Redacción. La Junta de Andalucía ha descartado el Hospital Blanca Paloma de la capital, que lleva dos años cerrado, para acoger, en caso de que hubiese sido necesario, a pacientes afectados por la pandemia del COVID-19. Aunque el centro presenta un buen aspecto desde el punto de vista estético, un informe técnico encargado por la Junta de Andalucía a una empresa especializada recoge que tiene deficiencias en la red de tuberías que impiden que se garantice el suministro de agua fría de consumo humano.
Ese informe refleja que “se requiere la sustitución completa de la red de tuberías”. No es la única deficiencia que revela el informe puesto que señala que el sistema de climatización del 80 por ciento de los equipos está fuera de servicio. Según las conclusiones de este escrito, se necesitan tres meses de obras para subsanar esas deficiencias.
La delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, Bella Verano, acompañada de la delegada territorial de Salud y Familias, Manuela Caro, y de un inspector de infraestructuras de dicha Delegación, visitaron ese centro el pasado miércoles 19 de marzo a las 09.00 horas, y lo hicieron acompañados de un representante de la empresa Pascual, propietaria de las instalaciones. Era la primera opción que barajaron para Huelva. Días después se recibió el informe técnico de la empresa que certifica las deficiencias del edificio y se descartó el posible uso de ese centro.
La Junta de Andalucía en Huelva agradece a la empresa propietaria del Hospital Blanca Paloma su disposición para afrontar la crisis del COVID-19.
Por otro lado, la Junta de Andalucía también agradece a las empresas hoteleras que han ofrecido sus instalaciones, bien para posible medicalización, caso del Hotel NH Luz, o de los apartamentos Leo de Punta Umbría, para acoger a sanitarios, y a otros establecimientos con los que se está en negociaciones, por si fuera necesario aumentar el número de camas a pacientes y a sanitarios, una opción que en estos momentos no es decartable pero que aún se ve lejana.