HBN. Sin apenas tiempo para reponerse de la Semana Santa, algunos pueblos de la provincia Huelva comienzan a sacar del armario sus trajes típicos y sus tradiciones ancestrales, esas que conservan como oro en paño y que les caracterizan, para celebrar romerías, cruces y otras fiestas patronales que copan el calendario festivo de los próximos meses. Entre ellas destaca, como no podía ser de otra manera, El Rocío que este año comienza el 24 de mayo.
En este primer reportaje Huelva Buenas Noticias señala las más características de cuantas tienen lugar por la geografía onubense en los meses de abril y mitad de mayo -hasta el ya mencionado Rocío- , y más adelante hará lo propio con las fiestas se extienden a lo largo de todo el verano, durante junio, julio, agosto y septiembre.
Así, la primera que tiene lugar, justo después de la Cuaresma, del 5 al 8 de abril es la ya mencionada Romería de Nuestra Señora de Piedras Albas, a la que HBN ya le ha dedicado este sábado 4 de abril un reportaje. Con inicio el Domingo de Resurrección, su día grande es el Martes de Pascua o día de Piedras Albas cuando los romeros peregrinan a la Ermita ubicada al Prado de Osma, antiguo asentamiento de El Almendro, y sacan en procesión a la Virgen.
Esta romería que se celebra conjuntamente entre El Almendro y Villanueva de los Castillejos, tiene como una de sus señas de identidad la danza de los Cirochos, bailada solo por hombres y basada en valores tradicionalmente asociados al género masculino como el esfuerzo, la virilidad, la resistencia o la precisión en la ejecución de los movimientos.
Lo siguiente que encontramos en el calendario del mes de abril es el día del patrón de Palos de la Frontera, San Jorge Mártir que tiene lugar el día 23 abril. Durante los días de fiesta, se saca al patrón en procesión y se dispone en el recinto ferial palermo una zona de casetas y espectáculos musicales. Asimismo, se llevan a cabo diferentes actividades culturales y deportivas, tales como teatro, corridas de toros, campeonatos de baloncesto, fútbol-sala, tiro al plato, carreras de bicicletas, etcétera.
Y de Palos nos ponemos en ruta hacia Almonaster la Real, donde del 24 al 26 de abril comienzan a celebrarse las particulares ‘Fiestas de la Cruz’. Se trata de unos festejos ancestrales, de los más señeros de la comarca, que se sabe que se llevan a cabo al menos desde el primer cuarto del siglo XVII.
Declaradas de Interés Etnológico e incluidas en el Catálogo General de Bienes Patrimoniales de Andalucía, uno de los días más señalados es el Domingo de chubarba. La chubarba es un arbusto muy resistente que las hemandades de la Fuente y el Llano van al campo a buscar el último domingo del mes de abril para decorar el arco y las esquinas de la cruz.
Con la llegada del mes de abril las mujeres sacan sus trajes de serrana, considerados de gran riqueza etnológica, compuesto por medias de cuchilla, zapatos con borla, enaguas, monillo, mantón, lazos, falda de serrana, delantal y puchos. Las Hermandades comienzan los preparativos de la fiesta confeccionan los adornos y las flores de papel, ensayan las coplas del romero, que se cantan en la procesión con panderetas, flauta y tamboril, y los fandangos.
Ya en mayo -en torno al primer domingo- , y después de todos los preparativos, se inician las fiestas con la ‘tarde de las flores’, el sábado de Cruces. Este día se presentan la mayordoma y las diputadas que representarán a cada Hermandad. Asimismo, se entonan las coplas del romero, se dan las tres vueltas de rigor alrededor del monumento de la cruz y al final, se cantan fandangos.
Más tarde ese mismo sábado comienza la noche de los pinos con la visita de las cruces entre salvas de cohetes y cantándose los fandangos de los Pinos, expresión musical del pique que existe entre ambas Hermandades.
