Rosa Mora. Ha crecido entre músicos. Una circunstancia que ha marcado el devenir de la onubense Estefanía Carrellán. Familiares muy cercanos, entre los que destaca su propio padre, gran aficionado al clarinete [instrumento por el que ella se decantaría] supieron transmitirle el gran amor que sienten por la música. Una sensibilidad especial por esta disciplina del arte, extensible a todo el municipio de Bollullos del Condado, que sobresale en la provincia onubense por haber sido -y continuar siéndolo- cantera de grandes profesionales.
Resulta llamativo, pero ya, a sus 5 años, el mayor deseo de esta joven de Bollullos del Condado era poder ingresar en la banda musical del pueblo. Comenzó entonces, a esa corta edad, a formarse de la mano del maestro Antonio Moreno.
Tras el Conservatorio Elemental de Música de Bollullos, la músico onubense realizó Enseñanzas Profesionales en el Conservatorio Francisco Guerrero de Sevilla para, seguidamente, cursar E. Superior en el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo, también en la capital hispalense, con los profesores Antonio Salguero, Javier Trigo y el Catedrático, Antonio García Herrera, obteniendo matrícula de Honor en su último curso. Con el fin de completar su formación, Estefanía Carrellán formó parte de la Fundación Barenboim-Said, recibiendo clases con los solistas de la Staatskapelle de Berlín.
Tras intensos años de trayectoria, la joven clarinetista destaca las giras nacionales e internacionales en las que ha tenido la oportunidad de participar junto a reconocidas orquestas como la Orquesta Joven de Andalucía, la Orquesta Nacional de España, la Academia de la Orquesta Ciudad de Granada y la Orquesta de la Academia Baremboin-Said, entre otras. En estas, destaca la onubense a Huelva Buenas Noticias, «he sido dirigida por maestros de la talla de Arturo Tamayo, Bruno Aprea, Pablo González, Michael Thomas, Lutz köhler, Pedro Halffter, Eduard Topchyan, D. Amayak , Maurizio Benini, Lutz Köhler, entre otros».
Además de intérprete, la onubense se declara una gran apasionada de la docencia. En esta línea, ha sido profesora en diferentes Escuelas de Música de la geografía andaluza, destacando su labor en la creación del proyecto musical, creando la escuela de música de Rociana del Condado, siendo su directora durante tres ediciones. En la actualidad, ejerce como docente de clarinete en el Conservatorio Profesional de Música ‘Antonio Lorenzo’ de Motril, Granada.
A todo lo demás, sumamos que Estefanía Carrellán es componente del Quinteto Ánima Ensemble y el Trío Ventosset, con el que ha participado en programas de Radio Nacional de España como ‘El ojo crítico’ o ‘Clásicos Populares’, así como festivales de música de cámara y conciertos en los museos de toda la geografía española a través del programa ‘Musae’ del Ministerio de Cultura.
A pesar de su juventud, la constancia y el trabajo han llevado a la bollullera a labrarse una exitosa carrera que le ha llevado a ser reconocida recientemente en su pueblo natal. Con motivo de este reconocimiento, hemos conversado con la onubense:
– De tener que definirte, ¿Cómo lo harías?
– Me definiría como una mujer luchadora y constante con inquietudes profesionales que me hacen estar continuamente inmersa en diferentes proyectos musicales. Ahora mismo estoy trabajando en un taller de jazz. Me apasiona aprender y exprimir el tiempo, por ello siempre voy corriendo a todas partes, no sé vivir de otra manera.
– ¿Cuándo surge tu pasión por la música?
– Mi pasión por la música aparecen bien pronto, con tan solo 5 años decidí que quería ir a dar clases a la banda del pueblo. Mi padre, conociendo lo inquieta que era, pensaba que aún era pronto y que debíamos esperar a que fuera un poco mayor. Tanto insistió que creo que fue el detonante para que mi deseo fuera aún más fuerte y finalmente cedió y me llevó. Aún recuerdo el primer día, mi padre sacando la moto para llevarme y tanta lata le dí que cuando ya estaba a punto de montarme me dijo “ahora te quedas en casa por pesada». Esa tarde la pasé llorando y al día siguiente conseguí mi objetivo. En mi familia, tanto por parte de mi madre como por parte de mi padre, todos son músicos: mi padre, mis tíos, mis bisabuelos. Asimismo, es difícil hablar de mi pueblo sin hacer referencia directa a la música y a los buenos músicos, es una pasada un pueblo con tres bandas de música, una orquesta, una coral, muchos grupos de música de cámara.
