José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. Eran las 15:00 h. cuando un joven conocido como “el niño de fuego” irrumpió con su coche en una de las plazas más importantes en la localidad andevaleña ofreciendo entradas para uno de los conciertos de la gira Motomari de la conocida cantante. A pesar de la intempestiva hora y la sensación térmica de 45 grados, debido a la baja humedad relativa y velocidad del viento. Un nutrido número de personas se trasladó hasta la inmediaciones a la que poco después se acercaron una pareja de seguratas que venían de cerrar una discoteca ilegal de la zona, una estudiante de último curso de medicina que se encontraba de vacaciones de la localidad y un opositor de bombero a punto de suspender por tercera vez consecutiva, los tres alertados por los gritos de la multitud que se congrego al calor de la tarde para hacerse con alguna de las entradas de uno de los espectáculos más esperados de este verano. “El niño fuego” como se le conoce en los círculos de la farándula había aprovechado que pasaba por allí dirigiéndose a algún lugar indeterminado para promocionar esta gira que llevara a “Rosa la liá” por toda la provincia con su espectáculo Motomari. Un show de dos horas que ha revolucionado el panorama musical, con un espectáculo en el que mezcla una coreografía fascinante e hipnótica, una puesta en escena suya iconográfica con ropa reciclada del mercadillo y una voz electrónica con letras complejas de canciones escritas a partir de un nuevo lenguaje alienígena proveniente de galaxia de la estrella Earendel y todo bajo el influjo de un ritmo electrónico absorbente capaz de hipnotizar una cobra ciega. No cabe duda que Motomari logrará convertirse este verano en el espectáculo que logrará atraer a muchos famosos que ya han mostrado su admiración por el talento de “Rosa la liá”, como actrices secundarias, concejales de fiestas, promesas del toreo, bisnietos de contrabandistas de la Raya y poetas de la zona, que podrían dejarse ver en alguno de los conciertos de la gira de este verano y que contará además con la participación de su pareja actual “El niño de fuego” que se ha convertido en uno de los músicos electrónicos más deseados del momento y que hará dueto con ella durante la gira, como nos cuenta uno de los camioneros de La Zarza-El Perrunal que participan en este tour único de este verano.
¿Cuál es su misión en este espectáculo?
Mi misión es sencilla, llevar y traer cosas de un lado a otro, lo que se podría decir el responsable de logística. Además, junto con mi ayudante somos las manos y los brazos del equipo de montaje, además de los oídos y los ojos. Somos los que hacemos que el sonido sea perfecto y que se pueda ver esa magia que despliega “Rosa la liá” en el escenario. Queda feo decirlo, pero si no fuera por nosotros y nuestros brazos doloridos y las ampollas en los pies no habría espectáculo o este se reduciría a una guitarra y una voz en la que la protagonista sería ella tal como es, su voz única y el talento de un guitarrista que marca con sus cuerdas el ritmo de la belleza intrínseca de su toná pura y revolucionaria.
¿Qué es lo que menos le gusta de su trabajo?
El precio del gasoil y esta asfixia permanente en la que vivimos el gremio del transporte, que más que vivir de nuestro trabajo, parecemos vendedores de gasoil, cada vez que llegan la facturas a fin de mes y todo lo que facturamos se lo lleva las petroleras. Y lo que tampoco me gusta es cuando algunos de los famosos que van al concierto nos piden esconderse en la parte de atrás del camión para salir a escondidas de los conciertos, no entiendo esa manía, ni que fuera el Rey para ocultarse. No pasa nada porque te vean en un concierto, todo el mundo hasta los Reyes tienes derecho divertirse como Boris Johnson.
¿Cuántos kilómetros piensa hacerse en esta gira?
No sabría decirle con exactitud, pero más de dos mil ochocientos treinta y tres. Van a ser dos meses muy intensos. El verano concentra más del noventa por ciento de nuestra actividad. Somos junto con el gremio de las orquestas de las fiestas de los pueblos los que más sufrimos esta estacionalidad laboral. Hay día en los que hemos tenido que hacer dos conciertos en el mismo día, uno por la tarde en la caseta de los mayores en un pueblo y después desmontar, volver a cargar, montar el equipo, hacer las pruebas de sonido y empezar el segundo a las dos de la mañana. Son días en los terminas en la recostado debajo del camión a las diez de la mañana sin sentirte las piernas. Pero nos gusta nuestro trabajo y somos tan esenciales cómo los sanitarios o el puesto de las hamburguesas. Y quién sabe si algún día un programa de televisión o una separación sentimental truculenta nos catapulte a la fama que merecemos, más allá de las fiestas de los pueblos y los hoteles.
¿Qué hará cuando termine la gira?
Pues tomarme unos meses sabáticos, cuidando el huerto en mi casa de la Zarzal-El Perrunal, hablando con mis lechugas, acariciando mis tomates y adorando los huevos de mis gallinas. Los meses de verano son un desafío humano para nosotros, hay que estar muy bien preparados para dar setenta y tres conciertos en dos meses, cuando terminas tienes la sensación de que eres inmortal. Luego viene el otoño y el invierno y hasta que no llega la primavera no comienzan los nuevos conciertos con las bodas y las comuniones. Somos conscientes de la dureza de nuestro trabajo, pero esa resistencia que adquieres en estos años es la que te permitirá mantenerte en el estrellato si llegará la oportunidad.
¿Destaque lo mejor del espectáculo?
El espectáculo de “Rosa la liá” está diseñado cada segundo, nos llevamos tres meses ensañando antes de empezar la temporada, nada de lo que ocurre es casual, la coreografía, los trajes, el relato de las canciones que se suceden una tras otra. Luego hay un componente de espontaneidad que no controlamos, cuando se te suben el escenario ebrio para cantar contigo, cuando te pitan porque te has equivocado, cuando en medio de una canción se va todo el mundo al montarse en el toro loco. Pero en general nuestro espectáculo es tan profesional que, para ser en la mayoría de los casos conciertos subvencionados, la gente sale satisfecha con nuestro talento
¿Para cuándo una parada en su ciudad?
Si quieren saber todo sobre nuestra gira y como comprar las entradas solo tenéis que visitar nuestra web, ahora sí. Motomari posiblemente sea uno de los espectáculos que nadie debería de perderse este verano, porque después de muchos años de evolución se podría decir que muy pronto veremos en la Zarza-El Perrunal a la verdadera “Rosa la liá”