La vida le da una segunda oportunidad a Elena Gómez en Reino Unido, donde es profesora de Secundaria

Mari Paz Díaz. Elena Gómez, nuestra ‘Onubense por el mundo’ de esta semana, no tiene el perfil típico de las personas que suelen protagonizar esta sección, dado que tiene una historia muy particular que ha querido compartir con nosotros. Para comenzar, siendo hija de madre onubense y de padre sevillano, nació en Londres, hasta donde sus padres se habían desplazado un tiempo. Ahora, a sus 54 años, reside de nuevo en Reino Unido, después de una intensa experiencia personal, que, prácticamente, se inicia en Huelva, hasta donde sus padres quisieron volver al poco tiempo de ella nacer , con el objetivo de que «yo creciera en nuestra tierra y con los nuestros».

Así que Elena se crió en Huelva capital, donde, con el tiempo, creó su propia familia. Su vida transcurría con normalidad hasta que se divorció del padre de sus hijas. Entonces, tomó una decisión que cambió su vida: marcharse de España. Tal y como recuerda, «fue la decisión que más me ha marcado en mi vida. Dejé mi trabajo en Huelva y me fui a vivir a Grecia. Nadie lo entendió demasiado bien, menos mi familia más cercana. Pero, para mí, fue como renacer. Y jamás me he arrepentido de ello».

Su estancia en Grecia duró seis años. En concreto, vivió en Tesalónica. Una etapa que recuerda con cariño, porque afirma que «fui muy feliz el tiempo que estuve allí. La verdad es que echaba de menos a la familia y poco más. Porque Grecia es un país muy parecido a España, así que no me sentía extranjera»

Tras esta etapa, Elena regresó por motivos familiares a Huelva, donde «tuve la suerte de llegar y recuperar mi puesto de trabajo, así que me quedé en Huelva un año más». Sin embargo, la llegada de la crisis económica le volvió a animar para marcharse de nuevo. «Al año siguiente de regresar, debido a la crisis, mi empresa decidió prescindir de mí de la noche a la mañana y me vi, con cuarenta y tantos años, en el paro y con una idea bastante clara del futuro del trabajo en Huelva. Y es que la situación económica en España se estaba pareciendo muy peligrosamente a la situación griega», afirma. 

Fue entonces cuando esta onubense decidió irse a Reino Unido. Su objetivo era pasar allí nueve meses para hacer algún curso de desarrollo profesional y volver a probar suerte por las academias la siguiente primavera. Sin embargo, su estancia se ha alargado más de lo previsto, puesto que ya lleva viviendo allí seis años. Un país en el que se ha vuelto a casar y donde viven también sus dos hijas, que estudian y trabajan allí. Una prueba, según dice, de que «en la vida nada se puede dar por sentado. Me pasó algo que no esperaba».

Elena Gómez nos aclara que «me fui porque sabía que iba a estar dando vueltas por Huelva sin hacer nada y tenía que pensar en mi futuro. No sirvo para depender de nadie. Siempre he estado ligada a la enseñanza de idiomas. En Grecia, me cualifiqué como profesora de español y, ahora, en Reino Unido, trabajo en la enseñanza pública en un instituto de Secundaria».

En concreto, Elena vive con su familia en la ciudad de Reading, situada en el cinturón de Londres. Tal y como nos describe, «es una ciudad atravesada por el Támesis y típicamente inglesa. Tenemos Londres y Oxford a una media hora en tren, con lo cual puedes disfrutar de todo lo que te ofrece la capital más grande de Europa o del ambiente más tranquilo y cultural de Oxford. Reading no tiene grandes alicientes que no sean naturales (aire puro, la paz del río o los parques de vegetación exhuberante y poblados de ardillas). Por lo demás, todo es trabajo y casa. Aunque, eso te brinda la ocasión de dedicar tiempo a leer, a conocerte a ti mismo, a aprender cosas nuevas… Yo he retomado mi gusto por la pintura, la escritura, la cerámica y otras artes plásticas.  Estudio caligrafía, matemáticas, galés… El invierno es largo».

Un estilo de vida que pone de manifiesto que es un país muy diferente a España. «Eso de improvisar un café no es tan fácil. Yo he quedado con dos amigas del trabajo para la semana que viene. Los ingleses planifican su tiempo. Por eso, la mayoría de españoles aquí salen con otros españoles. El perfil del español típico aquí tiene entre 25 y 35 años. Yo no estoy en esa franja de edad y mi vida es más familiar. Hemos sustituido el fiesteo del fin de semana por viajes. Y nos dedicamos a visitar diferentes ciudades de Europa, siempre que tenemos tiempo, teniendo en cuenta que pasamos bastante tiempo de nuestras vacaciones en España con la familia». Una familia que se muestra contenta de que haya encontrado una estabilidad laboral que difícilmente hubiera logrado en Huelva. 

En cualquier caso, Elena es consciente de que en su futuro más próximo todo puede cambiar: «Me gustaría pensar que las cosas en casa se pondrán mejor y podremos volver, pero tengo los pies en el suelo y, quizás, si después del Brexit las cosas no funcionan aquí como todos esperamos, puede que tenga que volver a hacer la maleta y marcharme, quién sabe, si a Canadá o China«. Y es que considera que cuando vuelva a Huelva para siempre será «para retirarme y vivir en mi playa de Punta Umbría». 

Por el momento, para ella, «lo bueno de vivir aquí es que ir a Huelva es algo bastante sencillo. Cada año voy, al menos, dos o tres veces al año. Incluso, alguno de mis primos me dice que paso más tiempo en Huelva que en Inglaterra. Por ejemplo, en 2019 iremos en febrero para pasar unos días con la familia y amigos». 

En  cualquier caso, siempre recuerda la provincia de Huelva, sobre la que dice que «antes pensaba que lo que más echaba de menos era el mar y el olor de las salinas, así como a los amigos y a la familia tomándonos una Cruzcampo con unas gambitas, unos chocos fritos, unas lonchitas de Jabugo o una humilde ensaladilla rusa. Pero, ahora, pienso que lo que echo de menos es no poder acompañar a personas a las que quiero en los momentos en los que necesitan apoyo. Echo de menos a mi padre, que va cumpliendo años y me gustaría estar más cerca de él, a mis amigas, que pasan por momentos duros y que tanto me gustaría poder abrazarlas y estar junto a ellas. Y, un poco más prosaicamente, echo de menos el Festival de Cine Iberoamericano, el Teatro en Huelva, ir al cine a ver pelis españolas y me estoy perdiendo a una Huelva que cada día valora más la cultura y su patrimonio».