Marina Gago, una onubense que trabaja en la Embajada de España en Bélgica, cuenta cómo vivió los atentados de Bruselas

Marina Clauss ha estudiado Gestión Cultural.
Marina Gago ha estudiado Gestión Cultural.

Mari Paz Díaz. Marina Gago es una joven onubense de 29 años, natural de Huelva capital, aunque hasta los 15 años vivió en Bellavista. Tras estudiar Gestión Cultural en la Universidad de Huelva y trabajar durante cuatro años en el Centro de Equitación de Trigueros ‘La Bodega’, al ser técnico deportivo en equitación, se encuentra en Bruselas desde hace dos meses.

Una ciudad en la que le sorprendió los dos atentados perpetrados el pasado 22 de marzo por el autodenominado Estado Islámico en el aeropuerto y la estación de metro en la capital belga. Unos hechos trágicos -en el que fallecieron 35 personas y hubo 340 heridos-, de los que Marina se libró gracias a que ese día se quedó dormida. Eso sí, en estas semanas ha podido comprobar el estado de ánimo de la ciudad después de un suceso de estas características. Así nos lo cuenta en esta entrevista, que concede a Huelva Buenas Noticias para la sección ‘Onubenses por el mundo’.


Festival de Cine de Huelva

Debido a que se quedó dormida se libró de estar en el metro en el momento del atentado.
Debido a que se quedó dormida se libró de estar en el metro en el momento del atentado.

-Marina, ¿cómo viviste los atentados del pasado 22 de marzo?
-Al principio con mucho miedo. En ese momento estaba a punto de salir de casa, cuando una amiga desde España me preguntó que dónde estaba, que si estaba bien. Un poco sorprendida le dije que sí, que qué había pasado, y me contó el atentado del aeropuerto. Entonces yo ya iba en el tranvía, tras el cual cojo el metro para llegar al trabajo. Gracias a Dios, ese día me había quedado dormida y no me dio tiempo a coger el metro. Cuando salía del tranvía, la gente empezó a apresurarse murmurando cosas que yo no entendía, hasta que otra vez a través del móvil me enteré de la nueva explosión y salí corriendo a casa. Pasé todo el resto del día encerrada escuchando las sirenas, que no pararon durante toda la jornada.

Huelva, en el homenaje que se realizó con motivo de los atentados.
Huelva, en el homenaje que se realizó en Bruselas con motivo de los atentados.

-¿Cómo está el país en estos momentos?
-Poco a poco va recuperando la normalidad, a excepción del transporte público, que sigue restringido a ciertos horarios y con muchas estaciones cerradas; y las que están abiertas solo tienen un acceso disponible. Los primeros días daba miedo caminar por la calle. Bruselas es una ciudad muy bulliciosa y estaba completamente desierta. Se notaba la tensión en el ambiente. A día de hoy, te registran el bolso hasta para entrar en el supermercado.


Puerto de Huelva

Es su primera estancia en el extranjero, pero ha viajado mucho.
Es su primera estancia en el extranjero, pero ha viajado mucho.

-¿Por qué decidiste marcharte fuera?
-Siempre he tenido la inquietud de vivir por un tiempo fuera de España. Lo que me planteo ahora es ¡por qué no decidí hacerlo antes!

-¿Es tu primera estancia en el extranjero?
-Como estancia propiamente dicha, sí. Pero he tenido la suerte de poder viajar muchísimo. Aprovecho cada ocasión para intentar recorrer el mundo. Sólo en el último año he estado en Alemania, Austria, Holanda, Italia, Reino Unido y República Dominicana.

Marina, ante el arco de Bruselas.
Marina, ante el arco de Bruselas.

-¿Cuál es tu lugar de residencia?
Vivo en un Kot, que es algo típico belga. Se trata de una casa que desde fuera parece una casita pequeña, pero por dentro tiene 5 plantas y está dividida en habitaciones. Cada persona tiene su habitación y compartimos los baños y la cocina. Convivo con gente de todo el mundo, desde belgas, franceses, húngaros…, hasta chinos y mexicanos.

Con sus compañeros en el kot.
Con sus compañeros de Kot.

-¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
-Mi nivel de inglés era bastante bueno. Aquí en casa hago vida diaria en inglés. Podría decirse que soy prácticamente bilingüe. Mi nivel de francés era muy básico, pero poco a poco voy mejorando y ya me desenvuelvo sin problemas en la mayoría de las situaciones básicas.

Montando a caballo en la selva.
Montando a caballo en la selva.

-¿El balance de la experiencia?
-Muy bueno. A nivel idiomático, muy enriquecedor, ya que en Bélgica se hablan tres idiomas y es el lugar ideal para aprender. No dejo de mejorar mi nivel de inglés y aprendo un poco de francés cada día. A nivel laboral, estoy muy contenta. Aquí trabajo en la Consejería de Educación de la Embajada de España en Bélgica, gestionando el Centro de Recursos, y hay un ambiente de trabajo buenísimo. Además, el hecho de tener que adaptarte a un nuevo país te hace crecer mucho como persona.

