Antonio Delgado Pinto. Huelva es una gran desconocida para muchos, pero no solo para foráneos, también para los propios onubenses. De Sierra a Costa, pasando por Andévalo, Condado y Campiña, nuestra tierra tiene un sinfín de lugares bellos, a la par que desconocidos para la mayoría.
El onubense Antonio Delgado Pinto nos presenta cada sábado cinco lugares imperdibles de la provincia de Huelva. En esta ocasión, nos recoge monumentos e infraestructuras de diversa índole, a caballo entre los siglos XIX y XX.
Apunta todos estos rincones que un buen choquero que se precie debe conocer.
BODEGA DOMECQ. Vinos del siglo XIX en el Condado de Huelva
Aún se conservan fotos de las ocho gigantescas cubas de madera que ocupaban gran parte de la nave principal a finales del siglo XIX. Construida en 1886 en lo que era la periferia de Bollullos, fue una de las grandes bodegas del Condado durante casi un siglo. Su primer propietario fue don José Ayala Mathieu, aunque el edificio fue más conocido como bodega de la familia de vinateros que lo adquirió en 1941, los Domecq.
En los años setenta del pasado siglo mi padre, Fermín Delgado, construyó en su interior conos de cemento para el almacenamiento y fermentación de los vinos, una década antes de que el complejo bodeguero fuese adquirido por una empresa hortofrutícola.
Sus vinos llegaron a ser comercializados en el parisino mercado de Les Halles, tal como aparece en la pormenorizada historia que de este edificio y de sus dueños ha realizado recientemente el investigador Luis Biedma Pérez.
PLAYA DE VÍAS DE ZARANDAS. La mayor extensión de vías de la provincia
En este lugar existió la que probablemente fue la mayor playa de vías de la provincia, donde llegaba el mineral de las diferentes cortas y contraminas de Riotinto. De aquí partían los trenes que llevaban la pirita hasta el embarcadero de Huelva, a orillas del Odiel.
No queda mucho de todo aquello, si exceptuamos la caseta norte de palancas y algunas vías que a día de hoy siguen siendo esquilmadas por los desaprensivos con total impunidad.
Cabe destacar que este ferrocarril contó con casi 300 kilómetros de vías.
ABREVADERO Y DESCANSADERO. Parada obligatoria en la Vereda de la Carne
Por este lugar pasaba la Colada de Obejero y Remuñana, una vía pecuaria que recorría parte de la provincia de Huelva. En la actualidad solo queda el pozo con su pilón para los animales, aunque su estado de conservación no es demasiado bueno.
Ambas construcciones son de ladrillo macizo, de un color tan parecido al terreno donde se encuentran que es fácil pasar cerca de ellas sin verlas.
En las palabras de los agricultores de más edad con los que he podido hablar y que llegaron a conocer la buena época de este descansadero con su abrevadero se percibe toda la nostalgia de los tiempos ya idos.
ESTACIÓN DE THARSIS. Kilómetro cero de la pirita de Tharsis
Este fue el punto de partida del mineral que llegaba hasta el embarcadero de Corrales, en la margen derecha del río Odiel.
Los 47 kilómetros de vía férrea se inauguraron en 1870 y estuvieron en funcionamiento hasta enero del año 2000. Esto convierte a este ferrocarril industrial en el más longevo de cuantos operaron en nuestra provincia.
En la actualidad, tanto la estación como las cocheras de locomotoras, talleres, surtidor, casetas de palancas y construcciones anejas están en el más completo abandono, siendo una vez más un claro ejemplo de lo poco que parece importar nuestro patrimonio.
CÁRCEL PROVINCIAL. Penitenciaría modelo en nuestra capital
El arquitecto Pérez Carasa siguió los diseños de las cárceles modelo que ya funcionaban en el país desde finales del siglo XIX, para construir este magnífico edificio que, después de algunas vicisitudes, ha pasado a ser de titularidad municipal hace tan solo unos meses.
Después de algunos años cerrado y abandonado, en los que paradójicamente sirvió de guarida a los cacos de la zona, el cineasta Benito Zambrano rodó aquí algunas escenas de su película “La voz dormida”.
4 comentarios en «La Huelva Desconocida. Cinco diferentes arquitecturas para el cambio de siglo»
La cárcel de Huelva no es de Pérez Carasa sino de José Aranguren Bourgon (1890-1973).
Es un error muy común atribuirlo a Carasa.
Cada semana acudo sin falta a seguir conociendo a traves de ti lo que no merecería perderse en nuestra provincia por la desidia y el abandono. Gracias Antonio.
De nada, Pepa. Es verdad que nuestra provincia guarda muchas y variadas sorpresas que a veces no conocemos. Yo también sigo aprendiendo de nuestra tierra. Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.
Hola, Guillermo. La cárcel de Huelva fue construida por José María Pérez Carasa en 1930, según consta en la Guía de Arquitectura de Huelva (págs 152 y 153), editada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva en 2002. También se especifica la autoría de Pérez Carasa en la cárcel de Huelva en la página 193 del Inventario de Edificios de Interés de la Ciudad de Huelva, publicado también por el Colegio de Arquitectos en 1977. Un saludo.