Ana Rodríguez. El mundo de la investigación requiere de paciencia, perseverancia y algo de suerte. Es un sector muy sacrificado pero, cuando las cosas salen bien, la satisfacción de los logrado merece la pena. En este estado de gracia se encuentra la doctora en Ciencias Experimentales Isabel Vaquero Calañas, quien ha visto recientemente valorado su esfuerzo para sacar adelante la tesis ‘Mejora de la Productividad de Biomasa y Enriquecimiento en Luteína de una Microalga de Ambiente Ácido’.
Un estudio con el que ha logrado el Premio AIQBE a la Tesis Doctoral este 2016, aunque ya en diciembre de 2013 obtuvo por el mismo el Premio Extraordinario de la Universidad de Huelva tras realizar su defensa. Un doble galardón que pone de relieve la importancia de este trabajo que podría tener importantes aplicaciones en la industria nutracéutica o cosmética.
En concreto, la tesis de Vaquero, dirigida por el doctor Carlos Vílchez Lobato, del grupo Biotecnología de Algas (BITAL) de la Onubense, se centra en el análisis de una microalga acidófila, la Coccomyxa onubensis, aislada en el río Tinto, que es capaz de acumular un alto contenido en luteína, un pigmento antioxidante con muchas propiedades beneficiosas para la salud humana (piel, ojos…). «Los trabajos que realizamos estaban encaminados a conocer las condiciones adecuadas para aumentar la productividad de este pigmento, así como las condiciones ideales de crecimiento de la microalga», explica Isabel.
Y es que la doctora habla en plural porque considera que su estudio no es sólo fruto de su esfuerzo, sino también del de muchos de sus compañeros que trabajan o han trabajado en el grupo BITAL: «gracias a ellos, primero se realizaron pasos previos que ayudaron a que yo pudiera definir en qué queríamos trabajar. Aunque mi tesis fue la primera 100% dedicada a esta nueva microalga, Coccomyxa onubensis (aislada e identificada por el grupo de Biotecnología de Algas de la UHU), ya antes (y después) se habían dado los primeros pasos para con ‘ella'», explica Vaquero Calañas.
Las investigaciones en este campo son cada día mayores, pues como pone de manifiesto la investigadora las microalgas son uno de los alimentos del futuro, incluso ya lo están siendo del presente, por sus múltiples beneficios. Por ello es importante continuar analizando estos microorganismos para conocer su potencial, apostando por la investigación aplicada y contribuyendo así a que las empresas se interesen por seguir los caminos abiertos por las universidades, en este caso, por la Universidad de Huelva.
En este sentido, la investigación de la onubense sobre esta microalga acidófila, así como otras en torno a la misma y sus propiedades, podrían abrir un campo de aplicación interesante. Así, Isabel destaca que «los carotenoides y xantofilas son conocidos por su carácter antioxidante, y esta microalga, contiene per se un alto contenido en ellos, especialmente luteína. Por ello podría tener aplicación en la industria nutracéutica o cosmética«. En esta línea hay abiertos varios trabajos, a fin de seguir ahondando en las cualidades del microorganismo hallado en el río Tinto.
En relación a lo anterior, Vaquero alaba la gran labor del catedrático Carlos Vílchez al frente del grupo de Biotecnología de Algas, y reconoce que gracias a él «pudimos realizar tan buenos trabajos que ahora están valorando. Salieron resultados muy interesantes y casi todos, tanto míos como de mis compañeros, están publicados en revistas internacionales. Carlos es el investigador principal del grupo y siempre pone todo su esfuerzo para que personas como yo podamos trabajar en lo que nos gusta, en investigación».
Isabel ha sido una de esas afortunadas que han podido centrar su carrera en este campo, un interés que se fue despertando en la onubense poco a poco, acercándola las decisiones que fue tomando al camino en el que ahora se encuentra. Comenzó ingresando en la carrera de Ciencias Ambientales, que estudió en la UHU, y durante la cual recibió la distinción Alumno 10C, que otorga la Onubense y la Cátedra CEPSA para premiar a los estudiantes con distintas competencias, es decir, que no sólo destacan por su expediente académico.
Cuando se licenció pasó dos años en Reino Unido y, posteriormente, retornó a Huelva para comenzar su tesis doctoral en el área de Bioquímica, en concreto y como ya se ha comentado, en Biotecnología de microalgas. En este periodo recibió una nueva ayuda, la de Formación de Personal Investigador (FPI), gracias a la cual pudo realizar su tesis doctoral.
Tras cuatro años de investigación en la UHU y leer su tesis, la investigadora se marchó a Vitoria en 2014 con una beca postdoctoral, la Torres Quevedo, que tiene el objetivo de incentivar la contratación de doctores en el mundo empresarial.
Actualmente, Vaquero trabaja en la empresa privada Buggypower, con sede en Murcia y en Porto Santo, Madeira (Portugal), motivo por el cual la joven de 32 años vive ahora por temporadas en ambas ciudades. En esta entidad realiza la labor de biological controller de cultivo de microalgas, es decir, se encarga de controlar la calidad de la parte biológica de la empresa, intentando mejorar algunos aspectos. Además también se ocupa de la producción biológica en cámara de cultivo de la planta que la empresa tiene en Murcia y está trabajando en un proyecto para la depuración de aguas contaminadas mediante el uso de cultivos de microalgas.
Así pues, toda la trayectoria de la doctora ha estado vinculada al mundo de las microalgas. Como ella misma reconoce, primero en Huelva con la Coccomyxa onubensis y después de este periodo «también he trabajado con otras microalgas, tanto marinas como de agua dulce, con diferentes objetivos. Por ejemplo, en la empresa de Vitoria estuvimos trabajando con una microalga que contiene altos contenidos en omega 3, y actualmente se está empezando a comercializar en EEUU un aceite de esta microalga».
De cara al futuro, la onubense reconoce que está centrada en su trabajo actual y feliz por tener la suerte de seguir haciendo lo que le gusta, aunque también admite que le encantaría volver al sector público, a la universidad, un objetivo a largo plazo que no pierde la esperanza de alcanzar.
En suma, Isabel Vaquero está viviendo un gran momento profesional y se siente muy contenta por haber recibido este último reconocimiento a su trabajo en el campo de las microalgas que le ha otorgado la Cátedra AIQBE. Un galardón que seguro se sumará a otros que llegarán en el futuro.