S. D. La Palma abrió de par en par el año de su Centenario con un trabajado, sufrido, pero justo triunfo ante el PD Rociera (2-1), que llena de esperanzas a las huestes condales en su pelea por la permanencia.
Quien sólo mire el resultado y cómo se produjo el triunfo local -autogol del rival a cinco minutos para el final- puede crearse una opinión errónea del partido que enfrentó a La Palma y al PD Rociera por evitar el ‘farolillo rojo’ del grupo X de Tercera. Podría pensar que el cuadro condal ganó los tres puntos -¡qué tres puntos!- por mor del infortunio rival, o por ese golpe de suerte que le dio el defensa Dani al introducir el balón en su portería.
Pero quien estuvo en el campo sacó una conclusión bien distinta a lo ocurrido. Porque quien de verdad tuvo mala suerte fue La Palma… por tener que llegar casi a lo estertores del choque para decidir, valga la frase, la suerte del partido. Los condales, por ganas, tesón y ocasiones, pudieron/debieron resolver la papeleta mucho antes, sin necesidad de quedar al pairo de ese soplo de indudable fortuna final, y que provoca tantas conclusiones erróneas.
Porque desde que se dio el pitido inicial el equipo de Juancris salió decidido a ganar el partido. Con sus virtudes y sus defectos, pero dispuesto siempre a mirar a la puerta rival para ganar y comenzar de la mejor manera posible el año de su centenario.
Una acción protestada por derribo a Gómez cuando se disponía a rematar; un remate de Álex Pavón que el portero atrapa; y un remate de Pablo en el segundo palo tras una falta botada por Marroco, fueron jugadas que bien pudieron empezar a desnivelar la contienda, pero que por los imponderables del fútbol no fue así.
Claro que el cántaro se tenía que romper a la fuerza. Tanto fue a la fuente el equipo condal que encontró el premio. Y no cualquier premio. Porque el tanto de Espada fue sensacional: se encontró un balón en el centro del campo y, tras ver adelantado al meta Rivas, le dio con intención para alojarlo en la red, a pesar de los denodados esfuerzos del cancerbero del equipo de Dos Hermanas por evitarlo.
Cuando el partido se decantaba del lado local, otra vez tropezó con esa piedra que tanto daño le está haciendo esta temporada. Un error, un grave error esta vez del meta Arturo, lo pagó con el empate. Fue al intentar regatear a Muñoz, pero perdió la pelota y la historia acabó con trabajo para el encargado del marcador: 1-1.
Más curiosa fue aún la reacción de La Palma, que apenas dejó celebrar el gol a los visitantes, ya que tras el saque de centro por el gol Gómez y Pablo metieron el miedo el cuerpo a los jugadores forasteros, felices y contentos con las tablas, y que antes del descanso volvieron a asomarse por el portal de Arturo, en especial en una acción de Muñoz, en la que el meta local fue providencial.
Un cabezazo de Villalón, y otro de Pablo, uno para cada equipo, cerraron el capítulo de oportunidades en el primer tiempo que, justo es decirlo, estuvo más repartido que en el segundo donde sólo existió un equipo: La Palma.
Porque desde el minuto uno de este periodo, el equipo condal fue dueño y señor dela contienda, metiendo a la PD Rociera en su campo y erigiendo a Rivas como el artífice del empate que acarició hasta cinco minutos del final.
La historia del segunda parte comenzó con un disparo al palo de Lobo; siguió con un centro de Marroco que a punto estuvo de entrar en el portal nazareno; continuó con un remate de cabeza de Álex Pavón, fuera por poco; prosiguió con otro cabezazo del mismo jugador, que se fue alto; vivió una clara ocasión de Fermín; y acabó el carrusel de ocasiones con una internada de Ángel, que remató Espada a las manos de Rivas.
Oportunidades más que suficientes para decidir el choque que, no podía ser de otra manera, tenía que caer del lado local, si bien en el gol de la victoria el equipo local encontró esa pizquita de suerte que le faltó antes: Dani, en el intento de evitar el remate de un delantero local, introdujo el balón a su propia portería. 2-1, era el minuto 84, los tres puntos de quedaron en casa. Con toda justicia.
Con esta victoria La Palma al menos abandona el ‘farolillo rojo’ de la tabla, y da un pasito más para la permanencia, que debe tener continuidad el próximo jueves ante el CMD San Juan.
LA PALMA: Arturo, Pablo, Fofi, Redondo, Alfaro (Ale Bellerín, 80′), Espada, Jesús Rubio, Gómez, Alex Pavón (Ángel, 69′), Marroco (Fermín, 69′).
PD ROCIERA: Rivas; Miguelito, Carlos (Dani, 46′), Rubén, Guti, Lara, Muñoz, Marco (Gordi, 74′), Miguel León, Villalón, Fran (Sol, 52′).
Árbitro: Barba Ibáñez (colegio gaditano). Mostró la amarilla a Arturo y al entrenador Juancris Ávila, por los locales; y a Carlos, Marco y a su entrenador Manuel Lozano, por los visitantes.
Goles: 1-0 (20′) Espada. 1-1 (28′) Muñoz. 2-1 (84′) Dani, en propia puerta.
Incidencias: Partido correspondiente a la 22ª jornada en el grupo X de Tercera División disputado en el polideportivo municipal de La Palma del Condado. Asistieron al mismo algo más de medio millar de espectadores.