HBN. La Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Huelva es una de las áreas más relevantes para una provincia como Huelva. Por este motivo, en Huelva Buenas Noticias hemos querido acercarnos a conocer los principales temas de la actualidad gestionados por este departamento de la Administración andaluza. Lo hacemos a través de esta entrevista que realizamos a su delegada, a Josefa González, que permanece en el cargo desde octubre de 2013.
Josefa Inmaculada González Bayo (Cartaya, Huelva, 1966) es ingeniera técnica agrícola por la Universidad de Huelva y, hasta el momento de llegar a la Delegación, desempeñaba funciones de asesoramiento directo a agricultores en el Ayuntamiento de Cartaya.
La delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente cuenta con una amplia trayectoria profesional vinculada con la formación y orientación laboral, que ha desempeñado en la Federación de Mujeres Rurales de la Unión de Pequeños Agricultores (2012) y en el Ayuntamiento de Cartaya y la empresa privada entre 1994 y 2002. También fue concejala de Desarrollo Local y Agricultura en esta corporación (2011-2012).
-Delegada, su Delegación es una de las que más competencias absorbe dentro de la Administración andaluza…
-El abanico es amplio. Es cierto. Pero también lo es el de otras consejerías y delegaciones que abarcan a distintos departamentos. En el caso de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente la responsabilidad es mucha, porque son muchas las materias que se tratan en el día a día. Pero ello te permite también estar más cerca de los problemas de la provincia –aunque parezca que tienes menos tiempo para cada uno de ellos, también se saca–, ver su realidad en su conjunto, conocerla mejor y, por tanto, tener un mayor conocimiento de causa a la hora de tomar decisiones. Es apasionante. Por eso, porque son muchas las materias y todas de gran relevancia para el desarrollo social y económico de nuestra provincia, para articularla, para vertebrarla.
Hablamos de sectores clave como la agricultura, la ganadería o la pesca, ejes de la economía provincial, fuente de empleo y riqueza y, por consiguiente, base de la sostenibilidad del medio rural, de la fijación de la población al territorio. Hablamos del medio ambiente, del urbanismo y de la ordenación del territorio… Es complejo. La responsabilidad es mucha, pero ayuda el equipo, el magnífico grupo de trabajo que conforman todas y cada una de las personas, de los trabajadores, de la Delegación Territorial. Ese apoyo es fundamental, porque es lo que te permite atender todas esas competencias. Es apasionante.
–¿Cómo fue su adaptación a la Junta viniendo de Cartaya?
-Venir de donde vengo, seguro, ayuda. Procedo del municipalismo. Vengo de Cartaya, donde fui concejala, precisamente, de Agricultura y de Desarrollo Local, unas áreas desde las que también asumí materias como la gestión de ayudas o el medio ambiente. Eso te da conocimiento del sector, que es importante, pero también cercanía. Es muy similar. Tanto en el caso de una concejala como en el de una delegada o de cualquier otro cargo público, la cercanía es fundamental, la voluntad de servicio, de ayudar. Es uno de los principios que tenemos en el Gobierno andaluz, estar al lado de la gente, de los que sufren, de los alcaldes y concejales como portavoces de los problemas de los vecinos de su pueblo y, cómo no, de los sectores, de los agentes sociales de cada uno de ellos. La cercanía es diálogo y el diálogo lleva a acuerdos y a mejores soluciones. Todos, entre todos, tenemos que construir la provincia que queremos. Es el momento de la gente y para ello, para que así sea, se necesita gente cercana.
-¿Cuáles son los principales temas en los que está trabajando en estos momentos?
-El agua. El agua es, en estos momentos, nuestra principal preocupación y nuestra principal ocupación. Porque el agua es lo que mueve una provincia, a una sociedad. Su grado de disponibilidad define sus posibilidades de desarrollo socioeconómico, su sostenibilidad en todos los ámbitos. La agricultura, la industria, las necesidades básicas de la ciudadanía. Todo gira en torno al agua.
Desde la Junta de Andalucía, se están dando pasos esenciales en esta dirección, como la reciente concesión de un volumen aprovechable de hasta 115,2 hectómetros cúbicos de agua superficial anuales a las comunidades de regantes con tomas directas al Sistema General de Infraestructuras del ámbito que nos compete, el del Tinto-Odiel-Piedras. Algo que viene a dar seguridad, certidumbre y futuro a los aprovechamientos de una superficie regable de 37.777 hectáreas de la provincia. Y en ello descansa mucho empleo, mucha riqueza.
