Cristina Morales. La historia antigua cada vez toma más relevancia en nuestra sociedad actual, tal y como demuestran las frecuentes excavaciones y proyectos de museos que se encaminan a ensalzar el pasado de nuestra civilización. Si algo tiene Huelva es una rica historia, ya que fue tierra de paso para habitantes procedentes de lugares dispares y procedencias diversas. Sin duda, la civilización romana es una de las que más tiene que decir en nuestro pasado y que, además, más interés despierta hoy en día, debido a la riqueza de su cultura y a lo peculiar de sus costumbres.
El escritor SB Francisco bucea en nuestra historia para conocer nuestros orígenes y cimentar en ellos una interesante trama. Este controvertido autor asegura que cuando no está escribiendo novelas es publicitario, economista o agente de viajes, otras veces es profesor de educación física y monitor de esquí e instructor de yoga, a la vez que marinero, músico, buzo o criador de pulpos salvajes. Esporádicamente, incluso logra el nivel de subsistencia como periodista. Nacido en la noche más corta de 1962, cuando firma como SB Francisco se convierte en un guerrero lusitano y un monje medieval y un hippie atribulado y un ejecutivo taciturno y en el capitán de un barco fantasma y en muchos otros personajes con desigual destreza para presentarse en público. Para él el trabajo de contador de historias es similar al de actor y se mimetiza a la perfección con cada uno de los personajes que crea.
En esta ocasión hablamos sobre su nueva novela, que nos ayuda a conocer nuestra historia al bucear en la vida de los hispanos, esos de los que hemos oído hablar y de los que, incluso, poseemos algunos de sus utensilios y bienes más preciados. Lo hace a través de Aurelio Rutilio Rufo, un joven patricio perteneciente al círculo de Escipión cuya rueda le adentra en la Hispania desconocida, real y todavía sin romanizar de Viriato y Numancia. En su aventura se mezcla con comerciantes viajeros, con prohombres sentimentales, con guerreros torcados o con legionarios instruidos por maestros griegos y conoce a los druidas. Además se topa con una nativa, Lubba, escurridiza hija de los sabios y los salvajes, que compartirá con Aurelio algo más que la responsabilidad del relato desde su perspectiva indómita. Aurelio cree que espía para Roma cuando ejerce como diplomático para los hispani, pero no dedica todo el tiempo que quisiera a la reflexión porque su norma le empuja continuamente a ponerse en movimiento. Un viaje al mundo desaparecido de lusitanos y celtíberos durante el período más apasionante de su historia con unos guías cuyo numen se asemeja mucho más al nuestro de lo que imaginamos, solo que todavía no habían nacido ni Julio César ni Jesucristo.
Sin duda una apasionante historia que nos hará viajar al siglo II a.C. y conocer de primera mano a los habitantes de las mismas tierras que en estos momentos estamos pisando. Una forma de reencontrarnos con nuestra historia y descubrir las hazañas de nuestros antepasados. Una novela de ficción con gran fuerza historia y que nos descubre un mundo muy seguido en la actualidad, Hispania y Roma. Para conocer de primera mano la riqueza de ‘Una oveja para Trebopala’ hablamos con su autor SB Francisco.
– Explíquenos quién es SB Francisco
Más allá de la presentación desenfadada que publicó la editorial en su día, no creo que haya nada en mi currículum que vaya a enriquecer mis novelas. En mi caso, por lo menos, la obra es lo que cuenta algo, no el autor. “Nací en la noche más corta de 1962 y cuando firmo SB Francisco soy un guerrero lusitano y un monje medieval y un hippie atribulado y un ejecutivo taciturno y el capitán de un barco fantasma y muchos otros personajes que son más yo que yo mismo.”
– Entonces cuéntenos un poco de sus inicios y trayectoria en el mundo de la escritura.
Empecé a leer antes de la edad habitual, y hasta donde tengo recuerdos siempre he estado muy ligado a los libros. Claro que esto que hoy parece una rareza en realidad no lo era tanto cuando yo era niño. En fin, que quería escribir, pero primero debía ganarme el sustento, por eso estudié económicas, que para lo del sustento debía de servirme. Me especialicé en marketing y luego trabajé en diferentes agencias de publicidad. Desde el primer día mi objetivo oculto fue redactar todos los textos que pasaban por delante de mí. Y así fui haciéndome con las herramientas que finalmente me ayudarían a escribir las novelas con las que soñaba.
– Y dentro de la novela, ¿por qué la histórica?
He escrito algunas novelas históricas, pero desde mi perspectiva ésta es una clasificación que responde a criterios comerciales, no literarios. Una novela pone a unos personajes en un marco que puede ser realista o fantasioso, incluso completamente irreal, y también puede escoger un entorno histórico definido con el que deban enfrentarse sus personajes. Lo realmente interesante es ver cómo los protagonistas encaran los retos que les supone moverse, por ejemplo como ocurre en ‘Una oveja para Trebopala’, en un marco donde la moral la dicta una religión pre-cristiana, donde existen los sacrificios humanos, por ejemplo.
