La silenciosa calle Platero 

De pie, de derecha a izquierda del lector: Antonio Quintero, Antonio Moreno Martín y Manuel Pino. Sentado, Francisco Carrillo Reyes. Semi inclinados, Miguel Morilla, simpatizante de la Peña, y Domingo Samaniego.
De pie, de derecha a izquierda del lector: Antonio Quintero, Antonio Moreno Martín y Manuel Pino. Sentado, Francisco Carrillo Reyes. Semi inclinados, Miguel Morilla, simpatizante de la Peña, y Domingo Samaniego.
 Acera de la calle Platero, donde se levanta la Peña Cultural Recreativista 1889 y los dos o tres establecimientos principales de la calle.
Acera de la calle Platero, donde se levanta la Peña Cultural Recreativista 1889 y los dos o tres establecimientos principales de la calle.

Antonio José Martínez Navarro. Su célebre nombre no es expresión de la modestia de esta calle, silenciosa y recogida, céntrica por su situación en el barrio de Viaplana y con poco tránsito a la vez. No se pierde su origen en las penumbras de la leyenda romántica ni intervinieron en su génesis sucesos heroicos y fantásticos.

La huella de la historia, a través de la musa Clío, nos enseña que desde el siglo XVI esta calle se situaba en lo que en 1512 eran terrenos de labranza de Joseph de Mena de ahí que la extensa posesión, que abarca desde donde se situaba la desaparecida Residencia Sanitaria ‘Manuel Lois’ hasta superado el sitio donde se ubicara el antiguo Estadio, se llamara durante cientos de años ‘La Huerta de Mena’. Así, para todas las calles de la zona podemos describir la misma historia: que por aquellos contornos pasaban los grandes carros con dos o tres mulos de reata, pasaban los jumentos de panza blanca y mirar dulcísimo, pasaban las chirriantes carretas arrastrada por bueyes y el ritmo campesino dominaba todo el contorno. Aunque podemos afirmar, que en aquellos tiempos antañones el alma limpia de los siglos XVI y sucesivos, se enseñoreaba en todos los ámbitos de la pequeña villa de Huelva.  En los años finales del siglo XIX, Guillermo Sundheim adquirió una franja de terreno e instaló lo que el propio teutón denominó ‘Huerta Amena‘.



La Peña Cultural Recreativista 1889, en la calle Platero.
La Peña Cultural Recreativista 1889, en la calle Platero.

En las primeras décadas del siglo XX, el diario “La Provincia” y Montero Escalera en su obra “Un siglo en la historia de Huelva” citan continuamente el merendero de Saturnino, muy frecuentado por las diversas capas sociales de la ciudad.

En aquellas fechas, los británicos de la Compañía de Riotinto compraron la finca “Huerta de Mena”, de 100 hectáreas de extensión por una cantidad muy baja y comenzaron a explotarla como campo.
Sabemos, a través del ‘Diario de Huelva’ del 6 de enero de 1909, que en esta fecha ya pertenecía a la Compañía británica:


Puerto de Huelva

<<Una pareja de la benemérita del Polvorín, denunció ayer a José Ortiz Herrera, por haberlo sorprendido con siete cabezas de ganado cabrío de su propiedad pastando sin autorización en un campo de viñedos denominado Huerta de Mena”, propiedad de la Compañía de Río Tinto>>.

Aserto que queda confirmado en “Diario de Huelva” del 2 de febrero de 1918:

<<Ayer al comenzar la tarea los obreros dependientes de Río Tinto que trabajan en la Huerta, fueron notificados de que a partir de la fecha se aumentaran las horas de trabajo.
Los obreros decidieron visitar al Gobernador para exponerle lo que ocurría, pues no consideraban justo que se aumentasen las horas de trabajo sin aumentar también el jornal.
Una numerosa comisión estuvo en el Gobierno civil recibiéndola el Sr. Villa el cual prometió interesarse a su favor>>.

Siempre el Real Club Recreativo por estandarte…
Siempre el Real Club Recreativo por estandarte…

Añadamos para que los amables lectores de la Historia Menuda no se queden con la incógnita que los británicos no accedieron a la subida de jornal. Pasaron unas décadas y, en 1940, bajo el mandato del alcalde Joaquín González Barba nuestra ciudad tenía la imperiosa necesidad de extender su cinturón. Y viendo aquel gran alcalde que la Huerta de Mena y de la Esperanza eran ideales como modelos de urbanización moderna, previa consulta con el Ayuntamiento y con el Banco de Crédito Local, en la sesión municipal ordinaria del miércoles 31 de octubre de 1940, los munícipes acordaron sus expropiaciones que fueron comunicadas a la todopoderosa Compañía londinense:

<<…Entre los acuerdos adoptados en el día de ayer merece destacarse el de la expropiación de los lugares conocidos por Huerta Mena y Huerta de la Esperanza, propiedad de la Compañía de Riotinto, después de exponer el alcalde los trámites legales que con este fin fueron iniciados en el pasado mes de junio…>>.