Otro hito importante es el ciclo integral del agua. La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ejecuta hasta 11 obras bajo una inversión de 61 millones de euros y procede a la licitación de otros 12 proyectos en infraestructuras de abastecimiento, saneamiento, depuración y defensa de avenidas por un importe de casi 77 millones de euros. En total, unos 138 millones de euros. ¿Para qué? Para llegar al horizonte marcado por la Directiva Marco de Aguas de la Unión Europea con el máximo trabajo hecho, todo lo cerca posible de ese techo que es que el cien por cien de la población tenga a su disposición infraestructuras de depuración en funcionamiento.
Hay más. Trabajamos, por ejemplo, codo con codo, con el sector de la fresa para solventar los problemas de las últimas campañas, para apostar por la calidad, el mejor sabor, la diferenciación –la Indicación Geográfica Protegida de la Fresa sería un impulso en este sentido– y la diversificación. Estamos al lado de la pesca reivindicando lo que es justo, defendiéndolo ante amenazas como el cierre de la pesquería de la sardina por parte del Ministerio, compensando las pérdidas ocasionadas por el cierre obligado de los caladeros de la coquina y la chirla a causa de la presencia de biotoxinas en la pasada campaña estival… Buscamos la salvaguardia de la dehesa y de ese embajador de nuestra tierra como es el jamón, con el cambio de nombre de la Denominación de Origen para explotar ese valor en alza que es Jabugo.
No cesamos tampoco en la protección de las más de 340.000 hectáreas que abarcan los espacios naturales de nuestra provincia, con Doñana, la Sierra de Aracena y Picos de Aroche y humedales como Marismas del Odiel a la cabeza, en la promoción de sus valores paisajísticos y en la educación ambiental. Huelva, además, es una de las provincias con mayor grado de cumplimiento en lo referente a la adaptación de los municipios a Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) y la aprobación de los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU), siempre con la sostenibilidad como piedra angular; todo ello, sin olvidar el Plan de Protección del Corredor Litoral que asentará en la provincia de Huelva las bases de un desarrollo económico y una oferta turística avalada por el atractivo de la calidad.
–En materia agrícola, la provincia de Huelva es un referente a nivel andaluz.
-Andalucía ya es un referente en España en cuanto a su agricultura, por la diversidad, por la cantidad de sus producciones, por su calidad, por su sabor. Y Huelva está, en este sentido, en la primera línea, por todo lo que abarca, por el buen hacer de un sector que ha apostado claramente, con firmeza, por la diversificación y la innovación, que no se ha detenido en su empeño por incorporar las más avanzadas técnicas de cultivo, los mejores y más sostenibles sistemas de riego, por buscar las variedades más adecuadas, de mejor sabor, por lo ecológico y la excelencia. Huelva es una provincia, insisto, con un campo fértil, porque tenemos de todo: fresas, frambuesas, arándanos, moras, cítricos, aceite de oliva, vino… Y de sus dehesas mana el jamón ibérico. O los quesos artesanales… Y del mar, la gamba, la coquina, la mojama de Isla Cristina…
–¿Qué supone la aprobación del Plan de la Corona Norte para Huelva?
-El Plan Especial de la Corona Norte Forestal de Doñana supone sostenibilidad, equilibrio entre un monumento de la biodiversidad que hay que proteger como es Doñana y una actividad económica, la agricultura, que hay que mantener e impulsar en su condición de fuente de empleo y riqueza y foco de resistencia ante la crisis. Supone, en definitiva, futuro, seguridad jurídica, certidumbre, garantías, tranquilidad para los agricultores del entorno de Doñana. Eso es lo que conlleva la regularización de una superficie regable de 9.340 hectáreas (de las cuales 7.240 están adscritas a la demarcación hidrográfica del Guadalquivir; y 2.100, a la del Tinto-Odiel-Piedras). Una superficie en la que nuestros agricultores podrán cultivar, por fin, fresas y berries con la cabeza alta, con la seguridad de hacerlo sin comprometer los valores ambientales de Doñana. Y ése es el mejor sello de calidad con el que nuestros frutos rojos pueden salir a la conquista de los mercados de toda Europa.
