Redacción. Javier Castaño reaparecía en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, tras superar un cáncer. Una atronadora ovación sonaba en el albero sevillano mientras Castaño recogía ese cariñoso gesto, capote en mano, saliendo al tercio. Capote que utilizaría esa tarde y las otras dos que el pasado año 2016 mató las corridas de Miura.
Esas tardes fueron en Sevilla, Madrid y Pamplona. Ese capote que utilizó para parar, mandar y templar a los toros de Zahariche, es el que ha tenido a bien donar para esta noble causa.