Una investigación revela que Huelva es la provincia con el mayor número de casinos conservados

Mari Paz Díaz. Los casinos han sido tradicionalmente lugares del encuentro situados en un punto estratégico de la localidad en la que se encontraban ubicados. Sin embargo, se trata de edificios que tradicionalmente han estado alejados del mundo académico, puesto que han pasado desapercibidos para la investigación.

Sin embargo, ahora una publicación hace un exhaustivo recorrido por los casinos existentes en la provincia de Huelva para poner de manifiesto el importante papel que han jugado estos centros en la sociedad. Un estudio titulado ‘Casinos de Huelva’, que ha sido escrito por Miguel Mojarro con fotografías de Gabriel López  y circunscrito al grupo de trabajo ‘Azoteas’ (http://www.azoteas.es/).

Se trata de la primera antología que se realiza sobre los casinos de la provincia onubense, apoyada en más de 400 imágenes que muestran el rico patrimonio cultural y antropológico de Huelva en este ámbito.

«Este trabajo comenzó a gestarse hacia 2008 con la intención de realizar un trabajo somero sobre los casinos del sur, un estudio que diera origen a una serie de artículos sobre el tema», reconoce Mojarro, que explica que «como sociólogo, me interesó la presencia en el siglo XXI de unas instituciones que fueron alma y vida de los pueblos y que permanecen en un raro equilibrio entre el ocio bien administrado y el vértigo de unos tiempos que empujan a otros intereses».

Sin embargo, el proyecto alcanzó más envergadura de lo que se pensaba en un principio, hasta el punto de que se incorporó un trabajo de campo amplio. Es decir, se introdujeron los ‘Fotoespacios’ al proyecto, por lo que «se agregó una nota de calidad que impregnó de exigencia al proyecto entero».

Tanto fue así que el diseño de este libro se ha venido desarrollando durante cinco años. En concreto, la obra cuenta con tres bloques diferenciados. En el primero de ellos se realiza un análisis sociológico de estas asociaciones para seguir con un recorrido por cada uno de ellos de forma más concreta y, por último, una tercera parte donde se lleva a cabo una catalogación fotográfica seriada de los distintos elementos que aparecen en los edificios (salas de billar, azulejos, mobiliario, pinacotecas, bibliotecas, etcétera).

En este último aspecto es curioso que estos lugares mantienen unas características muy particulares según la comarca en la que se encontraban, edificios de billar, dominó y manguara, donde no suelen faltar los azulejos, relojes y prensa. Todos ellos testigos de la realidad de una cultura que se desarrolló en esos pueblos y su gente.

En definitiva, los casinos son «una verdadera reliquia antropológica en el Sur. Estructuras sociales que conservan parte de unas características que fueron emblemáticas», puntualiza el autor, que añade que aunque «son un patrimonio que pasa desapercibido, por habitual, pero que sociológicamente tienen un atractivo impresionante, por ser una entidad representativa de un siglo de vida local. Son un valor irreemplazable».

Sí, porque como explica este sociólogo «los casinos han sido y son el templo del ocio de las localidades, cuando, terminada la jornada laboral y familiar, daban cobijo al asueto de los hombres y aportaban espacio para las controversias y la cultura». Tanto que en el libro son definidos como «el tercer poder».

Además, la elección de Huelva por parte de este investigador no es casual, ya que en la provincia onubense existen 45 casinos que siguen manteniéndose, a pesar de que «en los últimos años han desaparecido varios que fueron importantes en sus localidades. Ojalá alguien perciba la necesidad de conservar un patrimonio antropológico absolutamente irrecuperable si desaparece».

Esta cifra sitúa a Huelva a la cabeza de España en cuanto a casinos conservados, puesto que «es la provincia en la que más casinos quedan respecto a los que había en el momento de su auge, allá por la mitad del siglo XX. De nosotros depende que sigamos teniendo este valor antropológico, envidiable e irreemplazable», asegura Miguel Mojarro.

Todos son importantes por su propia personalidad. Y, de hecho, para este investigador es imposible resaltar uno sobre otro, «ni por justicia, ni por objetividad. Cada casino es para su localidad absolutamente representativo y sus valores son tan importantes como los de otro casino en otro lugar. En cada casino hay valores que lo hacen único. Esto se percibe en una visita a varios de ellos: Pronto se percata el visitante de que visto uno, no se han visto todos. Cada casino genera apetencia de otro. Y cada uno es especial».

La realidad actual de estos casinos es muy diferente en cada caso, puesto que «algunos gozan de un buen respaldo social y económico. Y otros acusan cambios sociales que los colocan en situación precaria». Hay que tener en cuenta que se trata de entidades privadas, pero también es un patrimonio social, por lo que «conviene que seamos sensibles a su valor como riqueza histórica, como catalizador de actividades sociales y como generador de cultura».

Con todo, el autor espera que este libro sea un «aldabonazo a la sensibilidad de quienes no se han percatado de la joya que existe en muchos de nuestros pueblos».

Una posible salida, según explica el autor, puede ser el diseño de una Ruta de los Casinos, «poco a poco, en viajes cortos y motivadores, para descubrir que ver un casino equivale a desear ver otro. Por ahí van nuestras intenciones en un futuro inmediato… Pero Casinos de Huelva ya es en sí una buena guía para leer sobre los casinos, antes de ir a gozarlos».

Incluso, «es posible que su presencia durante más de un siglo haya generado una insensibilidad hacia su valor. Pero estamos a tiempo de ver en los casinos un patrimonio antropológico que nos pertenece a todos. Cuando un casino cierra sus puertas, algo importante nuestro desaparece», concluye Miguel Mojarro.

Así es Casinos de Huelva, un libro acaba de ver la luz, ya que se editó antes del verano y que, después de una breve divulgación en la zona de la Sierra, durante el próximo mes de octubre se presentará en otras comarcas onubenses, como el Andévalo, la Cuenca Minera, los alrededores de Huelva capital y el Condado.

Miguel Mojarro (Carmona, Sevilla) estudió Magisterio en Sevilla y es licenciado en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Matemáticas, Técnico en el Ministerio de Educación y en el ‘Centro de Renovación Pedagógica’ de la Comunidad de Madrid, Mojarro es especialista en proyectos y evaluación de los mismos y, actualmente, interviene en varios de investigación sociológica, en aspectos relacionados con el patrimonio antropológico de las localidades del Sur.

A lo largo de su trayectoria ha publicado más de una quincena de libros, entre los que se pueden citar A la calidad por la evaluación, Evaluación de centros educativos y Evaluación del aprendizaje en el aula. Eso sí, Casinos de Huelva es el primero que realiza junto a Gabriel López, que aporta la calidad fotográfica necesaria para estos trabajos.

Por su parte, Gabriel López (Madrid) es aparejador por la Universidad Politécnica de Madrid, especializado en fotografía de arquitectura y espacios urbanos. Desarrolla su actividad como fotógrafo, con estudios de arquitectura, galerías de arte, fundaciones privadas, instituciones públicas, empresas promotoras, etcétera. Sus colaboraciones más destacadas en este ámbito pueden consultarse en la web www.fotoespacios.com.

Los interesados en tener más información del proyecto o de los autores pueden dirigirse a la siguiente dirección de correo: [email protected]

Este libro se presentará el próximo 8 de octubre a las 12.00 horas en el Museo Provincial de Huelva.