Redacción. “El sistema universitario en Andalucía y en el resto de España ha de englobarse en un gran pacto por la educación que suponga una reforma consensuada y acabe con la inestabilidad que padece como consecuencia de los constantes cambios legislativos. Este gran pacto de Estado debe evitar que las leyes orientadas por posiciones ideológicas se sucedan unas a otras y ha de apostar por la excelencia en docencia e investigación”, en estos términos se ha expresado Julio J. Díaz, candidato de ciudadanos tras extraer las conclusiones de la reunión que la formación de Albert Rivero tuvo en Cantero Cuadrado con el Rector de la UHU Francisco Ruiz Muñoz. “El último ejemplo de cambio improvisado es que los grados universitarios pasen de tener cuatro años (más un quinto de máster, optativo u obligatorio según la carrera) a tres años (más dos de máster). Si bien esta medida nos haría converger con Europa donde se optó mayoritariamente por la fórmula 3+2, se establece sin haber tenido tiempo de evaluar cómo ha ido la actual fórmula y sin prever un sistema de becas que compense el encarecimiento de los estudios superiores que puede suponer esta medida y evite la repercusión negativa en la equidad de los estudiantes en el acceso y permanencia en la universidad”.
Igualmente, Julio J. Díaz se expresaba en estos términos “si queremos que las universidades lideren la transformación hacia una sociedad y una economía basada intensivamente en el conocimiento, la tecnología y la innovación, hay que elevar las cifras actuales de inversión hasta situarlas, según las recomendaciones de la UE, en un 2% de PIB para educación superior y en 3% del PIB en I+ D en lugar de someterlas, como sucede actualmente, a retrasos en la financiación y la paralización de infraestructuras. Se han de implantar políticas de personal flexibles y orientadas a atraer, retener y fomentar el talento con un diseño de una carrera académica que permita y estimule la movilidad y la profesionalización de la gestión de recursos e incorpore más criterios que premien el mérito y la capacidad en la búsqueda de la excelencia.
El talento no está entrando en las Universidades públicas por diversos motivos, y, mientras la selección por competencias está asumida en la mayor parte del mundo –público y privado- en España seguimos seleccionando fundamentalmente a través de pruebas memorísticas, sin que se analicen las habilidades y competencias de la persona. Es necesario valorar la capacidad de comunicar, motivar, innovar, dirigir equipos e incluso de gestionar conflictos”.
La mejora de la calidad de la universidad parece estar necesitada de una amplia autonomía institucional a la vez que un mejor sistema de rendición de cuentas. Para conseguir esa autonomía institucional tendrán que tener una mayor responsabilidad sobre sus planes financieros, la captación de recursos adicionales a los fondos públicos que reciban, la política de personal, y los planes de equipamientos. Esta es otra de las apuestas de la formación naranja.
Además, según Julio J. Díaz, “la universidad del futuro ha de promover la evaluación externa basándose en indicadores inteligibles para el conjunto de la sociedad porque el resultado de esa evaluación ha de ser público y fácilmente consultable por los alumnos y la sociedad, por otra parte, el sistema de financiación de las universidades ha de atender a la doble perspectiva de la actividad docente e investigadora y al extraordinario valor que su actividad aporta al conjunto de la sociedad. Es necesario por tanto una financiación pública suficiente, sostenible y estable basada en criterios de eficiencia y calidad con una financiación específica para la excelencia y los proyectos que singularicen algunas de nuestras mejores universidades. Se ha de incrementar y diversificar las fuentes de financiación y especialmente del sector privado”.
Para Ciudadanos, por tanto, el sistema ha de garantizar la igualdad de oportunidades y la equidad mediante la implantación de un adecuado sistema de becas y préstamos que permita acceder a la universidad a los buenos alumnos con independencia de su situación económica, social o geográfica.
En palabras de Ruperto Gallardo, “el futuro de la universidad pasa también por la colaboración entre las universidades tecnológicas y la red de empresas del territorio donde se ubican, facilitando el acceso para la realización de prácticas, proyectos de fin de grado o máster, mejorando la adaptación de los contenidos y las metodologías de impartición a las necesidades empresariales y para facilitar la trasferencia de conocimiento e impulsar una política de innovación basada en el entorno de los parques científicos y tecnológicos necesaria para que aumente la competitividad de nuestras empresas, para que se creen nuevas empresas y con ello se generen empleos. Esta colaboración supone también una fuente de financiación para las propias universidades”.