Mari Paz Díaz. Juan Carlos Val Conde ha vivido toda su vida en Moguer, localidad en la que estudió ESO en el IES Juan Ramón Jiménez. Comenzó a trabajar desde muy pronto, a los 18 años, iniciándose entonces en el sector de la construcción por diferentes circunstancias.
Pero muy pronto quiso cambiar de vida. «Pensé que no podía estar siempre así y que tenía que conseguir un buen trabajo. Entonces empecé a hacer cursos que me pudieran ayudar a lograr algo mejor», nos comenta. Y así fue. Según nos dice, «con 20 años comencé a trabajar en una empresa de Prevención y Riesgos Laborales. Luego me di cuenta que la gente que trabajaba en el sector del montaje tenía buenos sueldos. Así que decidí hacerme soldador. Fue entonces cuando conocí a mi jefe».
Su trayectoria como soldador se inició en Portugal, donde estuvo un año trabajando en Sines, cerca de Lisboa. A su regreso a Huelva no había trabajo en el sector, así que, ni corto ni perezoso, se puso a buscar trabajo fuera de España. Fue así como le surgió la oportunidad de irse a Argelia para ocupar un empleo de Prevención. Pero, cuando ya tenía el visado para irse, su jefe le llamó para un proyecto de gas mucho mayor en Emiratos Árabes. Hasta allí se marchó con un contrato de tres meses como asistent camp manager. «En esos tres meses, aprendí a administrar y dirigir un campamento de 160 trabajadores y 700 residentes, de los que todos eran directores, gerentes, ingenieros y projects managers», apunta.
Entonces comenzaba esta aventura que mantiene en la actualidad, ya que lleva cuatro años desempeñando este puesto de trabajo. En este tiempo ha cambiado de empresa, pero no de empleo. Entre otras, Juan Carlos ha formado parte de la plantilla de una multinacional italiana, una de EEUU y, ahora, está en una empresa local de Emiratos, siendo el único español en el proyecto.
Juan Carlos vive y trabaja en el desierto, a unos 250 kilómetros de Abu Dhabi, por lo que ya está acostumbrado a estar rodeado de dunas, arena y resistiendo temperaturas extremas. Eso sí, allí conoció a su novia, con la que tiene un piso en Abu Dhabi, en Al reem Island, donde pasa los fines de semana. Además, lo que más le gusta de su trabajo es las enormes posibilidades que tiene de viajar, puesto que cada 90 días tiene 18 días de vacaciones. Con este onubense hablamos de cómo está siendo su experiencia.
-Tras cuatro años, ¿qué balance haces?
-Mi balance es perfecto, inmejorable, mejor que una lotería. He conocido a la mejor persona del mundo, que es mi pareja. He aprendido muchísimas cosas, a valorar muchas otras y el soporte económico para tratar de tener un futuro más fácil.
-¿Cómo te entendiste con el idioma?
-Mi nivel de inglés cuando llegué era nefasto. Lo pasé fatal al principio, porque dije que hablaba bien inglés para conseguir el trabajo, pero no era así. Así que me puse a estudiar inglés como un loco cuando llegué. Daba clases por Skipe con un profesor australiano residente en Huelva, Emilio Eguia. Él me ayudó mucho.
-¿Cómo es vivir en el desierto?
-Es un poco duro. Solo hay arena y unas temperaturas que llegan a los 60 grados en verano. No hay nada que hacer aquí, solo trabajar. Luego, la vida en la ciudad, al ser un país árabe, tiene normas absurdas si las comparamos con nuestra cultura. Por ejemplo, no puedes besar a tu pareja en público o abrazarte en exceso. Tienes que respetarlo o puedes acabar muy mal, en la cárcel y deportado a tu país tras haber cumplido la condena. La gente de aquí, por lo general, no tienen valores, sólo mucho dinero. La mayoría son muy arrogantes.
-¿Cómo es Abu Dhabi?
-La ciudad es todo lujo, rascacielos, hoteles, centros comerciales con grandes tiendas, mucho consumismo y coches de alta gama. Es todo artificial, porque el país entero es un desierto.
-Y sus habitantes, ¿cómo son?
