Redacción. Un marido celoso y el amante de su mujer, un cobrador del frac y su huidizo deudor, un matrimonio en crisis y dos compañeros de piso condenados a entenderse, son los personajes que cobran vida de la mano de Darío Martín y Daniel Mantero, en una hora de espectáculo en el que, no sólo hicieron reír al público que llenó el patio de butacas de La Rábida, sino que además probablemente les hicieron pensar sobre situaciones cotidianas en las que no actuamos de la mejor forma correcta al no ser capaces de ponernos en la piel del otro.
Es muy difícil explicarlo con palabras. Es un espectáculo compuesto por cuatro piezas bien diferenciadas, precedidas de una proyección que pone en situación al público sobre lo que van a vivir a continuación.
La primara parte, ‘¡No lo puedo entender!’, narra la historia de un empresario de éxito que sospecha que su mujer le es infiel. Al cruzarse con un vendedor de pañuelos en un semáforo, cree reconocer el olor que su mujer lleva impregnado en la ropa desde hace meses. Cuando se confirma el romance, el hombre se esfuerza por entender qué es lo que ha visto su mujer en este “desgraciado” que él no tenga.
La siguiente pieza, ‘¡Entiéndeme tú a mí!’, que da título a la obra, describe a un cobrador del frac al que le encanta su trabajo, persigue a su víctima por toda la ciudad. Éste es un pobre hombre, al que las deudas han destrozado su vida familiar. Pero el excéntrico cobrador le propone un trato: trabajar con él, y aprender la regla de oro que necesita para acosar a sus víctimas: “la desconexión moral”. Sin embargo esta regla acaba volviéndose en contra del propio cobrador.
La tercera parte de la obra se titula ‘¡Yo quiero entenderte!’ Lucía es una mujer que está harta que su marido no la escuche. Él es el que más grita, el más fuerte, el que siempre lleva razón y el que manda. Pero esto se va a acabar, Lucía ha decidido cambiar completamente, y para ello nada mejor que ser “más hombre” que su propio marido. A partir de ahora compartirán ropa y maquinilla de afeitar.
Y para terminar, Dani y Dario representaron ‘¡Vamos a entendernos!’, dónde dos amigos tienen un accidente de coche que les obliga a vivir juntos una temporada. Uno de ellos no puede ver temporalmente, y el otro se ha roto los dos brazos. Ambos se necesitan mutuamente, pero no se soportan. Tienen caracteres muy diferentes: “el ciego” tiene muy mal genio y el otro es un mojigato. La situación se complica aún más cuando “el ciego” propone alquilar una película porno, pero como no la puede ver, pretende que su amigo se la cuente.
Cuatro piezas que describen perfectamente los diferentes tipos relaciones personales, pareja, amistad o trabajo en las que con un pequeño esfuerzo, dejando de pensar en uno mismo y siendo capaces de ponernos en el lugar del otro, tal y como demostraron ayer durante la representación, la vida sería mucho más fácil y agradable.
