Huelva recupera el entorno del acceso a su acueducto romano gracias a la labor de una treintena de voluntarios

Ana Rodríguez. Huelva es una ciudad comprometida con su patrimonio e historia. Prueba de ello son los 35 voluntarios que desde hace ya tres meses están participando en un hermoso proyecto que pretende poner en valor y recuperar La Fuente Vieja, una modesta construcción de ladrillo, semiderruida, situada en la falda del Cabezo del Conquero por la que se accede al que debe ser el elemento histórico de mayor relevancia conservado en la ciudad, la galería subterránea del antiguo acueducto romano.

Esta iniciativa, puesta en marcha por el Ayuntamiento de Huelva con la autorización de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía y en la que están implicadas las delegaciones de Urbanismo, Juventud, Turismo, Bomberos e Infraestructuras, se está llevando a cabo a través de la Red de Voluntariado del Aula de la Naturaleza del Parque Moret, siendo un total de 35 las personas que se han puesto manos a la obra para hacer posible que este Bien de Interés Cultural luzca con un nuevo esplendor y pueda ser visitado por los onubenses.

La arqueóloga municipal Rocío Rodríguez Pujazón es la directora de este proyecto de intervención arqueológica y quien está supervisando el trabajo realizado en la zona. Como la experta explica, hasta hace poco la entrada y los alrededores de La Fuente Vieja se encontraban cubiertos por una espesa capa de vegetación, la cual se debe en gran medida al continuo aporte de agua proporcionado, incluso hoy en día, por esta antigua canalización.

El pasado 25 de noviembre comenzaron las labores de limpieza. Desde esta fecha, una vez a la semana se ha venido organizando una jornada de trabajo de campo con los voluntarios, en la que éstos han llevado a cabo diversas tareas de retirada de vegetación y escombros. “Nos ponemos en contacto con las personas que colaboran con nosotros y les comunicamos la fecha en la que haremos la siguiente intervención y, en función de quienes pueden acudir, conformamos los grupos de trabajo”, explica Rodríguez, quien añade que “estos días estamos en La Fuente Vieja media mañana y media tarde, de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00 horas, para aprovechar las horas de luz”.

Tras tres meses, ya pueden observarse a simple vista los resultados de la actuación, pues se ha despejado mucho el exterior de la construcción mediante el desbroce de la vegetación y se ha colocado un cerramiento o valla metálica en la entrada para impedir el acceso a la galería subterránea del acueducto, evitando así posibles accidentes.

Asimismo, la directora del proyecto arqueológico ha afirmado que “mientras limpiábamos la zona hemos, un hallazgo que puede dar pie a una futura intervención”.

Este gran avance en el acondicionamiento del emblemático lugar no hubiera sido posible sin el esfuerzo y la dedicación desinteresada de los voluntarios onubenses, personas de muy diversas edades, desde jóvenes a jubilados, y procedentes de muy distintos campos de actividad. Emilio Rengel es uno de ellos, un trabajador de la construcción aficionado a la Historia y la Arqueología que decidió apuntarse para colaborar con el proyecto hace ya varios meses. “Ha venido casi todos los días”, apunta Rocío Rodríguez, y es que, además de para encontrarse activo, el ayudar a recuperar La Fuente Vieja ha permitido a Emilio hacer nuevos amigos y aprender mucho sobre Arqueología e Historia de Huelva.

Como apunta la directora del proyecto, “conforme vamos realizando los trabajos, les vamos explicando a los voluntarios la importancia de este sitio, el acceso a la galería subterránea, relatos de Onoba, el funcionamiento del acueducto, etc.”

Por su parte, Rengel hace hincapié en que “estamos dejando esto impecable. Antes ni se veía y nadie se acercaba aquí. Está resultando una experiencia bonita, de la que estoy aprendiendo mucho sobre Huelva, cosas que luego puedo explicar a gente de fuera para que conozcan algo más de esta tierra. Animo a todo el mundo a que colabore porque merece la pena”.

Además de las actuaciones de campo, los voluntarios han llevado a cabo otros trabajos que también se incluyen dentro de los objetivos de este proyecto. Así, desde junio han estado realizado en el taller del Aula de la Naturaleza del Parque Moret la cartelería explicativa con material reciclado y el mobiliario urbano (bancos y papeleras) que van a ser colocados en La Fuente Vieja cuando se termine de acondicionar el terreno.

En el futuro, se persigue además la creación de una zona de estancia, la colocación de una pasarela desde Menéndez Pelayo hasta La Fuente Vieja y está prevista una reforestación de la zona por parte del Aula de la Naturaleza del Parque Moret.

