José Manuel Alfaro / Sección de ficción ‘El cuaderno de Muleman‘. Esta mañana se ha formalizado la donación de un vecino de Villanueva de las Cruces de una finca acondicionada, con un punto de luz y agua a una importante farmacéutica internacional. Una finca de gran extensión, que actualmente está en explotación, pero que una vez recepcionada, podría albergar uno de los complejos de producción farmacéutica más importantes de la provincia.
Los terrenos estarían situados junto al casco urbano, cerca del Ayuntamiento, de la Iglesia de Santa María de la Cruz y de las principales calles del centro que podrían convertirse en unos años, en un centro comercial y financiero de la zona, gracias al desarrollo económico que podría propiciar un centro tecnológico y sanitario de estas dimensiones. Aunque aún no se ha hecho pública, la empresa a la que este cruceño ha donado esta inmensa finca, podría albergar un complejo dedicado a la fabricación de vacunas y antivirales. La finca tendría ya habilitado un punto de energía eléctrica y otro de agua potable, además de una pequeña nave que podría hacer de caseta de obras y albergar todo el equipo de ingenieros y contratas, que se tendrían que desplazar a la zona para llevar a cabo la construcción de este complejo industrial, cuya inauguración se estima que se haría en un tiempo record.
Una infraestructura en la que se emplearían las últimas tecnologías de construcción y estaría compuesta por diversos edificios entre los que habría que destacar, un centro de investigación, un planta de producción con los equipos técnicos de última generación, un gran almacén logístico, un edificio administrativo e incluso se estaría proyectando la posibilidad de construir un edificio de apartamentos, que podría alojar a los cientos de trabajadores que formarían parte del día a día de este complejo industrial médico con capacidad para producir miles de dosis de vacunas diarias y antivirales de tercera generación. Además, hoy mismo se ha llevado a cabo el acta notarial en el que este criador de cerdos del municipio, ha formalizado la donación de su finca, en la que espera muy pronto, no solo puedan verse cerdos y cochineras, sino directivos de farmacéuticas y líneas de producción de vacunas para toda la población del planeta. Un hombre que ha tenido la bondad y la generosidad de contestar a algunas de nuestras preguntas, antes de despedirse de sus decenas de piaras de cerdos, que pronto podrían abandonar la finca.
¿Cómo se le ocurrió la idea?
Pues como se le ocurre a todo el mundo hoy en día las cosas, viendo la televisión. Podría haber sido viendo algún video tonto de esos de internet en el teléfono o delante del ordenador mientras trabajas. Pero a mí se me ocurrió viendo las noticias, sobre el lamentable espectáculo que están dando a la ciudanía las instituciones públicas y los laboratorios farmacéuticos. Hasta los gruñidos de mis cerdos tienen más valor, que un contrato blindado, redactado por el equipo de abogados mejor preparado y pagado del mundo. Porque a la hora de la verdad y tratándose de dinero, las palabras se las lleva el viento, pero los papeles firmados se lo lleva un eructo. Así que tras ver la controversia de que, si se había firmado esto, pero que también estaba lo otro por aquí, que lo que te dije aquel día ya no vale hoy, que donde me dijiste ahora sí, ya es un espérate un poco, que si lo que fabrico aquí, se queda aquí y tú te tienes que esperar porque hay trescientos detrás de mía con los bolsillos llenos. Pues me dije, si el problema es el terreno para montar una fabrica y llenar el mundo de vacunas, pues yo cojo mis cerdos, los mando al paro y donde ayer había un cochinera, hoy hay un director de una farmacéutica imponiendo la ley marcial del dinero, así que esto y poco más es origen de mi idea.
¿Por qué una donación y no una venta?
Por una simple razón, porque no quería poner palos en la rueda de este molino de las vacunas del que no se deja de hablar. Si yo solo le hubiera puesto un euro, seguro que ya tendrían la excusa, de cómo después de todos los costes que hemos tenido para sacar adelante este proyecto, ahora tenemos que comprar un terreno, urbanizarlo, que si la luz, el agua. Así que para que no tuvieran excusa ninguna la farmacéutica, pues terreno, agua y luz gratis. También hay que decir que tal como está la situación económica por aquí y que nadie quiere vivir en el campo, porque las ciudades se han convertido en productores de urbanitas acomodados que no quiere mancharse los pies y muchos menos las manos de tierra, fango y mierda de cochino. Prefiero mil veces antes, regalar el terreno a una farmacéutica, que dejar que el estado lo engulla y lo regale en una subasta pública.
¿Cree que el pueblo está preparado para albergar un complejo de estas dimensiones?
Yo creo que sí, el pueblo se encuentra en lugar privilegiado, a camino de la capital y la nada. Pero sobre todo, a unas decenas de kilómetros de uno de los puertos más importantes del país y que podría convertirse en el nudo logístico por el que se podría enviar gran parte de la producción de las vacunas a África. Porque yo supongo que algún día después de que todo el mundo se vacune en el planeta, creo yo que empezarán a vacunar a la gente de África y que mejor lugar para fabricar las vacunas de este continente olvidado que en Villanueva de las Cruces. Si es verdad que luego vendrán los problemas de aparcamiento en la ciudad, las subidas abusivas de alquileres y viviendas, el ruido de las calles, la masificación. Puede también que para la gente que lleva viviendo toda la vida aquí, ver como el pueblo se convierte en muy poco tiempo en una mega polis farmacéuticas, puede resultar raro. Pero si al final hay un equilibrio entre los que montan a caballo y los que jugarán al golf en el campo de golf que se terminará construyendo y además asumen, que la romería terminará siendo más una feria que un día de campo, pues no pasa nada, todo sea por el progreso del pueblo.
¿Qué es lo que va más va a echar de menos?
Pues a los cerdos que cuido con mimo todos los días, esos que me entienden, que viven felices tal como son, en piara y en su cochinera. Cerdos, que no se pelean y gruñen, que viven sumidos en el bien común por encima de la mierda sobre la que viven. Voy a echar de menos su olor, sus conversaciones, su permanente olisquear de la tierra, sus andares, incluso porque no echaré de menos su amor incondicional. Espero que el cambio merezca la pena y que una fábrica de vacunas y antivirales y pueda suplir el dolor que yo sentiré, cuando vea directivos de farmacéuticas, donde antes estaban mis nobles cerdos.