Ha sido un proceso largo, en el que se ha buscado el máximo consenso, en el que se ha escuchado a todas las partes, para construir el Plan sobre unos pilares fuertes. Creo que se ha logrado. No en vano, se han presentado hasta 4.000 alegaciones que se han atendido, se han estudiado, una a una, de manera milimétrica, sin excepción, buscando que ninguna hectárea que cumpliera con ese principio ineludible que es la sostenibilidad quedara fuera. Ha sido duro, pero ya es una realidad. Sólo queda un paso, que llegue el agua que los agricultores necesitan, que el Ministerio apruebe una Ley de Trasvase para que se puedan transferir esos 15 hectómetros cúbicos de agua anuales que ya contempla el Plan Hidrológico del Tinto-Odiel-Piedras hasta la cuenca del Guadalquivir, para alcanzar así, sumados a los 4,99 ya autorizados por el Consejo de Ministros desde 2008, los 20 hectómetros cúbicos de agua superficial considerados necesarios por el propio sector. Es imprescindible esa Ley estatal y la emisión, mientras tanto, de las autorizaciones temporales de aprovechamiento de aguas a la Administración Hidráulica. Ésa es la tarea del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
–Hablemos de pesca. ¿Cuál es la situación del sector?
-La pesca en nuestra comunidad autónoma y, por ende, en la provincia de Huelva afronta una situación complicada, la que vendrá del duro varapalo que supondrá para los armadores, marineros, empresas acuícolas y el conjunto de sectores y actividades que dan vida a las zonas pesqueras de Andalucía el recorte de 111 millones de euros del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP) para el periodo 2014-2020, el principal instrumento financiero dispuesto por la Unión Europea para el desarrollo de la nueva Política Pesquera Común en este marco. España recibirá 1.161 millones de euros (30 millones de euros más que en el periodo anterior), pero la dotación asignada a Andalucía es de 140,5 millones de euros, frente a los 216 millones de euros del último marco.
El cierre de la pesquería de la sardina decretada el pasado verano en plena campaña también hizo mucho daño en nuestra provincia. Era una decisión sin pies ni cabeza, porque los datos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) exponen claramente que el caladero del Golfo de Cádiz está en mejores condiciones que los del norte de España gracias, precisamente, a que en Andalucía, desde hace años, se han hecho planes de gestión acordados con el sector y cumplidos rigurosamente por todos. Ha habido autorregulación. Se ha sido responsable con la sostenibilidad de los caladeros y no reconocerlo fue una grave irresponsabilidad del Gobierno de la nación con los pescadores andaluces, con una flota de cerco a la que abocaba al amarre cuando se agotara la cuota del boquerón. En necesario, en este sentido, el diseño de un plan global y de futuro que dé a los pescadores estabilidad y seguridad.
No podemos obviar tampoco la situación de los mariscadores de la coquina y la chirla, la desesperación que les causó el obligado cierre continuado del litoral onubense en el pasado verano por la presencia de biotoxinas y los consecuentes riesgos para la salud de los consumidores que conllevaba la ingesta de bivalvos de estas aguas. Desde la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural se ha aprobado un primer paquete de ayudas para compensar esa pérdida de renta por valor de 266.000 euros dirigidos a 266 profesionales, de los que la mayoría, 154, desarrollan su actividad en la provincia de Huelva. También se resuelven en estos momentos las solicitudes de ayudas presentadas por los armadores y tripulantes de buques afectados por el cierre de las zonas de producción de la chirla, que estarán destinadas a 216 beneficiarios (entre tripulantes y armadores).
En paralelo, hemos asistido en el último mes al incremento del Total Admisible de Capturas (TAC) del boquerón (un 10 por ciento) y la cigala (15 por ciento) por parte del Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca celebrado en Bruselas. En esa ocasión se consiguieron casi todos los objetivos, a excepción del aumento de la cuota de la merluza en el Golfo de Cádiz (baja un 15 por ciento). Fue una negociación dura y difícil, teniendo en cuenta los TAC muy restrictivos que proponía inicialmente la Comisión Europea, que comprometían la rentabilidad del sector pesquero andaluz. Pero se peleó duro, junto al Ministerio, para que se incrementaran estas cuotas con el argumento de las posibilidades de subida que planteaba el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), garantizando, en todo momento, el equilibrio ambiental. Y se consiguió.