-Hay gente de todas partes. Por un lado están los habitantes de países asiáticos, como la India, Bangladesh, Filipinas, Nepal. Son la mano de obra barata, los que realmente levantan el país con sueldos y condiciones miserables. Luego están los europeos, americanos y el resto de habitantes de los países árabes, que tienen buenas condiciones, buenos sueldos y, por lo general, vivimos bien.
Y, por último, está la población local, que son todos ricos. Sus gobernantes son muy inteligentes, saben administrar muy bien el país y, lo que es más importante, cuidan de sus ciudadanos como si fueran de su familia, les pagan todo: vivienda, sanidad en cualquier parte del mundo, educación, dinero por casarse, por tener hijos, buenos trabajos con sueldazos… Si dividieran la riqueza del país entre su población, le tocaría a cada uno 19 millones de dólares, así que imagínate. La pena es que algunos no tienen valores, son arrogantes y muy machistas.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-Somos más conocidos por el fútbol que por nuestra historia. España para ellos es sinónimo de mucha fiesta, les encanta. También saben que estamos viviendo una crisis económica muy fuerte.
-Tras esta etapa. ¿Te has marcado algún nuevo objetivo?
-Quitarme mi hipoteca, vender mi casa y ahorrar todo el dinero que pueda para comprarme una nueva vivienda donde decida quedarme algún día. No quiero deber nada a ningún banco.
-¿Qué piensan tu familia y tus amigos de tu aventura?
-Mi familia están todos muy orgullosos y saben que me ha venido genial el estar aquí, mientras que mis amigos siempre me dicen: “Illo lo has triunfado. Te ha cambiado la vida”. Están contentos por mí. Me dicen que me los traiga aquí a trabajar.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
-Seguir aquí hasta que mi pareja y yo nos cansemos o nos quedemos sin trabajo. Cuando se acabe, nos vamos a llevar un año viajando por Asia y Australia. Después nos iremos donde haya trabajo para los dos o donde podamos montar algún negocio.
-Por tanto, por el momento no piensas volver a España.
–No. Por desgracia, en España está la cosa muy mal y no encontraría un trabajo que me gustase.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Sobre todo a mis hermanos, mi madre y mis amigos. Echo de menos las cosas simples del día a día cuando estaba allí. Ir a entrenar a boxeo al gym, sentarme en un banco con los colegas y reírme de las tonterías que hacemos cada uno. La Cruzcampo, la comida, salir de juerga… Mi pueblo, Moguer, las calles, la gente, ¡ahhh! y el clima tan bueno que tenemos en Huelva.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España?
–Claro. Es una pasada conocer gente nueva de otros países diferentes, culturas, ver otros lugares , ciudades, fiestas… El mundo es muy bonito y hay que viajar y conocer cosas. No quedarse estancado en un sitio.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-A los que están pensando en irse fuera de España a trabajar, que no tengan miedo, que lo intenten y sean ambiciosos. Que hagan las cosas con ganas, nada de pesimismo. El principio es lo más duro y ya después viene lo bueno. Y si algún día vienen para Abu Dhabi, que me den un toque, que son bienvenidos. Un abrazo.
1 comentario en «Juan Carlos Val Conde, un moguereño que vive y trabaja en el desierto de Abu Dhabi»
HOLA NO SABES LO QUE ME ALEGRO QUE TE HALLAS ACOSTUMBRADO TAN PRONTO A ESTAR EN ESAS TIERRAS PUES YO TAMBIEN ESTUVE EN SUIZA Y HICE DE TRIPAS CORAZON PERO ESTUVE 10 AÑOS ALLI CONOCI A MI MARIDO NACIERON MIS HIJOS Y ESTUVIMOS MUY BIEN TENIAMOS UN BUEN PISO PERO SIN LUJOS TRABAJAMOS MUCHO PERO EL TRABAJO SE TERMINO Y VOLVIMOS A NUESTRA PATRIA.AL CUMPLIR LOS 50 AÑOS DE CASADOS LO QUISIMOS SELEBRAR HACIENDO UN VIAJE POR JERUSALEN Y PETRA MOS GUS MUCHO Y PENSAMOS VOLVER Y EN LA ACTUALIDAD NO PARAMOS DE VIAJAR TAMBIEN TENEMOS PREVISTO IR ABU DHABI. SALUDOS
MARYCARMEN….