Pitingo: «Estoy deseando venir a Huelva a dar un concierto y comerme unas papas con choco»

Mari Paz Díaz. Estamos seguros que si les decimos Antonio Álvarez Vélez pocos sabrán a quién nos estamos refiriendo, pero si les decimos ‘Pitingo’, todos conocerán a este artista nacido en 1980 en Ayamonte, que saltó a las principales listas de éxito hace unos años sorprendiéndonos con su particular forma de entender la música, realizando versiones únicas de grandes éxitos del soul. Nieto y sobrino de grandes artistas del flamenco, Pitingo unió la tradición heredada de su familia con su pasión por la música negra. Sus interpretaciones fusionan a Chacón, Marchena, Caracol, Camarón o Morante con Aretha Franklin, Marvin Gaye y Ray Charles, entre otros.

Nacía así la soulería, el soul por bulerías, un estilo donde la familia Habichuela ha tenido mucho que ver, como se demostró en su trabajo debut de 2006, donde la voz de este artista ayamontino estuvo acompañada por las guitarras maestras de los hermanos Habichuela, Pepe y Juan, y de los hijos de éste, los Ketama Juan y Antonio Carmona.

Desde entonces hasta ahora, Pitingo ha sabido consolidarse como artista y vuelve al primer plano de la actualidad nacional con la publicación de un nuevo disco titulado ‘Soul, bulería y más’, un proyecto que explora en el mejor repertorio de la música soul y pop internacionales, fusionándolas de nuevo con sus raíces flamencas. El resultado es un álbum de 12 canciones que rebosan espiritualidad, hondura y elegancia, un trabajo con alma flamenca, negro por dentro, andaluz por fuera, o viceversa, donde las voces y los ritmos se conjuran para deleitar y emocionar a partes iguales.

Stand by me, Sentado en el muelle de la bahía, My girl o Noches de blanco satén son algunos de los clásicos que vuelve a fusionar con su tono inconfundible. El disco ha sido producido por Pablo Cebrián, que ha trabajado con artistas como Carmen París, Conchita, Sergio Dalma o Manuel Carrasco, entre otros. Además, casi todas las canciones han sido adaptadas al castellano por el propio Pitingo.

Soul, bulería y más es un álbum con el mejor soul de siempre, desde Marvin Gaye a Stevie Wonder, pasando por Diana Ross o Fontella Bass, pero también con algunos guiños a la música pop de todos los tiempos. Las versiones de Solo Dios sabe (God only knows, de los Beach Boys) y Noches de blanco satén (Nights in white satin, de los Moody Blues) entran ahora en el capítulo de lo espiritual, aportando un plus inédito en el repertorio del joven cantaor. Como guinda aparece también una conmovedora versión del clásico mexicano Cucurrucucú paloma y la contagiosa marcha de A puro dolor, el clásico pop de los portorriqueños Son by Four.

El lanzamiento del disco viene acompañado por su regreso a los escenarios con una gira por España, comenzando entre el 31 de mayo y el 5 de junio en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía de Madrid. Por el momento, el lugar más cercano a Huelva será Sevilla, tal y como nos cuenta en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias. Eso sí, el artista ayamontino nos revela que le encantaría reencontrarse pronto con sus fans onubenses.

-Pitingo, ¿con qué pretensiones saca a la luz este nuevo disco, ‘Soul, bulería y más’?
-Fundamentalmente para trabajar y para darle al público un nuevo proyecto que llevaba tiempo esperando. Quiero vivir de esto, de la música. No busco dar un pelotazo, sino mantenerme en mi carrera, aunque si llega algún éxito importante, bienvenido sea.

-En este trabajo vuelve a unir el soul con el flamenco. ¿Cómo consigue realizar este sonido tan personal?
-A mí me sale de manera muy natural, porque he ido de la mano con las dos músicas desde pequeño. No es difícil. Y en este disco hemos conseguido un sonido muy propio de Motwon, de la industria americana de los años 60 y 70, al que hemos incorporado ritmos flamencos. Las canciones de este disco suenan con naturalidad, porque yo las hago de manera natural. Es el sello personal que tiene mi música y que llevo haciendo desde hace muchos años. Pero quizá este disco sea en el que mejor hemos conseguido esa fusión.

-Siempre ha definido su estilo como soulería.
-Sí, no lo entiendo como flamenco. La soulería es diferente, un sonido con influencias flamencas y afroamericanas, de la música negra. Yo también soy cantaor flamenco y sé que es otra cosa. Este sonido no tiene nada que ver. Este disco nace de la fusión de la música soul que siempre he escuchado con mis raíces. Siempre había soñado con hacer estos clásicos y recrear la atmósfera que ofrecían en origen estas canciones.

-¿Cree que es un disco que trasmite muy buenas sensaciones, en la línea de las buenas noticias?
-Precisamente, durante otra entrevista, el periodista Juan Ramón Lucas me decía que el disco tiene muy buen rollo. Y es que la gente que lo escucha tiene esa sensación. Por mi parte, he intentado elegir la música que forma parte de la banda sonora de la vida de mucha gente. Son canciones que han marcado algún momento crucial de las personas. Éxitos que los interpreto a mi forma y los acerco también a la gente que no sabe hablar inglés. Sólo hay dos canciones en el disco que no quise adaptar: ‘My Girl’ y ‘I Wish’. En ambos casos pensé que era mejor dejarlas como estaban.

-Por tanto, ‘Soul, bulería y más’ está dirigido a un público muy amplio. 
-Lo puede disfrutar un público muy variado. Desde gente que conoce estas canciones desde pequeño y que le trae buenos recuerdos, a la gente joven que gracias a este disco puede descubrir grandes clásicos de la música internacional.

-El lanzamiento de este nuevo trabajo viene acompañado de una gira. ¿Tiene previsto actuar en Huelva?
-‘Soul, bulerías y más’ es un disco muy vivo, ideal para ser interpretado en directo, con cambios de ritmo pensados para un escenario. Por ahora, tenemos cerradas varias fechas en lugares como Sevilla o Bilbao. Y ojalá podamos vernos en directo en Huelva. Esperemos que pueda ser y pueda venir a Huelva a comerme unas papas con choco.

-¿Algunas palabras para los onubenses para terminar?
-A los onubenses decirles que los quiero, que estoy deseando bajar a mi tierra y que echo mucho de menos la luz de Huelva y las palabras, la forma de hablar, de mi gente.