Redacción. Las consecuencias derivadas de los meses de sequía, agravadas durante el comienzo de verano por el muy precario estado de las reservas naturales de la Sierra, han obligado a la empresa pública Giahsa a programar a partir de esta noche, y diariamente entre las 2 y las 6 horas, restricciones nocturnas en las localidades de Cala y Cortelazor la Real. La prolongada ausencia de lluvias en los últimos meses, el insuficiente aporte de los camiones cisterna y la pérdida paulatina de caudal para atender la demanda de los usuarios de los respectivos municipios han hecho necesario proceder a una medida consensuada con ambos ayuntamientos y que ya se tomó hace dos semanas en Santa Olalla.
El director ejecutivo de Giahsa, Manuel Domínguez, ha explicado que “la reducción del nivel que vienen sufriendo las fuentes de suministro que surten a los dos municipios serranos está siendo alarmante a estas alturas de verano, circunstancia que afecta tanto a la cantidad como a la calidad del abastecimiento, con lo que no queda otra opción que la de tomar medidas tan drásticas como imprescindibles para que la situación no vaya a peor con el paso de los días”. Tanto la alcaldesa de Cala, Maite Rodríguez, como el alcalde de Cortelazor, Franco de Pablos, han solicitado la “colaboración ciudadana en el sentido de moderar al máximo el consumo, mientras desde los ayuntamientos se sigue trabajando en coordinación con Giahsa y otras administraciones para mantener el suministro hasta la llegada de las primeras lluvias”. También han recordado que la horquilla horaria en la que se producen los cortes, en plena madrugada, persigue ocasionar el menor trastorno posible a los usuarios.
Domínguez ha vuelto a recordar que la solución a esta problemática que se repite “prácticamente cada año cuando las lluvias no aparecen” pasa por la construcción de “mejora de las infraestructuras hídricas de la zona cuya puesta en marcha corresponde a la Junta de Andalucía, que ya declaró de interés general las obras hidráulicas destinadas a paliar la sequía y garantizar el abastecimiento en la comarca de la Sierra”.
La situación que empieza a vivirse en Cala y Cortelazor viene siendo un escenario habitual en los últimos años, debido entre otros factores a la atomización de las captaciones, la precariedad de muchas infraestructuras relacionadas con el ciclo integral del agua y, por encima de todo, los rigores de una sequía que castiga con especial dureza el estado de las reservas naturales de la comarca.