HBN. El periodista Juan Carlos León Brázquez volvió a Nerva para reivindicar una vez más la novela El metal de los muertos y la importancia que tuvo en su momento la visita que su autora, la escritora cántabra Concha Espina, realizó durante dos meses a Nerva y las minas para documentarse sobre la huelga que en 1917 preparaban los sindicatos mineros.
En el Museo Vázquez Díaz de Nerva, justamente en el centenario de su visita, ha podido escucharse la voz rotunda de Concha Espina, grabada 15 años después de su estancia entre los mineros. El periodista subrayó la importancia y el eco que tuvo la novela en su momento y defendió a una escritora que estando en la cúspide de su carrera fue a Nerva a convivir con los mineros y a defender sus reivindicaciones ante uno de los grandes pilares de la novela social española. Por eso –dijo- Nerva tenía una deuda con Concha Espina y su novela, y agradeció al Ayuntamiento que justamente en el 62 aniversario de la muerte de Concha Espina y a los 100 años de su visita a Nerva lo hubiese llamado para dar una conferencia sobre los pormenores de aquella visita. El concejal de Cultura, Isidoro Durán, anunció por su parte que se van a iniciar los trámites para que una Plaza de Nerva lleve el nombre de la novela El metal de los muertos.
Durante su conferencia, el periodista Juan C. León Brázquez, desgranó cómo se produjo aquella visita que Concha Espina realizó con su hijo Ramón de la Serna, en un momento difícil y conflictivo para la cuenca minera que preparaba en mayo de 1917 una huelga que costaría 10 muertos en el verano de ese año. La novela traspasó fronteras y sirvió de apoyo a las reivindicaciones sociales y laborales de los mineros onubenses. Dijo, además, que la visita impactó en Concha Espina, quien durante años se refería a ella en entrevistas y comentarios y pedía la expulsión de los ingleses por cómo trataban a los obreros.
Tras la conferencia, los presentes se trasladaron al Paseo, frente al Ayuntamiento, dónde estaba la antigua fonda en la que se alojó Concha Espina durante los dos meses que vivió en la población, documentándose para escribir su novela. Se descubrió una placa cerámica recordatoria de aquella visita, subrayando el periodista lo que dijo Concha Espina que “aquí sobre un cajón vuelto comenzó a escribir El metal de los muertos” y añadiendo que fue tan valiente que se quedó en un camastro donde había muerto un chino que estaba de paso por Nerva con su troupe circense. “No pudo dormir –recordó León Brázquez- porque se pasó la noche pensando en aquel súbdito del celeste imperio y porque las ratas merodeaban por su entorno”.