– ¿Por qué te decantaste por el clarinete?
– Me decanté por el clarinete porque era el instrumento que tocaba mi padre y mis tíos, y era lo que había visto en casa. Todos ellos han sido y son buenos aficionados a la música. No estudiaron carrera profesional pero la música siempre les ha acompañado en su vida.
– ¿Cómo recuerdas tus inicios?
– Mis inicios los recuerdo muy feliz, junto a mi inseparable Violeta, mi amiga de toda la vida y a la que le tengo que agradecer que me hablase de la música en primer lugar, pues ella empezó a dar clases de música y a mí me entró el gusanillo. Las interminables sesiones junto a el maestro de la música Antonio en el viejo ‘Cine España’, tan entrañable y que tan buenos recuerdos me trae. Allí aprendimos no solo música, también aprendimos a ser constantes, trabajadores y competitivos pues eran clases muy duras. Cuando entré en el Conservatorio tenía un nivel bastante alto gracias a las sesiones con este maestro del pueblo.
– ¿En qué momento te das cuenta de que quieres dedicarte a la música de forma profesional?
– Yo tenía muy claro desde bien pronto que quería dedicarme a la música de forma profesional. Mis profesores y mi familia siempre me alentaron a hacerlo, decían que tenía muchas condiciones para la música y que sería una lástima que lo desperdiciara. Cuando empecé a presentarme a concursos y a las orquestas jóvenes me di cuenta de que mi vida estaría siempre ligada a la música.
– ¿Quiénes son tus referentes?
– En la actualidad son todos mis maestros, pues han contribuido a que, hoy por hoy, tenga un sello personal cuando interpreto, y de todos ellos he aprendido cosas importantes. Destaco el trabajo que hizo conmigo Javier Trigos, Antonio Salguero, Camilo Irizo, Antonio García Herrera y Mattias Glander.
– Años de trayectoria profesional… ¿Momentos más especiales?
– Los momentos más especiales dentro de mi trayectoria profesional han estado ligados siempre a las orquestas, tanto jóvenes como profesionales, pues es cuando yo personalmente me siento más músico si cabe. No puedo marcar un momento concreto pues para mí todos tienen algo especial: las óperas con Miguel Domínguez en la Ross, en la Ocg con el clarinete bajo, la sinfonía 9 de Beethoven con la Boss… Son muchos momentos y todos entrañables.
– Muchos escenarios… ¿El que más te haya impresionado?
– La verdad es que los auditorios y los teatros son todos impresionantes, pero el que más me gustó por su capacidad y elegancia fue el teatro de la Ópera de Budapest. Es similar al de Viena pero más pequeño y con una acústica exquisita.
– Además te dedicas a la docencia, ¿Qué te aporta?
– Me dedico a la docencia porque me llena de alegría transmitir lo mucho o poco que he aprendido y hacerlo con entusiasmo me hace inmensamente feliz. Creo que necesitamos más docentes que amen lo que hacen sin perjuicios de crear grandes músicos. Trabajo con mucho respeto y amor hacia la música, siendo consciente de que no necesariamente todos serán grandes concertistas pero ¿Por qué no grandes melómanos?
– Eres de Bollullos del Condado, ¿Ha influido tu tierra en tu trayectoria profesional?
– ¡No me cabe la menor duda! Como he comentado antes, hablar de mi pueblo es hablar de música y de buenos músicos.
– ¿Qué ha supuesto para ti el reconocimiento que acabas de recibir en tu pueblo?
– Para mí es un reconocimiento muy especial, me siento muy orgullosa de decir allá donde voy de dónde soy pues, aunque parezca mentira, Bollullos del Condado es conocido por todo el mundo gracias a sus buenos vinos y a sus buenos músicos.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Aspiro a seguir haciendo lo que me gusta que es compaginar mi faceta como docente y como intérprete.
– ¿Algún sueño que cumplir?
– Mi intención es completar mi formación con el Doctorado, que tuve que dejar apartado para convertirme en mamá de dos princesitas que me tienen robado el corazón.
– Muchas gracias.