Mari Paz Díaz. Manuel Talamante es un joven onubense que se considera una persona involucrada con las cosas de Huelva y sus costumbres, amigo de sus amigos y más choquero que un choco.
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, a su regreso a Huelva cursó el CAP para presentarse a las oposiciones de profesor de Secundaria por Geografía e Historia, un objetivo que dejó aparcado porque hasta 2010 estuvo trabajando en diversos medios de comunicación de la provincia de Huelva, como fue el caso de Atlántico Televisión, Huelva Información, Ceimagen, Odiel Información o Cadena Ser, entre otros.
En un momento de su carrera decidió independizarse y montar su propia empresa de comunicación. Sin embargo, después de cuatro años de trabajo, a causa de la crisis y otras situaciones de la vida, se vio obligado a cerrarla, a pesar de que era su sueño.
Tras esta experiencia, Talamante trabajó en el sector de los seguros, asesorías, etcétera, hasta que decidió volver a retomar el camino de la docencia, preparándose entonces las oposiciones de Secundaria, pero no tuvo mucha suerte. Sin embargo, el examen le animó a seguir estudiando y comenzó los estudios de Humanidades en la Universidad de Huelva, así como el Máster Oficial Iberoamericano de Historia Comparada de la Onubense, con los que tuvo la oportunidad de iniciarse como investigador, bajo la tutela de los profesores de la UHU.
Es en esos momentos cuando se involucra en la Universidad de Huelva siendo delegado de su titulación, formando parte de la junta de facultad, alumno-colaborador del Departamento de Historia II, Alumno 10C e, incluso, trabajando en la Televisión de la Universidad, en Unitv. De forma paralela, asiste a congresos por América Latina, Europa y España (Santander, Cádiz, Almería, Vitoria o Valencia), exponiendo diversos trabajos de investigación, además de organizar jornadas, eventos y cursos relacionados con la comunicación y la historia, sus dos pasiones.
Además, de forma paralela, en su última etapa en Huelva, su actividad profesional la desarrolló en el área de Prensa y Prevención de Riesgos Laborales del sindicato UGT en la provincia durante casi un año.
Por último, a causa de sus inquietudes sociales, creó, junto a su familia y un grupo de amigos, una asociación de prevención de la drogadicción entre los jóvenes, una entidad en la que de forma voluntaria realizaba charlas en los centros educativos, llegando a contactar con más de 500 jóvenes onubenses. «Es una de las experiencias más emotivas y gratificantes que he realizado», asegura Manuel Talamante.
No en vano, nuestro ‘Onubense por el Mundo’ colabora con otras organizaciones sociales, como ‘Carabela de Salesianos’ o ‘Jaris’, sin olvidar que es una persona activa dentro de los movimientos ciudadanos y está involucrado en política.
Después de todo este bagaje, Manuel Talamante ha hecho la maleta a inicios de este año 2013 para emprender una nueva aventura que le ha llevado hasta Francia. En el país galo, está viviendo una experiencia vital que le está permitiendo crecer como persona y abrirse a nuevos proyectos académicos para el futuro. Por este motivo, hemos querido conocer cómo está siendo su experiencia y con qué objetivos se ha marchado a Toulouse.
-Manolo, cuéntanos, ¿por qué decidiste irte fuera?
–El motivo fue sencillo: simplemente estaba sin trabajo desde diciembre de 2012 y no tenía ninguna perspectiva de nada, así que me decidí a marcharme con el objetivo de crecer personal y profesionalmente. Vi que era necesario dar el salto fuera de mi ciudad, de mis padres, de mi hijo, de mi abuela, de mi perrita, de mi gente, de mi tierra, de mis costumbres…, de todo lo que uno ama. Entonces, a través de mis estudios universitarios, me surgió la oportunidad de tener una experiencia laboral por medio del programa ‘Erasmus Prácticas’. Al mismo tiempo, me busqué una colaboración en la Universidad Mirail II de Toulouse entre abril y septiembre de este año 2013, aunque me vine antes, el pasado 11 de marzo, para buscar más oportunidades y asentarme. De todas formas, la beca es algo simbólico, porque sólo es una ayuda de 300 euros mensuales, pero me arriesgué y hasta la fecha.
-¿Cuál es tu lugar de residencia?
–Actualmente vivo en L’Union, un pueblo situado a pocos kilómetros de Toulouse. En concreto, llevo un mes viviendo con una familia francesa, por lo que la inmersión lingüística es total. Al principio estuve un mes en casa de un amigo de Huelva que es fisioterapeuta, que estaba trabajando aquí y que ahora ha logrado otro puesto de trabajo al norte de París.
-¿Cuál era tu nivel de francés al llegar?
–Aunque estudié en el Moliére y luego francés en el instituto y en la Escuela Oficial de Idiomas, mi nivel era básico, básico. Aquí he realizado un curso intensivo y al hablar día a día vas notando avances, pero es muy complicado. Es cierto que gracias a que aquí las personas son abiertas, poco a poco, te van entendiendo. Pero, realmente, es muy duro.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia que estás teniendo?
–Mi balance es muy bueno. Tras dos meses en Francia estoy viendo luz en el camino. Y eso ayuda bastante. No voy a negar que haya días complicados, difíciles y tristes porque se dan situaciones en Huelva, como la salud de tu gente, el cuidado de mi hijo o temas relacionados con la vida diaria que no puedes controlar. Y eso te afecta en la lejanía. Es difícil, aunque sea una experiencia necesaria. Pero no estamos de vacaciones. La realidad es que estás lejos de tu gente y tienes que subsistir con 426 euros al mes en otro país.
-¿Cómo es vivir en Francia? ¿Es muy diferente a España?
