ILG. El sector minero en el Andévalo onubense supuso una importante fuente económica y empresarial en los dos últimos siglos. Una muestra de ello es el conjunto industrial del Puerto de la Laja y El Sardón, ubicados en el municipio de El Granado. De lo que conformaba el núcleo minero, en la actualidad se conservan restos del muelle- cargadero y el núcleo urbano del Puerto de la Laja; la antigua línea del ferrocarril minero y los poblados de la Cañada del Sardón y la Mina de Santa Catalina.
De los siglo XIX y XX, el conjunto minero andevaleño ocupa una superficie protegida de 24,8 hectáreas y abarca tanto los barrios mineros de la Laja y del Sardón como el muelle-cargadero de mineral ubicado a orillas del río Guadiana y la línea de ferrocarril que comunica ambos asentamientos. Todo la plataforma minera fue creada e impulsada por dos compañías extranjeras que explotaban
durante esos años las minas, por un lado la inglesa ‘The Bede Metal & Chemical Company Limited’, durante el siglo XIX, y la francesa ‘Société Anonyme Saint Gobain, Chauney et Cirey‘, a principios del XX.
El núcleo poblacional de La Laja, el muelle cargadero y el resto de edificaciones que forman parte de la plataforma minera, han mantenido históricamente una estrecha relación con el río Guadiana, jugando un papel clave en la conformación del paisaje industrial y de la actividad minera.
Entorno al conjunto minero se elevó el pueblo que, desde su fundación, fue objeto de un desarrollo muy lento, lo que ha facilitado que se conserve en la actualidad, manteniéndose parte de la trama urbana y del caserío original. En el núcleo urbano se observan las cuarteladas, forma de organización típica de viviendas mineras, que además se caracterizan por sus reducidas dimensiones y organizadas en manzanas en hilera dispuestas paralelamente entre sí. Se trata de infraestructuras sencillas, de una o dos plantas, con cubierta inclinada cerámica. Dentro de las cuarteladas y como muestra de la jerarquía, existen
otros edificios de mejor factura y dimensiones, como la casa del ingeniero a cargo de las instalaciones del muelle, la antigua capilla o la casa de los curas. Durante el siglo XX, parte del poblado fue rehabilitado para su explotación turística, aunque las viviendas mantienen las estructuras murales de piedra y la ausencia de decoración externa que les confiere un aspecto de sobriedad y sencillez.
El muelle del Puerto de la Laja se construyó en 1858 y su funcionamiento consistía en dar salida al mineral extraído de las minas de Herrerías, La Isabel, Cabeza del Pasto y Santa Catalina, que se extienden entre los municipios de de El Almendro, Puebla de Guzmán y El Granado. A pesar de que se conserva su estructura, durante la segunda década del siglo XX el muelle sufrió distintas remodelaciones para mejorar su
funcionamiento. El muelle- cargadero de La Laja se construyó aprovechando la pendiente natural de la ribera y en él se diferencian tres zonas; la plataforma donde se asentaba la maquinaria, un segundo espacio de nivel intermedio que servía para acopio y recepción del material, y el edificio de almacenaje.
Además del pueblo y del muelle, el complejo minero del Puerto de la Laja posee una línea férrea que era la antigua línea del tren minero que recorre 11,5 kilómetros de longitud y une la Laja y el Sardón. Una obra del ingeniero alemán, Guillermo Roëdiguer Zemmermann, que también participó en los trazados de Buitrón, Riotinto y Huelva-Zafra. Aún se puede ver el trazado viario del ferrocarril, convertido hoy día en una vía verde, aunque persisten las infraestructuras de la conducción ferroviaria como puentes, túneles, intersecciones a distinto nivel, cunetas, taludes y trincheras. Entre ellas, destaca el puente del paraje la Fragua y el puente del Charco Lobo, que data del 1890.
El Sardón
El Sardón está compuesto por la antigua estación de tren y el núcleo urbano que forma parte del municipio andevaleño de El Granado.
La estación de tren se creó para facilitar la carga y el transporte de los minerales de los pozos próximos y allí, se procedía a pesar el mineral que llegaba de Minas de la Herrerías en dirección al Puerto de la Laja.
De otro lado, el poblado del Sardón nació durante los últimos años del siglo XIX como un pequeño asentamiento para el almacenaje y carga de mineral, que inicialmente daba cobertura a las funciones de almacenamiento y carga de mineral. Posteriormente transformó sus servicios como estación del ferrocarril, cuando se construyó el último tramo de trazado ferroviario entre este punto y el puerto de La Laja, en 1912. En el núcleo existía una estación de enlace de la vía férrea y la aérea, las vías necesarias para el movimiento de trenes, muelles de carga y descarga, una casa de planta baja para el jefe de la estación. Además de once cuarteles para viviendas de operarios, una cochera para locomotoras, talleres de carpintería, herrería y reparación de máquinas y casa almacén para materiales.
La pérdida, tanto la función minera como la ferroviaria, el poblado de el Sardón es un espacio abandonado, entre parcelas de uso forestal. Se conserva en pie el alzado de los muros de las viviendas y el dique que sirvió para el volcado del mineral y transporte al puerto de la Laja.
Mina de Santa Catalina
Entorno a este complejo minera, el municipio de El Granado conserva el barrio minero de la Mina de Santa Catalina. Se trata de un conjunto de viviendas que se construyeron para los trabajadores de la mina y que aún se conservan aunque la mayoría son segundas residencias o viviendas de cazadores de la zona.
El complejo del Puerto de la Laja, el muelle-cargadero del Guadiana, el poblado de El Sardón y la Mina de Santa Catalina, son el testimonio de la intensa actividad minera e industrial en la comarca del Andévalo onubense y en la provincia de Huelva en los dos últimos siglos. Además conforman el mapa patrimonial y la huella que dejaron las distintas compañías extranjeras, principalmente inglesas, en los distintos municipios de la provincia.