Antonio Delgado Pinto. Esta semana llegamos al final de esta Huelva tan desconocida como hermosa. Han sido cien lugares los que han pasado por estas páginas, la mayor parte de ellos abandonados o ubicados en lugares apartados de núcleos habitados o alejados de las vías de comunicación convencionales. Cada uno de ellos es una huella más o menos importante del paso de nuestros antepasados y entre todos conforman la gran historia de nuestra provincia.
Para terminar, hoy presentamos cinco templos, cada uno de ellos con características diferentes, dos de ellos en el Condado, otros dos en la Cuenca Minera y uno en la costa oeste; cuatro edificados en los años centrales del siglo pasado y uno durante la Edad Media y con una peculiar historia: la iglesia de San Martín en Niebla.
IGLESIA DE SAN MARTÍN. Mezquita, sinagoga e iglesia en Niebla
Edificada sobre una mezquita, fue entregada por el rey Alfonso X el Sabio, llamado el soberano de las tres religiones, a los judíos y convertida por ellos en una sinagoga. Los trabajos efectuados en ella durante los siglos XIV y XV, entre los que sobresale la construcción del ábside, nos hablan ya de un templo cristiano, aunque la puerta principal en forma de herradura sigue conservando su primitivo estilo mudéjar.
Pero lo más peculiar sin duda en esta construcción religiosa es que el trazado de una nueva calle en la segunda década del siglo XX llevó a que esta iglesia quedase dividida en dos partes, tal como podemos verla hoy día: la fachada principal orientada hacia el oeste y el resto de los elementos arquitectónicos (ábside, capilla, espadaña y torres) en el este.
Emplazada muy cerca de las murallas almohades, es un lugar de obligada visita al llegar a la ciudad milenaria de Niebla.
IGLESIA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN. La iglesia abandonada de Mina Concepción
Los poblados mineros de nuestra provincia son un ejemplo cercano de lo que se ha dado en llamar últimamente ‘la España vaciada’. Mina Concepción es una preciosa aldea perteneciente a Almonaster la Real en la que aún quedan unas docenas de habitantes, pero que si nada lo remedia correrá igual suerte que San Platón, Poderosa, Peña de Hierro, Soloviejo o San Miguel.
Pocas iglesias de poblados mineros hay tan bonitas como esta. Sin embargo, ni el Obispado, ni Diputación, ni el propio Ayuntamiento de Almonaster parecen haberse sentido señalados cuando los vecinos de este lugar han pedido ayuda para la rehabilitación y mantenimiento de este pequeño templo, cuyo tejado presenta grandes aberturas por donde penetra la lluvia y cuyos elementos metálicos han comenzado a desaparecer, merced a ladrones y vándalos que ven en la desidia de las administraciones una comodidad sin límite para sus rapiñas.
ERMITA DEL CARMEN. Capilla del campamento juvenil ‘La Rábida’.
No hace mucho, aparecía en estas páginas el campamento juvenil ‘La Rábida’, al que pertenece esta pequeña capilla. En uno de los comentarios se indicaba que el aparejador isleño Andrés Figuereo Romero fue el autor de esta construcción y de las demás que componían el complejo vacacional.
La historia local de Isla Cristina recoge las procesiones de la Virgen del Carmen, llevada a hombros por los chavales de la OJE, desde aquí hasta el pueblo.
En la actualidad todo está abandonado aunque bastante bien conservado, merced a la sólida construcción de sus elementos.
IGLESIA DE PEÑA DE HIERRO
Hace unas semanas llegué hasta aquí en compañía de mi amigo Rafael Pernil, gran conocedor de la zona y amante del entorno de Riotinto. Las ruinas de esta iglesia son todo lo que queda de este antiguo poblado minero, que contó con uno de los mayores casinos de la zona, además de economato, escuela y de varias manzanas de viviendas, todo ello desaparecido en la actualidad.
Poco más que el campanario con una cruz incompleta y parte del ábside quedan de esta pequeña iglesia cuyo estilo remite a los pueblos nuevos que se edificaron en las décadas centrales del pasado siglo.
Según antiguos habitantes del poblado con los que he podido hablar y que ahora residen en Nerva, el poblado quedó abandonado durante la década de los años setenta del pasado siglo.
IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA. Templo en el poblado forestal de Cabezudos.
Conocí este lugar en los años setenta, cuando aún estaba lleno de vida. Poco podía imaginar en ese momento que apenas una década después quedaría abandonado, al igual que los demás poblados forestales de Almonte: Bodegones, Abalario y La Mediana.
A mediados de los años ochenta, con el paulatino abandono del poblado de Cabezudos, esta iglesia de Nuestra Señora de Fátima quedó clausurada. Asombra pensar que solo habían transcurrido treinta años desde su bendición en 1954 por el obispo Cantero Cuadrado. Ver ahora las fotos del poblado que conservan los que vivieron allí su infancia y adolescencia, produce una nostalgia sin límites y hablan tanto de los caprichos de los azares políticos como de lo efímero de la existencia.
Como dato curioso, hay que decir que la campana se trasladó a principios de los años noventa a la parroquia de María Auxiliadora, en el vecino pueblo de Bollullos.
1 comentario en «La Huelva desconocida. Cinco edificios religiosos olvidados»
Huelva capital debe tener un parque marino y en ese sentido el puerto de Huelva debería actuar, no es de recibo que lo tenga Sevilla y aquí no