Redacción. Este jueves, 17 de septiembre, se inaugura, a las siete de la tarde y en el Museo Provincial, una exposición con el vestuario diseñado para el teatro por José Caballero. En el año en que se conmemora el centenario de su nacimiento, el Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb), que impulsa Fundación Caja Rural del Sur desde hace ocho años, y el Museo de Huelva han querido rendir un homenaje al onubense que fue uno de los artistas plásticos más importantes del arte contemporáneo en España; homenaje solo posible gracias a la inestimable colaboración del Museo Nacional del Teatro, que guarda obras altamente representativas de su excelente labor como escenógrafo, que en esta exposición se complementan con obras de los fondos del propio Museo de Huelva y otras colecciones.
El Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb) 2015 ha contado para hacer posible esta muestra dedicada a José Caballero con la colaboración de la Consejería de Cultura Turismo y Deporte, Autoridad Portuaria de Huelva, Museo Provincial y Fundación Caja Rural del Sur. La exposición que se inaugura estará abierta hasta el día 11 de noviembre.
En palabras de Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro, “José Caballero huía de barroquismos innecesarios para buscar los conceptos más simplificadores. Por eso se sintió más atraído por el ballet, que le permitía mayor libertad de ejecución y de interpretación. Adoptó un nuevo concepto espacial, situando los elementos escenográficos tan sólo en la mitad alta de la escena, utilizando los elementos imprescindibles. De todos los escenógrafos del momento es el que mayor importancia dio a la iluminación. Estudiaba todos los recursos posibles de luz a la hora de diseñar una escenografía o un traje.” “La vanguardia artística a la que pertenecía ánade- buscaba su entronque con la cultura popular, recogiendo tradiciones y folclores para darles una dimensión épica en las formas pictóricas, líricas o dramáticas, sobre las que se experimentaba y devolverlas después al pueblo.”
La Celestina, de Fernando de Rojas (1940), donde diseñó los figurines, y Fuenteovejuna, de Lope de Vega (1944), fueron sus primeros trabajos para el Teatro Español. Le siguieron éxitos, como los diseños de Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina (1945). El último trabajo que Caballero realizó para un teatro nacional fue a petición de Adolfo Marsillach, que debutaba como director del teatro Español con el montaje ¿Quién quiere una copla del Arcipreste de Hita?, de Martín Recuerda (1965).
Según A. Peláez, José Caballero fue el escenógrafo que mejor entendió el mundo de Lorca y no es extraño que sus montajes para Yerma (1960) y Bodas de sangre (1962) fuesen los trabajos por los que se sintió más satisfecho: “Creo que ha sido donde mi concepto teatral y pictórico convergen más plenamente, respondiendo a un mismo momento y a un mismo sentido en el tiempo y en el espacio”.