La joven está muy satisfecha con la experiencia.
La joven está muy satisfecha con la experiencia.

-¿Cómo es vivir en Bruselas? ¿Es muy diferente a España?
-Depende de que sea lo que quieras comparar. Por ejemplo, los horarios de los comercios son muy distintos. Aquí todo cierra a las 6 de la tarde y, al principio, se hace raro no poder ir al supermercado a las 7. Los horarios de comida, como en el resto de Europa, son distintos a España. Por lo demás, a excepción del clima y los precios, no es demasiado diferente.

Está teniendo la oportunidad de mejorar mucho con los idiomas.
Está teniendo la oportunidad de mejorar mucho con los idiomas.

-¿Cómo es esta ciudad?
-La ciudad es muy bulliciosa. Vivo al lado de la Gran Place y del famoso Manneken Pis, así que todos los días cuando vuelvo del trabajo veo oleadas de turistas -aunque desde los atentados han disminuido bastante, pero poco a poco se va recuperando-. Aquí puedes encontrar prácticamente de todo, desde zonas de lujo a preciosos bosques a pocos kilómetros del centro de la ciudad, incluso fresas de nuestra tierra los domingos en el mercado.

En uno de sus innumerables viajes.
En uno de sus innumerables viajes.

-Y sus habitantes, ¿cómo son?
-Bruselas tiene una mezcla de habitantes un tanto peculiar. No es como el resto de Bélgica. Aquí hay una gran parte de la población de origen turco, sirio, marroquí y de varios países africanos. Además, al ser la sede de las instituciones europeas, hay muchísima confluencia de gente de todas partes de Europa. La ciudad es oficialmente bilingüe, y hasta los nombres de las calles están en francés y en neerlandés, por lo que puedes ir andando y que alguien te hable en cualquier idioma que puedas imaginarte. Es normal ir caminando por la calle y en menos de 200 metros escuchar hablar francés, inglés, árabe, alemán y neerlandés. La ciudad está dividida en diferentes comunas, cada una con su propio ayuntamiento y sistema administrativo, por lo que es bastante complejo. Algunas comunas se han convertido en auténticos guetos.

En República Dominicana.
En República Dominicana.

-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-Lo primero que me dicen siempre es… ¡Uy, qué raro, una española que habla bien inglés! Tenemos fama de que se nos dan mal los idiomas. Por lo demás, nos ven como gente muy amable que siempre trata de ayudar, aunque sea mediante gestos.

-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
Trabajo en la Consejería de Educación de España en Bélgica, gracias al programa de movilidad internacional Faro.

Esquiando en Los Alpes.
Esquiando en Los Alpes.

-¿Te has marcado algún nuevo objetivo?
-Me gustaría poder obtener un buen nivel de francés. Intento hacer tantas actividades como puedo en diversos idiomas. Voy a clases de yoga en inglés, y a clases de equitación en francés. Así, además de hacer lo que me gusta, mejoro el idioma. De cara al futuro, cuando acabe mi experiencia aquí, intentaré encontrar trabajo como gestora cultural en Huelva.

-Por tanto, tienes intención de volver a Huelva.
-Sí. La calidad de vida de nuestra tierra, no la hay en muchos sitios.

Practica sus aficiones favoritas, al tiempo que practica idiomas.
Practica sus aficiones favoritas, al tiempo que aprende idiomas.

-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Mi familia está bastante contenta, aunque cuando ocurrieron los atentados solo me decían que volviera a casa. Hablo con ellos a través de Skype casi a diario. Con las nuevas tecnologías es todo mucho más fácil.

En Gran Place.
En Gran Place.

-¿Y tus amigos?
Mis amigos siempre me dicen que vivo pegada a una mochila, por lo que no les extrañó en absoluto que hiciera la maleta y me viniera a Bruselas.

-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
El sol, sin duda. Cuando sale aquí es casi como una aparición, y eso hace que valore aun más lo que tengo en casa. También echo increíblemente de menos a mi perro y a mi caballo, pero estarán esperándome cuando vuelva.

Recomienda a todo el mundo viajar mucho.
Recomienda a todo el mundo viajar mucho.

-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España?
-Desde luego que sí. Es una experiencia que te ayuda a crecer y a madurar en muchos aspectos. Adaptarse a un nuevo estilo de vida fuera de tu centro de confort es difícil, pero muy gratificante. Aprendes a valorar todo de una manera diferente y se hacen grandes amistades, ya que se comparten todas las emociones con las personas que están en la misma situación que tú.  Estando en el extranjero se conocen y se valoran otras culturas, no solo la del país que te acoge, sino también la de todas las personas con las que pasas tu día a día. Y eso solo puede vivirse cuando estás fuera.

Una vida cargada de experiencias.
Una vida cargada de experiencias.

-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Una vez leí en algún sitio que viajar es la única cosa que compras que te hace más rico. Así que os invito a todos a enriqueceros, a viajar y a buscar aventuras en otros lugares, ya que tenemos la suerte de poder volver siempre ¡al más maravilloso de todos!

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