Al amanecer del domingo de cruces, que este año será el 3 de mayo, se traen los cuatro pinos que adornarán las esquinas de la Cruz y comienzan los preparativos de ornato y decoración de los respectivos monumentos. El domingo tiene lugar el Romero. Por la mañana la Hermandad de la Fuente, por la tarde la del Llano. Suenan los cohetes y las serranas se dirigen a su cruz, dan las tres vueltas pertinentes y salen en busca de la mayordoma que aguarda en casa, junto con las diputadas y la bandera. Vuelven a la Cruz y luego a la Era de la Cuesta a encontrarse con el mayordomo y sus diputados y entregarle la bandera para volver de nuevo al pueblo. Entonces se visita la otra Cruz y los mayordomos realizan el ofrecimiento de romero en el Ayuntamiento, en la iglesia y en la Cruz. Todo ello con las coplas del romero como banda sonora y como explicación musical de todos los pasos de este ritual.
El lunes de cruces, un día antes de que acaben los festejos, está dedicado a los niños, de tal manera que se repite todo el rito del domingo pero con los pequeños serranos como principales protagonistas. De esta forma se enseña y se perpetua la tradición de esta fiesta, que es toda una seña de identidad de Almonaster la Real.
Y finalmente la Jira, el martes de cruces. Las hermandades salen al campo al atardecer y se invita a una copa de vino a todo el que se acerque para la fiesta. Ya de noche se produce el regreso al pueblo y las hermandades entran por separado con el sonido de los cohetes y los fandangos como acompañamiento. En ese momento se entregan las mayordomías del año siguiente.
Esta tradición ancestral también se mantiene en las aldeas de Aguafría y Las Veredas que las celebran antes y después de las de Almonaster.
Punta Umbría. El 26 de abril, es también el día que el municipio costero de Punta Umbría celebra su segregación de Cartaya. Se entregan las medallas de la localidad y se organizan diversos actos culturales y deportivos -como la media maratón- y se rotulan calles para festejar una fecha tan importante.
Ya en mayo, el día 3 es una jornada más que señalada en el calendario de la provincia, ya que a las mencionadas cruces de Almonaster se unen las de Bonares y Berrocal, la Santa Cruz en Punta Umbría y el Día de la Cruz en Rociana del Condado.
Todas ellas dan paso también ese mismo día, ese primer domingo de mayo, a la Romería de San Benito Abad en El Cerro de Andévalo, la más antigua de cuantas se celebran por toda la geografía onubense.
Un festejo que permite a quien lo vive transportarse a la Edad Media al acompañar el sábado a mediodía a los cerreños, los mayordomos, las jamugueras y los lanzaores en su camino de más de cuatro horas hacia la ermita de San Benito. Un trayecto que cruza el campo de El Cerro, entre encinas, jaras y sembrados de cereal, en un paisaje colorido y primaveral.
Con el regreso, que se produce el lunes al atardecer, se pone fin a una celebración, que es seña de identidad de este pueblo del Andévalo y que está presente durante todo el año.
El segundo fin de semana de mayo toca moverse a Lepe, a la romería de la Bella, una de las más populares y multitudinarias de la provincia de Huelva y de Andalucía. La devoción a la patrona de Lepe encuentra sus orígenes en una historia de finales del siglo XV con marineros y frailes franciscanos como protagonistas.
Los actos comienzan en realidad el primer sábado del mes, que este año será el día 2 de mayo, con el traslado, por los caballistas, del Estandarte desde la Ermita de la Bella, cerca del Terrón, hasta la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán.
El viernes siguiente, en este caso el 9 de mayo, tras la salva de cohetes, tiene lugar una multitudinaria ofrenda floral durante toda la tarde, a la que se acercan miles de fieles vistiendo los trajes típicos para entregarle a la Virgen de la Bella su ofrenda. Ya el sábado por la tarde tiene lugar el traslado de la patrona de Lepe desde el pueblo hasta su ermita, donde permanecerá hasta el lunes por la tarde. Los romeros acompañan a la Virgen entre cantes, bailes, rezos…
Si hay algo que carcateriza a esta romería son los actos religiosos, como la subasta del Pendón a la llegada de la Virgen a su ermita, o el Rosario de antorchas el domingo por la noche, tras el que tiene lugar una vistosa quema de fuegos artificiales.
Ya el lunes por la tarde se inicia el camino de vuelta hacia la Iglesia de Santo Domingo, donde la Virgen entra, sobre la medianoche, a hombros entre vivas, olés y tambores, y donde permanecerá hasta el próximo año.
Tras esta llega el 11 de mayo, la conocida Romería de Montemayor de Moguer, antesala del Rocío, que tendrá lugar del 24 al 25 de mayo en Almonte.