No obstante, confío en la pujanza de nuestro sector pesquero, en esa fuerza que tiene para solventar las adversidades, una lucha en la que, como no puede ser de otra manera, tendrá todo el calor de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Siempre. Es un sector competitivo, que ha sabido autorregularse, que sabe que en la sostenibilidad de nuestros caladeros descansa su futuro. Es un sector fuerte para una actividad económica en la que su magnitud queda reflejada en sus propias cifras. Huelva cuenta con más de 500 barcos y cuatro lonjas que comercializan la producción del sector etiquetada, en buenas condiciones sanitarias, con trazabilidad y transparencia. Con 16.000 toneladas de producción en fresco, ofrece empleo a unos 1.800 tripulantes y 58 trabajadores en lonja y genera más de 47 millones de euros.
–¿Qué papel juega la Junta de Andalucía en medio ambiente en Huelva?
-La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio juega un papel protagonista en materia ambiental. Su labor es totalmente transversal. Es el órgano que vela por que cada proyecto, cada iniciativa que redunde en el desarrollo socioeconómico, se desarrolle desde el máximo respeto al medio ambiente, que no ponga en riesgo la conservación del patrimonio natural que atesora esta provincia, sin olvidar la regeneración de espacios degradados. La restauración de las balsas de fosfoyesos es, en este sentido, un ejemplo y una prioridad que esperamos que cuanto antes sea una realidad.
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio tiene mucho que decir en toda la actividad económica de la provincia, algo que se hace a través de las condiciones que se contemplan en las obligatorias Autorizaciones Ambientales Unificadas o Integrales (AAU o AAI) y cuyo cumplimiento se vigila después, como también ocurre con la vigilancia constante, diaria, de la calidad del aire, con la correspondiente imposición de sanciones en los casos en los que cualquier elemento del tejido industrial supere los límites de emisión de agentes contaminantes permitidos. Pero no sólo eso, también está la puesta en valor, la protección, de nuestros espacios naturales o la recuperación de especies como el águila pescadora, el buitre negro o el aguilucho cenizo.
Ahora bien, aún vamos más allá. Desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio superamos esa vertiente conservacionista para ir más allá. Porque el medio ambiente es también empleo, un recurso económico en sí mismo, una fuente de riqueza sostenible. Lo hemos demostrado. El empleo verde se ha erigido en uno de los pilares de nuestra economía, en un claro apoyo al desarrollo del medio rural, en una oportunidad en unos tiempos en los que hacen falta alternativas. Tenemos que aprovechar todos los recursos que nos ofrece el monte y lo estamos haciendo. Sólo los trabajos del Plan de Choque, del programa de mejora forestal y regeneración medioambiental, han generado en la provincia de Huelva desde su puesta en marcha en abril de 2013 en torno a 43.500 jornales. Algo a lo que hay que sumar aprovechamientos como la biomasa, el corcho o la piña y distintivos de calidad como la Marca Parque Natural de Andalucía.
-En general, ¿cómo se presenta este año 2015 que acaba de comenzar? ¿Nos puede dar alguna buena noticia?
-El año ha empezado bien. El fin de 2014 y el inicio de 2015…, podríamos definirlo como un tiempo de recogida de frutos. Se ha resuelto algo primordial, como la ya comentada concesión de los 115,2 hectómetros cúbicos de agua superficial anuales a las comunidades de regantes vinculadas a la demarcación del Tinto-Odiel-Piedras o el Plan Especial de la Corona Norte de Doñana. Son viejas demandas que hoy ya son una realidad y que vendrán a dar seguridad a nuestra agricultura, que, no lo olvidemos, se erige en nuestro principal foco de resistencia ante la crisis. También están más cerca esos anhelados proyectos de depuración de aguas que deben permitirnos dar cobertura al cien por cien de la provincia y se proseguirá con la mejora de infraestructuras hidráulicas estratégicas como son la presa del Chanza, el complejo del Chanza y Andévalo y la conducción del anillo hídrico de Huelva… Son, además, iniciativas y obras que afianzan el empleo existente y que crean empleo. Y a ello seguirán yendo dirigidos todos nuestros pasos, todos los pasos del Gobierno andaluz.