Rosa Mora. “Los caminos te van llevando a otros caminos donde una va descubriendo sus pasiones», son palabras de Macarena Clemente, joven de 27 años, natural del municipio onubense de Trigueros, y aventurera por naturaleza. Cuando hablamos hace unos días con ella –vía correo electrónico-, nos contaba que se encontraba en Brasil, a punto de cruzar el Amazonas para llegar a Perú, y de ahí a Ecuador, Colombia, “y quién sabe si después México…”, nos contaba. No es de esas personas que llevan controlados al segundo sus viajes, más que nada porque hace tiempo que Macarena convirtió su propia vida en un continuo viaje.
Todo comenzó en el año 2009. “Quería salir de donde estaba, conocer nuevos lugares, explorar… Trabajaba y tenía un mes de vacaciones, entonces agarré un mapa y señalé Latinoamérica, en concreto Argentina”, nos explica la onubense. Y esa decisión desencadenó el giro que marcaría su vida hasta hoy. “Cuando llegué a Buenos Aires entré en una galería de arte donde exponían pinturas, hacían talleres de teatro, danza, circo, vendían artesanías… Interesada, comencé a entablar conversaciones y resultó que hice un grupo de amigos, rápidamente decidí quedarme y aprender de ellos”, asegura. Su periplo por Argentina duró dos años, y fue allí donde por primera vez “vi a alguien haciendo piruetas en el aire”, nos explica. “En el instante quedé perpleja, y le dije a una amiga: eso quiero hacer, eso quiero aprender… fue algo casual y, al mismo tiempo, causal”. Esta experiencia llevó a Macarena a comenzar su formación en las artes circenses. Fue en el país latinoamericano donde comenzó a recibir clases, inscribirse en cursos y talleres, y empezó a experimentar con la tela aérea.
Tras su paso por el país andino, el destino llevó a Macarena a Inglaterra. Aircraft Circus es el nombre de la escuela en el que realizó un curso intensivo. “Entrenaba nueve horas al día con profesionales de este mundo, y fue allí donde descubrí la cuerda lisa, elemento en el que intento especializarme”, nos explica. “Cuando terminamos el curso hicimos nuestro show final, siendo esa la primera performance que realicé con mi propia cuerda que ya había comprado para entrenar por mí misma”. Un espectáculo éste que muy especial para Macarena al tratarse del primero en el que actuaba ante una gran número de público. “Me sentí motivada y con ganas de seguir en todo este mundo, duro pero satisfactorio”, incide. Posteriormente, los propios directores de la Escuela contaron con la onubense para que actuara junto a ellos en el teatro londinense de ‘Jackson Lane’. Formó parte además de shows en casas culturales y en festivales.
Macarena hizo un paréntesis de su etapa en Londres para trasladarse a África. Según nos cuenta, “me interesó hacer algo diferente, algo social, y entonces me fui sola a África, de manera independiente, para hacer talleres…allí conocí a Amy, otra chica con la que luego creció una gran amistad, ella también hacía circo y las dos nos unimos e hicimos, en calles y colegios de Gambia y Senegal, talleres de circo, acrobacia aérea, manipulación de objetos, teatro y pintura”. Tras esta intensa experiencia, la joven triguereña volvió a Londres, su objetivo era entonces seguir formándose para entrar en la facultad de Artes Circense de la capital del Reino Unido, un proyecto, sin embargo, que aparcó para seguir viajando y explorando otros lugares. Así llegó a Asia, y en concreto a Tailandia, “uno de los lugares -refiriéndose al país asiático- más hermoso donde colgué mi cuerda, entre rocas y frente al mar… amo el circo y me gusta explorar nuevos paisajes donde colgar la cuerda de manera más libre e independiente”, explica Macarena.
En cuanto a la formación y la visión del mundo circense que actualmente se tiene en España, la onubense cree que “ahora se están empezando a tener un poco más en cuenta estas artes, pero aún quedan muchas cosas por conocer y desarrollar”. “En países como Inglaterra o Francia están mucho más valorados este tipo de espectáculos. Asimismo, en lo que a la formación se refiere, hay un abanico mucho más amplio de posibilidades”.
Entre sus objetivos más próximos, nos cuenta Macarena, destacan “seguir viajando para aprender y continuar compartiendo ideas, cultura, danzas y, por supuesto, poniendo mi cuerda en diferentes paraísos terrenales”. En este sentido, nos confiesa que le encantaría encontrar un espacio en Latinoamérica, una región indígena, donde crear un espacio cultural e intercambiar este tipo de artes con la gente nativa.
“Me gano la vida así por el momento, viajo haciendo artesanía y circo”, sentencia la onubense. Dos pasiones: viajar y el mundo del espectáculo, que Macarena Clemente ha compaginado, convirtiéndolas en su estilo de vida.