HBN. La primavera es una de las mejores épocas del año para disfrutar del increíble patrimonio natural de la provincia de Huelva. Desde la Costa a la Sierra, pasando por el Andévalo o el Condado, encontramos paisajes de ensueño que dejan sin aliento. Pararse frente a ellos, contemplarlos y dejarse invadir por esa sensación de plenitud, de fusión con la naturaleza, es un privilegio que todos los onubenses tienen al alcance de la mano.
Y es que en cualquier lugar de nuestra tierra es fácil localizar uno de estos maravillosos rincones. Para hacerlo más fácil, hablemos de algunos de los mejores puntos a los que se puede acceder para maravillarnos con sus vistas: los miradores.
Miradores Isla de Enmedio y Salinas de Bacuta. A escasos kilómetros de Huelva capital, en el Paraje Natural Marismas del Odiel, nos encontramos con dos miradores conocidos como Isla de Enmedio y Salinas de Bacuta. Ambos están cercanos al centro de visitantes del citado espacio, al que se accede a través de la carretera del Dique Juan Carlos I.
Al final del sendero Calatilla de Bacuta, está el mirador que ofrece una visión excepcional de la reserva natural de la Isla de Enmedio, constituida por la acumulación de depósitos fluviales procedentes de los arrastres del río Odiel. Desde este enclave, pueden observarse multitud de aves, como garzas, garcillas, martinetes o anátidas, y muy especialmente espátulas, pues aquí se encuentra la principal colonia de toda la Península.
Próximo al anterior, se localiza el mirador de las Salinas de Bacuta, en el enclave del mismo nombre donde se asientan las antiguas instalaciones extractivas existentes en la Isla de Bacuta. Las vistas que ofrecen son a la ría de Huelva y a la propia ciudad, destacando una excelente panorámica del Puerto Interior con el Muelle de Río Tinto como elemento más llamativo.
Miradores de San Miguel y El Portil. En la zona costera encontramos dos de los miradores más destacados de la provincia. Uno es el de San Miguel, sito en la localidad de Cartaya. Su situación ofrece al visitante unas vistas excepcionales de la Ría del Piedras y la Flecha de El Rompido, una estampa idílica de este espacio natural único. Además, permite una buena observación de los cordones dunares y de la vegetación de la zona. Muy cerca está también el mirador de Agua del Pino, en el que se la vista alcanza hasta la desembocadura al mar.
Mucho antes de llegar a Cartaya, entrando en El Portil a mano derecha, podemos desviarnos para disfrutar de un punto que marca el inicio del sendero que discurre por la reserva natural del enclave costero. El humedal de agua dulce que representa La Laguna de El Portil cuenta con un mirador desde el que puede observarse su abundante flora y fauna. En él la vista se pierde entre un mar de pinos piñoneros salpicados por espadañas, castañuelas, tarajes y juncos. Los más observadores quizá tengan la suerte de divisar alguna espátula, focha común, porrón común o garcetas, animales muy presentes en este entorno.
Mirador Doñana. En la A-494, a unos metros del punto de inicio del carril cicloturista de El Asperillo, en Almonte, se halla el mirador Doñana, que se integra en uno de los principales ecosistemas de este espacio natural, el sistema de dunas móviles.
Desde este punto, cercano a la costa, puede contemplarse el núcleo urbano de Matalascañas si miramos al Este y el Espacio Natural de Doñana en el resto de direcciones.
Asomarse a este balcón es todo un espectáculo, ya que permite la observación y seguimiento de las dunas, esas acumulaciones de arena que se desplazan gracias a la fuerza del viento, sepultando a su paso pinares y matorrales.
Mirador en la mina de Riotinto. Buscando un paisaje diferente, tendremos que emprender camino tierra adentro. La Cuenca Minera es famosa precisamente por su singularidad: un río rojo rodeado de tierras amarillas, granates y anaranjadas, un terreno industrial abandonado en el que aún se aprecian los restos de su pasado y unas minas a cielo abierto que dejan a todos con la boca abierta.
Apreciar este bello lugar, único en el mundo, es más fácil desde los miradores. Está, por ejemplo, el de la mina de Cerro Colorado, que cuenta con un aparcamiento. Desde él se contempla esta explotación con la sensación de que las manecillas del reloj han retrocedido hasta devolvernos al siglo XIX. Es como contemplar historia viva de la Cuenca Minera envuelta en los tonos pastel que dominan la zona. Un placer para los sentidos que se incrementa si la visita la hacemos al atardecer.
Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Pero si hay una zona de la provincia realmente bella y por la que vale cada kilómetro recorrido hasta alcanzarla, ésa es nuestra Sierra. En ella abundan los miradores, que salpican las carreteras que conectan sus numerosos y diversos municipios. Destacaremos algunos de ellos.
Mirador Cerro de San Cristóbal. En el Cerro de San Cristóbal localizamos dos miradores muy interesantes, uno al Norte y otro al Sur. Ambos ofrecen una visualización muy amplia del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche pero desde diferentes perspectivas. Desde el primero puede divisarse con total nitidez la localidad de Castaño de Robledo, también el conocido como Cerro del Castaño, segunda cima más alta del Parque, además del barranco de Los Romeros y el río Caliente.
Desde la cara sur del Cerro de San Cristóbal la estampa cambia, y podremos ver el pueblo de Almonaster la Real, distinguiendo especialmente su famosa mezquita andalusí, única por haberse conservado casi intacta desde su construcción entre los siglos IX y X, y la plaza de toros, labrada sobre los sillares del castillo medieval.
Mirador El Embalse. En la zona de Puerto Moral se encuentra el Mirador El Embalse, que ofrece una panorámica digna de admirar del embalse de Aracena. Junto a la infraestructura hídrica, campos de olivos y encinas pueblan el terreno.
Además, desde este mirador se observa el Monasterio de Tentudio, también denominado ‘Los Bonales’, que representa el punto geográfico de mayor altura del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Mirador del Puerto de Alájar. También conocido como el mirador más alto de la Peña Arias Montano, un enclave muy famoso en nuestra Sierra por albergar la ermita de la Reina de los Ángeles.
Precisamente junto a la ermita se encuentra el camino que conduce a este mirador, que ofrece una vistas maravillosas no sólo de la Peña y de Alájar, sino también de gran parte de la provincia. Incluso aseguran que en días muy claros, puede otearse el mar.
Mirador Alto del Bujo. Visitar este mirador al atardecer es una opción muy interesante para descubrir la belleza del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. A él se accede desde la localidad de Arroyomolinos de León, por el sendero que parte de la calle Antonio Machado.
El embalse de Aracena también es visible desde el Alto del Bujo, al igual que la Sierra de Jabata, la Sierra Águila, la Sierra del Valle del Gato y las Cumbres de Hinojales.
Mirador de El Castañuelo. Por último, hacemos una parada en el mirador de El Castañuelo, con vistas a la espesa vegetación que pueblan las laderas de esta zona montañosa. Encinas, alcornoques, robles y eucaliptos se reparten por el terreno creando un hermoso mosaico vegetal.
En este punto de la provincia, además de multitud de aves rapaces, pueden contemplarse los montes extremeños.
Cabe destacar que el mirador se encuentra en el kilómetro 3 de la carretera HU-8125, en el término municipal de Aracena, y debe su nombre al yacimiento de El Castañuelo, un asentamiento del siglo II a.C.