Los británicos estipularon el precio de ocho millones de pesetas por la finca, pero como esta propiedad la adquirieron por una cantidad ínfima el Sr. González Barba en lugar de 8 millones le ofreció 800.000 pesetas, tasación que fue aceptada tras lentas y dificultosas negociaciones. Pero, en definitiva, en 1943 la Huerta de Mena pertenecía al Ayuntamiento y la expansión de la población estaba más cercana.

De pie, de derecha a izquierda del lector: Antonio Quintero, Antonio Moreno Martín y Manuel Pino. Sentado, Francisco Carrillo Reyes.  Semi inclinados, Miguel Morilla, simpatizante de la Peña, y Domingo Samaniego.
De pie, de derecha a izquierda del lector: Antonio Quintero, Antonio Moreno Martín y Manuel Pino. Sentado, Francisco Carrillo Reyes. Semi inclinados, Miguel Morilla, simpatizante de la Peña, y Domingo Samaniego.

En marzo de 1951 la calle que historiamos, situada entre la calle California y la Avenida Alcalde Federico Molina Orta, estaba formada por casas diseminadas y se la denominaba, junto con otras de la misma zona, calles al Norte del Estadio Municipal.

En 1957, ya se había inaugurado el Estadio Municipal de Huelva y la ciudad ampliaba su cinturón. En la sesión municipal del 23 de junio de 1962, los munícipes tomaban la determinación de abrir y urbanizar nuevas calles (las que se denominarían California, Platero, Maestra Aurora Redondo, etc.):

<<…Visto proyecto de obras de apertura y urbanización de calles al Norte del Estadio Municipal, confeccionado por los señores Ingeniero y Arquitecto Municipales, don Eligio Vallejo Tirado y don Ricardo Anadón Frutos, respectivamente, y cuyo presupuesto asciende a la cantidad de dos millones ochocientas ochenta y cuatro mi seiscientas sesenta y seis pesetas con ochenta y cinco céntimos, por unanimidad se acordó su aprobación, exposición al público y demás trámites reglamentarios…>>.

 Recreativistas de corazón y socios de esta Peña: De pie, Domingo Samaniego Pulido. En la misma situación, sentado y con perilla, Felipe Pedraza Luque, a su derecha, Antonio Pascual Muñoz, a su izquierda, Francisco Mazo Álvarez, el de la gorrilla, Sebastián Carbajosa Algarra. Sentado, observando la partida, Francisco Carrillo Reyes y de pie, semi cortado, Manuel Pino.
Recreativistas de corazón y socios de esta Peña: De pie, Domingo Samaniego Pulido. En la misma situación, sentado y con perilla, Felipe Pedraza Luque, a su derecha, Antonio Pascual Muñoz, a su izquierda, Francisco Mazo Álvarez, el de la gorrilla, Sebastián Carbajosa Algarra. Sentado, observando la partida, Francisco Carrillo Reyes y de pie, semi cortado, Manuel Pino.

Y como la cosa corría prisa, en la misma sesión se añadía:

<<…Por unanimidad se acordó también remitir los anteriores proyectos de apertura y urbanización de calles al Norte del Estadio Municipal y proyecto de urbanización de la prolongación de la calle Pío XII, al Instituto Nacional de la Vivienda para que, conforme a la resolución de dieciséis de marzo de mil novecientos cincuenta y seis autorice la ejecución de dichas obras con cargo a los fondos de la aportación inicial de los beneficiados de viviendas protegidas…>>.

La calle que historiamos fue rotulada el día 22 de marzo de 1968 con el nombre de “Platero”, nombre con el que se conoce al celebérrimo burrito de la obra de Juan Ramón Jiménez, “Platero y yo”.

En mayo de 1973 continuaba siendo una calle terriza, sin aceras ni alcantarillado, falta de red de agua y alumbrado… No obstante, esta situación iba a durar muy poco. Así en la sesión del día 11 del citado mes y año leemos que se presentaba el proyecto y que los propietarios de viviendas de dicha calle debían pagar su porcentaje:

<<…Visto proyecto de pavimentación, alcantarillado, red de agua y alumbrado de la calle Platero de esta ciudad, redactado por los Sres. Ingeniero y Arquitecto municipal, don Eligio Vallejo Tirado y don Ricardo Anadón Frutos, cuyo presupuesto total asciende a la cantidad de quinientas diez mil setecientas ochenta y tres pesetas con noventa y un céntimos, por unanimidad de los señores concurrentes que constituyen las dos terceras partes del número de hecho y de derecho de los miembros de que se compone la Corporación y de la mayoría absoluta legal de la misma, se acordó aprobar dicho proyecto, someterlo a información pública por término de un mes, durante el cual se admitirán las reclamaciones que se presenten, remitirlo a la Comisión de Urbanismo competente, imponer contribuciones especiales a los propietarios beneficiados por razón de dichas obras con los porcentajes que para cada caso se especifica con dicho proyecto, siendo la cantidad a repartir trescientas cuarenta y cuatro mil cuatrocientas noventa y cuatro pesetas con quince céntimos, constituir la Asociación de Contribuyentes que establece el artículo 465 de la Ley de Régimen Local, y exponer por el plazo reglamentario el acuerdo de disposición de las citadas contribuciones especiales….>>.

