Patricia Vinsac /Fotos: Rafa Pinto. El artista onubense Rafa Pinto vuelve con una exposición retrospectiva en la capital en la que celebra sus 15 años de carrera. Las obras, que datan desde 2004 hasta hoy, han formado parte de muestras de gran éxito como «El género desordenado», «El hijo del pescadero», «It’s a sin» o «Vooyeur», entre otras. La inauguración será el viernes 13 de abril a las 19:00 en la Casa de la Juventud en el Huerto Paco (Calle Salamanca).
Esta ocasión se presenta como una nueva oportunidad para volver a apreciar cuadros que en su día tuvieron gran repercusión, bien por su polémica temática o por ser de los más aplaudidos por el público, además de conocer obras inéditas realizadas durante el presente 2018.
El título de esta muestra surge según Pinto tras quince años sin parar de dibujar, pintar e imaginar cosas, y «estar tan agobiado que llegué a maldecirlo». En una ocasión estuvo a punto de tirar la toalla, cuando no obtenía los frutos por los que trabajaba sin descanso de manera literal, llegando incluso a resentirse su salud por el continuo esfuerzo, pero por fortuna pudo más su pasión y no abandonó. Es por ello que le apetece cerrar esta etapa: «Tenía ganas de dar punto y aparte y volver a empezar algo nuevo». Asegura que seguirá pintando diferentes cosas, pero siempre dentro de su sello personal.
Partiendo siempre de la imaginación, la obra de Pinto no deja indiferente a nadie. Este artista, que lleva desde la infancia pintando y se formó en la Escuela de Arte «León Ortega» de Huelva, cuenta en sus cuadros su peculiar forma de ver la realidad y cómo interioriza aquellas experiencias que conoce de cerca o vive en propia piel.
Su obra ha resultado ser provocativa a algunos ojos sin pretenderlo en sus inicios, pero el pintor ha sabido encajar las críticas consciente de que su obra no es más que un reflejo de su mundo interior, por tanto siempre ha invitado a sus espectadores a que se divirtieran admirando sus creaciones.
La muestra no defraudará a nadie, ya que cumple fielmente con todos aquellos rasgos que configuran su personalidad artística: surrealismo naif, colorido en abundancia, innovación en técnicas, alegría, humor, crítica desenfadada, toques autobiográficos y por supuesto todo impregnado de la prodigiosa imaginación del pintor.
«La maldita pintura» podrá visitarse hasta el próximo 13 de mayo.