Paco Toronjo, la voz eterna del fandango

Mari Paz Díaz. El 2 de julio de 1998 se marchaba una de las figuras más representativas del flamenco en Huelva: Francisco Antonio Toronjo Arreciado, Paco Toronjo. Por tanto, este martes 2 de julio de 2013 se cumplen quince años desde la despedida que Huelva le brindaba a un genio. Una fecha, sin duda, para recordar.

Nacido el 13 de junio de 1928 en Alosno, hablar de Paco Toronjo es sinónimo de fandango, pero también de genialidad y de estilo propio. Así nos lo recuerda para Huelva Buenas Noticias el crítico de flamenco Ramón Arroyo, que nos envía una semblanza sobre esta efemérides, al tiempo que nos define al artista, a la persona de Paco, al genio.

Para Ramón Arroyo, «Paco revolucionó el fandango de Huelva, porque tuvo la capacidad de transformar unos estilos convirtiéndolos en uno propio. Y eso es de suma importancia». Por ello, Toronjo fue un creador, de ahí su genialidad.

La trayectoria artística de Paco Toronjo comenzó siendo un niño de tan sólo ocho años. Entonces aprendió a cantar escuchando a los mayores mientras cuidaba del ganado. A los treinta años  decide marcharse de Alosno para iniciar una carrera junto a su hermano Pepe, José Gómez Toronjo. Ambos, conocidos como ‘Los hermanos Toronjo’, están considerados unos  pioneros del cante por sevillanas al ser los primeros en grabar discos en esta disciplina.

A la muerte de su hermano Pepe, Paco Toronjo continuó su trayectoria artística en solitario, especializándose en los fandangos de Huelva, a los que este artista les dio un nuevo impulso, divulgándolos por los innumerables escenarios en los que actuó.

Por ello, «hoy día cuando hablamos de cantar por Huelva, en realidad la gente está cantando como lo hacía Paco Toronj0. Cada día tengo más claro esta idea», concluye el crítico Ramón Arroyo.

Toronjo grabó a lo largo de su vida una extensa discografía, donde destacan trabajos como ‘Antes y Ahora’, ‘Alosno, la cuna’ o ‘Diferente’, entre otros muchos. Tanto es así que dicen que podía pasarse una noche entera cantando fandangos sin repetir una sola letra.

No en vano, Toronjo ha abierto muchos caminos para los cantaores flamencos de Huelva. Su figura supuso un antes y un después para los cantes de la provincia, además de estar considerado por la gran mayoría de entendidos como el que mejor los ha ejecutado en la historia. Una enciclopedia del cante por Huelva.

Su despedida es recordada todavía por muchos onubenses, ya que su último adiós antes de recibir sepultura el 3 de julio en su localidad natal fue multitudinario. El mundo de las artes, de la cultura y la sociedad en general se volcó con ese momento.  

Su pueblo, Alosno, y toda la provincia de Huelva, no lo olvidan. Como así lo atestigua el busto que Alosno le dedicó y que se encuentra ubicado en la calle Barrios. También Huelva capital le rindió un homenaje con una escultura que se encuentra situada en la Avenida de Andalucía, obra de Alberto Germán Franco.

Por este motivo, la mejor forma de homenajear a Toronjo, es hacerlo con sus fandangos, como aquel que decía: Tanto me das que sufrir / que tu amor será mi muerte / aunque por ti he de morir / no puedo pasar sin verte / dime tú si esto es vivir.  

Semblanza de Ramón Arroyo

Recuerdos a Tito Paco Toronjo:

Quince años hace ya que te fuiste tito, aún tu recuerdo sigue fresco no solo en mi mente sino también en la de muchos aficionados que te siguen echando en falta, cuándo se habla de Huelva, de su fandango no hay más remedio que nombrarte, dejaste como los grandes, una huella que no habrá goma en el mundo para borrarla, tu cante se ha hecho cada vez más fuerte, más seguido por la afición, ya poco se canta por Huelva, se canta por Paco Toronjo y es que tu figura, por día que pasa, es más notoria, fuiste capaz de transformar los estilos que oías en tu juventud, en todo un himno, un quejio que muchos quieren igualar y ninguno puede imitar, a nadie le sale como a ti te salía y hacías remover nuestras entrañas.

Quince años ya que no vemos tu figura en lo alto de un escenario con aquellos chascarrillos que eran auténticas verdades, sobre el amor, las borracheras, los dineros, los animales, que voy a decir yo si todos recordamos tus actuaciones donde fuera, nunca nos cansábamos de verte una y otra vez, de oírte decir una y otra vez las mismas cosas, pero siempre tenían su sentido y parecían ser distintas en cada lugar. Yo no tengo más remedio que agradecerte siempre, lo bien que te portabas cada vez que solicitaba tu presencia para cualquier acto, especialmente benéfico, siempre obtuve un si por respuestas y siempre con actuaciones venerables.

Y como escribió en su libro Al cielo que es mi morada nuestro común amigo también desaparecido Juan Gómez Hiraldo «Casi mito para unos, astro decadente para otros, franco-tirador para algunos compañeros, inclasificado para los críticos y amigo -ni más ni menos- de sus amigos». Así hemos de recordarte y estar siempre ávidos de escuchar tu voz porque tenemos la gran dicha y suerte de poder oír tu grandísimo legado artístico en forma de videos y de discos.