Sepamos los establecimientos comerciales que han existido en la calle que nos ocupa. Alejándonos desde la Avenida Alcalde F. Molina en dirección a la calle California se situaba en el número 2 de la calle Platero el taller de reparaciones de electrónica (radios y televisores) que con el transcurrir del tiempo se transformó en la Joyería “Huelva”, inaugurado el día 2 de agosto de 1971, comercio en el que no eran sólo los objetos de oro los que merecían el nombre de joya, sino que cada artículo representaba un joyel. Esta joyería estaba regentada por nuestro buen amigo Pedro Borrego Aguirre. Más tarde, se trasladó a la calle Corteconcepción, y más tarde, pero ¡detente pluma…! y sigamos con el deambular histórico de la calle. Limítrofe a la Joyería se situaba la Administración de Loterías de Toronjo, más tarde trasladada a la acera de enfrente. En el lienzo de fachada inmediata estuvo Calzados “Madrid”, inmediatamente después Antonio Garrido Garma y en la actualidad se observa el rótulo de “La Choza”, que había sustituido a Joaquín Rivas con su bar “El Rincón”. La peluquería “Tomás” la inauguró Tomás Romero Pérez el día 23 de febrero de 1962 y mantuvo su actividad hasta el 31 de diciembre de 1999. Su hijo comenzó su aprendizaje a los 14 años de edad y, a partir del año 2000, lleva adelante con gran prestigio la Peluquería. Y a continuación, mis queridos lectores vamos a flanquear el umbral de la entrada a la Peña Cultural Recreativista 1889 que hizo coincidir su nombre con el año en que fue fundado el Real Club Recreativo de Huelva. En este establecimiento sólo impera el más puro aire recreativista y la franca camaradería entre sus socios y esta hermandad queda demostrada en el día a día y en la cena de Navidad donde se reúnen todos ellos.

La Peña ocupa el espacio de lo que fuera durante años el Bar “Tangerino”. Cuando cesó éste en su actividad Antonio Quintero, entonces socio de la Peña Recreativista “Alzugaray”, se encargó muy diestramente en dirigir los preparativos para transformarla en Peña. Y efectivamente un buen día de abril de 1997 los socios invitaron al autor de este trabajo histórico y en un simpático acto quedó inaugurada.

 A lo largo de estos casi dos décadas de historia Paco Reyes ha ostentado la presidencia durante quince años. Continuó con la regencia durante unos cuantos años Raimundo Gómez Cordero. En la actualidad un triunvirato lleva la gestión de la Peña: Actúa de vicepresidente Antonio García; de Secretario, Antonio Gallardo Tizón y de Tesorero, Paco Fernández Briones. En enero de 2016 debe salir un Presidente que continúe con la óptima labor que siempre ha llevado esta Peña.

A lo largo de los años la Peña le ha dado homenajes a Pepe Mora, a Zumalabe, al socio Paco Cruz, póstumamente a Benítez poco después de que falleciera, a Paco Dorrego y, en los meses calurosos y aprovechando la visita anual de los dos primeros que citaremos a Huelva, quiere hacerles un homenaje, en un solo acto, a Crispi, a Lorenzo Gringo y a Manolo Guerra. Asimismo, han visitado la Peña personalidades del mundo futbolístico como Lucas Alcaraz y Marcelino, y otras del mundo cultural como Antonio José Martínez Navarro que dio una conferencia en sus instalaciones.

Apenas comienza la temporada liguera, ya están dando el aldabonazo que despierta del “letargo” veraniego a sus miembros. Esta Peña recibe con los brazos abiertos a todo el que se acerca a ella. Así, el visitante no tiene más que acercarse a la reunión y saturarse de un torrente de conversación centrado, sobre todo, en las circunstancias del Real Club Recreativo.

De vez en cuando los socios se ven precisados a refrescar la garganta (¡es mucho darle a la sinhueso!) y se acercan a la barra donde les atiende el amable Domingo.  Los asistentes a esta Peña casi sin percibirlo van impregnando su espíritu de mensajes recreativista que irradian desde las diversas fotografías inolvidables para la historia del Club Decano. En una, se observa al jugador Gringo firmando el contrato que le uniría, durante cinco temporadas, con el equipo albiazul; en otra, la victoria por cero a dos del Recreativo en Sevilla frente al Betis. Curiosamente ellos ascendieron a Primera División y el equipo huelvano descendió a Tercera. El gol del jugador recreativista Quirro no puede faltar en esta auténtica exposición recreativista; la foto del equipo amateur donde sólo se alineaban jugadores onubense (Juanín, Carrillo…), la invitación del Sevilla C. F. en la que se desplazaron a la capital hispalense diversos estamentos recreativistas, el presidente de la Federación de Veteranos y socios integrados en la misma Federación y en la que participó una Comisión del seno de esta Peña, y tantas y tantas fotografías….

También se recuerda el taller de carpintería del maestro Serrano, auténtico domador de la madera. En la acera opuesta estuvo, como ya se ha indicado, la Administración de Loterías y el dorso del que fuera Cine “Fantasio”.

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