista?
– Yo creo que, para un fotoperiodista, lo de menos es hacer fotos. Lo de más es cómo se llega a hacer esa foto, cómo alcanzas tú el nivel para poder hacer una foto determinada. Tienes que ser psicólogo, saber idiomas, utilizar mucha técnica… En realidad, un fotoperiodista es un hombre universal, un hombre del Renacimiento, una persona que tiene que tener una cultura muy grande y que debe saber estar en los sitios, debe saber llegar a las cosas. A veces simplemente consiste en hacer nada más que una sola foto, a veces consiste en esperar y oir lo que te están contando para tú saber por dónde quieres hacerlo. Un fotoperiodista mira de manera muy distinta a como miran el resto de los mortales.
– ¿Qué proyectos tiene el CAF y usted a nivel personal?
– Yo siempre he querido unir mi destino al del CAF, del que fui parte del Consejo antes de ser director. De hecho dejé el periodismo en un momento determinado porque me parecía que este proyecto podía añadir algo más a la fotografía, podía hacer más cosas que interesaran. Yo adoro al CAF, me siendo muy cómodo ahí, me siento muy realizado… Tenemos mucho que hacer aún. Y en realidad lo que hacemos es lo que nos exige la gente, que nos está apoyando. Tenemos una gestión muy bonita, muy sencilla, muy fácil. Hacerlo mal es más difícil que hacerlo bien.
Proyectos hay muchos, ahora tenemos más cortadas las alas por las reformas económicas. Estamos haciendo de la necesidad virtud, jugando en nuestro terreno, intentando conseguir nuevas cosas. La gente no está notando los recortes porque tenemos autores internacionales muy importantes. Sale muchas veces más barato que hacerle una producción a un artista local, por eso ya no hacemos producciones. Lo que va a pasar, debido a la crisis, es que se va a crear un desierto generacional muy grande.
Nosotros le estamos echando toda la imaginación que podemos. Estamos intentando hacer un encuentro de bloggeros, un encuentro de gente joven, para que, por lo menos, puedan hacer una proyección en una pantalla y tengan el refrendo del CAF. Estamos intentando utilizar todo lo que podemos.
– ¿A nivel andaluz hay muchos fotógrafos que se están apoyando en vosotros?
– Sí, lo que pasa es que nosotros tenemos cuatro exposiciones al año, no estamos haciendo producciones, por eso buscamos nuevas fórmulas para dar apoyo a la gente. Pero queda mucho, mucho… queda todo.