Rosa Mora. Se confiesa una enamorada de su tierra, Almonte, algo que no le impide reconocer todo lo bueno que le está aportando su experiencia en Reino Unido. La onubense María Sánchez Mondaca aterrizó en las islas británicas en el año 2011. No sabía entonces que su estancia en este país al que llegó con el propósito de mejorar su nivel de inglés no sería pasajera.
Con formación como administrativa y recepcionista, desde que llegara Inglaterra, María sabe lo que es trabajar en diferentes sectores. De este modo, aunque se inició en el mundo de la hostelería, a los cuatro años consiguió un empleo en una empresa de administración.
Su lugar de residencia es Bath, una hermosa ciudad histórica emplazada al sudoeste de Inglaterra, que ostenta además el privilegio ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Huelva Buenas Noticias ha conversado María, una onubense que se marca el reto de ser feliz continuando con su formación en Reino Unido, abierta a lo que el destino le depare.
– ¿En qué momento y por qué decidiste trasladarte a Reino Unido?
– Siempre estuvo en mis planes tener una experiencia en el extranjero pero el miedo a lo desconocido me detenía. Fue en la primavera del 2011 cuando mi amiga Rocío Ramos me propuso hacer un curso de inglés en Bath y eso fue lo que me motivó a dar el paso.
– Resides en Bath , ¿La calificarías como una ciudad agradable para vivir?
– Bath me enamoró desde el primer día. Es una ciudad bonita, segura, turística y con vistas preciosas, además declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.
– ¿Cómo fueron tus primeros días en Inglaterra?
– Los primeros días fueron duros por el cambio en general, el idioma y el no estar cerca de mi gente, pero a la misma vez los recuerdos como una de las experiencias más divertidas de mi vida.
– Cuéntanos, ¿En qué trabajas actualmente?
– Actualmente no trabajo. Mi trabajo más reciente fue de recepcionista en una clínica dental cubriendo una baja por maternidad. Actualmente soy madre a tiempo completo.
– ¿Con anterioridad has estado empleada en otros sectores?
– Empecé trabajando en un restaurante español y me echaron a las tres semanas porque no entendía nada de lo que me decían, mi inglés era muy malo. Así que me puse a estudiar y poco a poco empecé a encontrar otros trabajos en hostelería donde fue rápido subir de puesto con mucho esfuerzo. Después de cuatro años en hostelería comencé a trabajar en una empresa de administrativa.
– ¿Alguna anécdota que te haya ocurrido durante tu estancia?
– [Ríe] Muchas, casi todas relacionadas con el idioma y muy vergonzosas. Una de ellas fue cuando conocí a Neil -mi marido- que le decía constantemente que mi teléfono no tenía buena señal y no lo escuchaba bien, que sería mejor que me escribiera mensajes de texto. Por mensajes entendía mejor lo que decía.
– ¿Cómo era tu nivel de inglés al llegar?
– Pues como ya he dicho anteriormente, mi inglés era bastante malo pero a la misma vez eso es lo que me motivaba día a día a seguir esforzándome.
– ¿Y ahora?
– Peor que antes seguro que no [ríe]. Pues ya me siento más segura, y no tengo que pensar en español. Ya el idioma no es un problema como antes, pero sí es verdad que nunca se termina de aprender.
– ¿Estaba en tus planes trabajar fuera de España?
– Tener una experiencia en el extranjero siempre me llamó la atención, y estuvo en mis planes pasar unos meses fuera, pero no seis años.
– El tiempo libre, ¿En qué sueles emplearlo?
– Me gusta viajar y pasar tiempo con mi familia y amigos. Si hace buen tiempo, nos encanta ir a Warleigh Weir, a la que llamamos aquí entre los españoles la playa de Bath.
– ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la vida en Reino?
– Pues me llama mucho la atención el uso de las iglesias para reuniones de madres con niños. Cada iglesia tiene destinado un día a la semana a hacer juegos para niños y ofrecen té con galletas para las mamis. Los niños se lo pasan genial y las madres también.
– ¿Algún aspecto al que te haya sido complicado adaptarte?
– Se me hizo complicado decir “por favor y gracias” por todo. Me parece exagerado la de veces que se tiene que decir gracias y por favor para no ser visto como un grosero.
– Sois muchos los españoles que habéis tenido que emigrar, ¿Has coincidido con muchos otros en la ciudad en la que vives?
– Sí, aquí somos muchos y la mayoría nos conocemos. Yo tengo un grupo en WhatsApp con 39 madres españolas en Bath.
– ¿Qué valoras de forma más positiva en tu experiencia en el extranjero?
– Por supuesto, haber conocido a Neil y tener a nuestro niño ha sido lo más positivo de esta experiencia pero también me siento orgullosa de poder decir que tengo amigos en muchas partes del mundo.
– Y tu familia, ¿qué pensó cuando tomaste la decisión de marcharte?
– Todos me apoyaron muchísimo. Me conocen bien y sabían que me haría feliz. Sin su apoyo todo hubiera sido más difícil.
– ¿Qué echas más de menos?
– Los paseos por Matalascañas y las tradiciones de mi pueblo. A la familia la tengo en Skype todos los días [ríe].
– ¿Cuáles son tus aspiraciones a corto plazo?
– Quiero seguir formándome en Inglaterra ya que aquí te dan más facilidades [por ahora] y, luego, con la mente abierta a lo que venga bien.
– Para terminar: un mensaje a los onubenses.
– Cada país tiene sus encantos y sus inconvenientes. Vivir en Bath me ha sumado y me sigue sumando muchas cosas positivas a mi vida, que si me hubiera dejado llevar por el miedo a lo desconocido nunca las hubiera vivido. Yo recomiendo a todo aquel que esté indeciso a dar el paso de vivir en el extranjero, que lo haga, hay más que ganar que de perder y, cuando se va de vuelta para Huelva, se ve aún más bonita, la comida sabe aún mejor y se valora más la alegría de la gente. Y yo, aunque recomiendo viajar y vivir una época en otro país, no dejo de reconocer que el mejor rincón del mundo es Almonte, El Rocío y Matalascañas.
-Muchas gracias.