–Vivir aquí es otra cosa. Tenemos una visión errónea de Francia. Los franceses aprecian a los españoles y a España, aunque por lo general en los medios de comunicación solo trascienden las cosas negativas de nuestro país. Es muy agradable que un francés te atienda y te ayude de forma educada en sitios como Pole Emploi -el equivalente al SAE en España-, La Poste (Correos francés) o en el autobús, donde todo el mundo le da las gracias y saluda al conductor. Es gente muy educada, con unos valores cívicos que quizás los españoles deberíamos aprender. También hay cosas malas como en todo, pero no tengo queja alguna hasta el momento.
-Y el sistema universitario francés, ¿cómo es?
-Bastante diferente. La educación es un valor añadido y, por ello, se le da valor e importancia a la formación, favoreciéndola con ayudas sociales al alquiler y becas de estudio con las que puedes vivir mientras estudias. Además, los precios de matrícula son de otra galaxia. Por ejemplo, en España, un máster oficial en una universidad pública cuesta entre 2.500 y 3.000 euros, mientras que en Francia cuesta 280 euros como máximo. De hecho, he realizado mi inscripción en un máster de enseñanza de español, que me ha supuesto 248 euros.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
–Estoy en Francia con una beca y colaboro con el Departamento de Sociología y Antropología en diversas investigaciones de interés, que estoy seguro que darán que hablar. Eso sí, económicamente me mantengo porque estoy viviendo con una familia a cambio de cuidar a sus dos niñas. Es decir, el alojamiento, la comida y otros gastos los consigo cubrir haciendo de au pair. La familia es muy buena y me ayuda en todo.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
–Mis objetivos y retos son claros: aprender y dominar la lengua francesa. Eso es lo más importante para mí en este momento. Creo que hay que ir paso a paso, con paciencia y constancia. Por fin he prestado atención a las palabras de mi padre y, aunque me cueste, veo que los pasitos cortos son buenos para asentarse en el camino que me estoy creando en tierras francesas. Luego, cuando se acabe la beca, espero poder hacer el máster en el que me he pre inscrito y, además, me han confirmado en una facultad una asignatura optativa de 30 créditos, así como un trabajo de asistente en otra. Por tanto, a partir de septiembre, todo cambiará y comenzaré una nueva etapa. Sea como sea, continuaré con lo que hago porque veo bastantes cosas buenas.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Al principio no se lo creían, porque mis padres y mi abuela son ya mayores y tienen sus problemas de salud. Pero ahora ven que voy avanzando, así que me apoyan y me animan para que siga. Hablo todos los días con ellos por Skype o con mensajes whatsaps. El que peor lo lleva es mi hijo, que todos los días me pregunta si ya voy en el avión de vuelta. Es duro y complicado, pero creo que es muy necesario todo lo que estoy haciendo.
-¿Y tus amigos?
–Mis amigos me apoyan de igual forma. Con las nuevas tecnologías y las redes sociales es mucho más fácil mantener la relación con ellos, a pesar de la distancia.
-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
–Es complicado saberlo, pero de momento no creo que vuelva a Huelva. Es duro, pero es en Francia donde veo más salidas, planes de futuro y opciones. Así que todo parece presagiar que durante un largo tiempo me quedaré por aquí.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
–A mi gente, mis padres, mi hijo, a mi abuela…, pasear por las calles de Huelva con mi perrita e ir saludando a tu gente de toda la vida…, pararte y estar en tu ciudad. Por eso, aunque se eche mucho de menos, lo tengo en el recuerdo y siempre lo llevo en el corazón. Me he perdido mi Semana Santa y mi salida de Huelva a ver a la Blanca Paloma en El Rocío. Parece que no, pero esa espinita, duele.
-¿Recomendarías a la gente salir fuera de España como has hecho tú?
-Sí. Lo recomiendo porque te da otra perspectiva. Por ejemplo, la semana pasada estuve en Bruselas en unas jornadas y tuve la oportunidad de mirar la realidad desde otro punto de vista que nunca lo hubiera tenido en Huelva. A veces, en España nos creemos los mejores y es verdad que tenemos mucho potencial y recursos, pero en muchos aspectos estamos a años luz de los países europeos. Eso sí, salir fuera porque te apetece no es lo mismo que salir porque sea la mejor opción para tu futuro. Es diferente. Creo que en España deberíamos potenciar la educación y las prácticas de idiomas. Es algo realmente importante para crecer en todos los sentidos.
-Para terminar: un mensaje para los onubenses.
–Mi mensaje es animarles a que den el paso para buscar nuevos horizontes y opciones. Que nadie ni nada nos frene a ello. Yo siempre lucharé por Huelva y por su gente, aquí o donde esté. Porque ser de Huelva, es ser diferente.
4 comentarios en «La experiencia de Manuel Talamante en Toulouse, una historia de superación»
Que me alegro por ti Talamante!!!!!!!
Felicidades y sigue luchando por lo que te gusta, eres la prueba de que las cosas se superan con esfuerzo, ganas y dedicación y que la vida está en tus manos y depende de tí.
Un beso muy fuerte,
María del mar Arroyo.
Eres muy valiente, Chiqui!!!; ten fuerza y sigue adelante… El paso que has dado es muy duro; separarte de los tuyos, de tu HIJO, de Tus padres -ya mayores-, te debe de haber costado mucho, pero seguro veràs la recompensa a tu sacrificio… No parea de sembrar, pronto empezarás a recoger!; suerte!!!
Sigue así, conseguirás las metas que te marques, forma parte del crecimiento y maduración, orgullosa de haberte conocido y compartir buenos momentos.
Siempre trabaja por tu felicidad. Éxitos.
Dos años después de esta entrevista, la sigo leyendo me sigue gustando. Un placer haber contribuido y haber leído tantas historias de gentes de huelva que hemos tenido que dejar nuestra tierra.