– ¿Por qué escribir sobre Viriato y las guerras numantinas?
Si hay algo diferente en un país como el nuestro, con tantísima historia, es que tengamos tan pocas novelas, películas o incluso estudios sobre nuestros temas. Imagínese que una figura tan dotada para la leyenda como Viriato o un acontecimiento tan épico como lo fue la resistencia de Numancia se hubieran dado en Francia o Inglaterra. Una lectura, quizá demasiado amable, dice que no hay nada de esto porque los españoles estamos muy ocupados protagonizando la historia y no tenemos tiempo ni para estudiarla ni para contarla.
El caso es que esta anomalía me ha dejado un campo prácticamente sin cultivar para que pueda plantearse por primera vez en una novela la hipótesis de Numancia como cerro sagrado, lo cual tiene muchas y jugosas consecuencias que por supuesto utiliza la novela para dar vida a sus personajes.
– ¿Cómo podemos relacionar su novela con Huelva?
La enormidad del legado califal muchas veces oscurece la enormidad de la presencia romana en lo que fue la no menos enorme Tartessos. Huelva se encuentra entre el rico valle del Guadalquivir y las montañas donde se crió Viriato, quien anduvo por estas tierras y por lo menos se sabe de un campamento suyo que estaría en La Nava, al norte de la provincia, además de otros poblados celtíberos como el de Castañuelo. El descubrimiento de restos arqueológicos de esta época no ha hecho más que empezar y no hay tantos lugares con argumentos como los tiene Huelva para hacer de Viriato un héroe local. Por otro lado, está Roma. ¿Habrá algún onubense que no conozca la importancia histórica de sus minas?
– ¿Qué puede aportarnos ‘Una oveja para Trebopala’?
Con ella nos acercamos a la vida de nuestros antepasados de hace más de dos milenios: a sus anhelos, sus necesidades, sus gustos, su forma de amar, sus costumbres, sus creencias. Y lo hacemos a través de las peripecias de un joven romano íntimamente relacionado con los nativos, de manera que somos testigos de los dos puntos de vista en el enfrentamiento entre la Roma civilizada y las tribus ibéricas. Además, los hechos reales son tan fantásticos que nos parecerían increíbles si no supiéramos que son verdaderos. Conocerlos bien vale el esfuerzo de leer sobre ellos. La novela, a la sazón, hace que acercarse a esos hechos nos resulte más ameno.
– ¿Tendrá continuidad esta novela?
Se refiere al choque de civilizaciones entre Roma y los hispani, a una segunda parte de ‘Una oveja para Trebopala’. Aún no lo sé. Lo que sí sé es que nuevos personajes se enfrentarán a nuevos retos en entornos distintos. La búsqueda del ser humano en entornos diferentes es la verdadera continuación de la novela. Hemos visto al hombre antes del nacimiento de Jesucristo, ¿qué tal si continuara con el ser humano enfrentándose al entorno que queda tras la muerte de Dios?
– Volvamos al mundo de ‘Una oveja para Trebopala’ ¿Qué acogida está teniendo la novela?
No puedo darle datos concretos, pero el interés que está despertando entre un público muy variado supera con creces mis mejores expectativas. Estoy muy satisfecho. Ahora es fácil decirlo, pero realmente no se podía esperar otra cosa dado lo seductora que es la historia de Roma en la Hispania antigua.
– Y en Alemania, donde reside, ¿interesa este tema?
Carezco de información suficiente para contestar a esta pregunta. En mi entorno inmediato, sí, claro, por supuesto, mucho. Más allá de esto, puedo decirle que la civilización romana por un lado, y todo lo que tiene que ver con España por otro, interesa en Alemania más de lo que solemos imaginar. Lo que me ha sorprendido, aunque si lo pienso no debía haberme sorprendido tanto, es la curiosidad que ha despertado entre el público italiano.
– ¿Qué le sugiere el patrimonio histórico y arqueológico de Huelva?
Que es un diamante en bruto. Tartessos, los íberos, Roma… Con muchos menos argumentos se han consolidado soportes culturales turísticos muy rentables en otros territorios.
– ¿Cuáles son sus planes a corto/medio plazo?
Escribir una novela.
– ¿Le mandaría un mensaje a los onubenses?
Les mando un saludo muy afectuoso. Y un ruego: tengo muy buenos amigos entre Huelva y Cádiz, y suelo visitarlos. Si alguna vez me reconocen por la calle, háganse una foto conmigo, así impresiono un poco a estos amigos míos que piensan que un escritor no es nadie que valga la pena. Tienen razón, por supuesto, pero si me ayudan, por un minuto les haremos creer en una fantasía de novela.
– Dígame por último: ¿Cómo puedo hacerme con un ejemplar de “Una oveja para Trebopala”?
Por menos de lo que cuesta un paquete de cigarrillos, haga click en este link y lo tendrá inmediatamente en su soporte informático preferido.
Ave atque vale (saludo y adiós).