Ello pone de relieve que la intervención no ha terminado y que queda aún mucho trabajo por hacer. “El proyecto no tiene fecha de finalización. Vamos avanzando en función del número de voluntarios que va participando semana a semana”, explica la arqueóloga municipal, animando a su vez a la ciudadanía a que tome partido en esta iniciativa: “la participación es abierta y los interesados pueden ponerse en contacto con la Concejalía de Turismo”.

Otro de los fines de esta iniciativa es la divulgación del patrimonio y la historia de La Fuente Vieja, para que sea conocida por la sociedad onubense. En este sentido, el pasado mes de julio la barriada de las Colonias acogió, en el marco de la celebración de su XXIII Semana Cultural, la charla-coloquio ‘El acueducto de la ciudad romana de Onoba: datos históricos de las galerías subterráneas de El Conquero y actuación de Voluntariado en la Fuente Vieja’, que se completó posteriormente con una visita guiada. Además, este mismo jueves, 23 de enero, a las 19.00 horas, el Centro de Visitantes Huelva Puerta del Atlántico será testigo de una nueva conferencia, la de Rocío Rodríguez, sobre la labor del voluntariado y la importancia histórica de esta construcción romana.

Como resultado de esta pormenorizada labor, se obtendrá documentación fotográfica y planimétrica de los elementos arquitectónicos que componen la zona, así como un informe de diagnóstico y propuesta de medidas de protección para La Fuente Vieja.

En los próximos meses, Rocío Rodríguez y este equipo de 35 voluntarios seguirán dedicando su trabajo y su tiempo en esta tarea de recuperación del patrimonio histórico de Huelva, una encomiable labor que permitirá en el futuro que los ciudadanos puedan visitar este pedacito de su pasado.

Historia de La Fuente Vieja. Los romanos excavaron en las entrañas de El Conquero una serie de pozos hasta los manantiales naturales que se concentran en su interior. Estos pozos excavados hasta un manantial principal, localizado en la conocida como ‘La Fuente Vieja’, estaban comunicados entre sí por medio de un sistema de túneles y galerías destinado a la conducción de las aguas hacia un depósito principal y varios secundarios, desde los cuales se distribuía hacia diferentes puntos de la ciudad.

El trazado de la construcción partiría de la actual zona del santuario de La Cinta y finalizaría en el Cabezo de San Pedro. A pesar de no haberse encontrado vestigio alguno, se cree que existió un tramo aéreo –donde hoy su ubica el paseo de Buenos Aires- que hacía uso de arcos para salvar el desnivel entre las distintas elevaciones onubenses, de forma similar a los ejemplos conocidos de Segovia o Mérida.

Así pues, este acueducto subterráneo, que se construyó en el siglo I d. C., suministró agua a la ciudad hasta después del siglo XVI a través de diferentes fuentes ya desaparecidas. Durante este periodo, la construcción fue objeto de constantes labores de mantenimiento, y se conoce que durante la etapa islámica se llevó a cabo en la misma una importante reparación de su bóveda.

Sin embargo, la falta de mantenimiento de la infraestructura en los siglos posteriores y los efectos del terremoto de Lisboa de 1755 contribuyeron al deterioro del acueducto.

En 1772 se volvió a conducir agua por esta vía, y siguió siendo el principal medio de abastecimiento de agua de la ciudad hasta comienzos del siglo XX, cuando la modernización de la red de abastecimiento de aguas hizo que cayera en el olvido.

Lo que hoy conocemos como La Fuente Vieja es un depósito de nivelación o decantación, perteneciente al antiguo acueducto, que debió quedar visible tras un desplome del cabezo. La entrada a la misma se encuentra en la calle Menéndez Pelayo, una vía sin salida tras la que se encuentra el Cabezo del Conquero. Esta pequeña piscina tiene forma cuadrangular y en uno de sus laterales se encuentra la puerta de acceso a la galería subterránea del antiguo acueducto, que conectaría la barriada de Las Colonias con el Cabezo de San Pedro.

En 1996, la empresa municipal de Aguas de Huelva promovió, con motivo de su 25 aniversario, una actuación de limpieza en el interior de la estructura y de reconocimiento de la conducción subterránea mediante un equipo de espeleología y se colocó una puerta de cierre de la galería, la cual desapareció con los años.

Desde entonces y hasta 2013 no se había vuelto a llevar a cabo intervención alguna en La Fuente Vieja.