Patricia Chapela Cabrera. Tharsis, despierta entre sus piedras y asume el protagonismo que ha tenido en la historia, y en la Historia de las Civilizaciones para alzarse como el lugar transcendental que fue desde la noche de los tiempos, gracias a sus riquezas metalíferas y a su posición estratégica en las tradicionales rutas de mercadeo entre Oriente y Occidente.
En este territorio, las civilizaciones fueron atraídas como un faro al marino por los metales preciosos, -plata, cobre, oro- que fueron el origen de un sincretismo cultural en nuestra tierra. Y así, la historia se encarga de fijar la mirada en este punto, aludiendo la salida de los Reyes Magos desde el sur de Occidente, -desde la mítica Tartessos en España -, según afirmaba el Papa Benedicto XVI en La infancia de Jesús (2012). Los Magos cargados con tesoros emprendieron el camino hacia Belén, lugar en el que nacía Jesús, y de este modo, se recogía en los Salmos –alabanzas hebreas- que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo (Salmos: 72,10).
Tarsis, vocablo bajo cuyo significado ha dado lugar a varias acepciones, fue –según la Biblia- un importante centro comercial especializado en el tráfico de los metales, y así el profeta Ezequiel aseveraba que Tarsis comercializaba con Tiro, y Jeremías proseguía “De Tarsis se importaba la plata laminada” (Ez. 27/12), este último texto de sitúa en el siglo V a. C. (Padilla, 1994).
La arqueología se ha encargado de analizar la escorias, -argentífera, entre otras- confirmando un comercio auspiciado por fenicios y tartesios en Tharsis hacía el siglo VI a. C (Pérez, 1997), concretamente, en la zona denominada Pico del Oro (Filón Sur). Estos metales eran de gran valor para Oriente que, hasta el descubrimiento de las minas de Laurium en el Ática, dominaron el Mar Mediterráneo. Empero, con la proliferación de argumentaciones históricas sobre el origen de Tartessos, no pasa por alto que en este espacio del suroeste peninsular, la actividad metalúrgica fue una constante en el tiempo.
El nacimiento de Jesús, centrado en el año 15 del siglo I d.C. durante el emperador romano Tiberio Julio César Augusto (XVI, P. B., & de Río, J. F, 2012), nos traslada hacia una época de dominación romana en estas tierras. Una Tharsis mítica que, por aquellos años, yacía bajo el yugo de emperadores atraídos por la riqueza de las minas. Una Tharsis que, según el Itinerario Antonino, pasó a llamarse Ad Rubras. Es de justicia, rememorar esta salida desde el que sería uno de los grandes centros de producción de plata tartesia, siendo un evento de carácter único en Andalucía. La permanencia en el tiempo de este evento, se muestra de vital importancia para reivindicar el lugar que ocuparon en la antigüedad de Occidente, las legendarias Minas de Tharsis.
2 comentarios en «Los Reyes Magos de Oriente desde la mítica ‘Tarsis’»
Tarsis es tartessos, pero Tarsis no es Tharsis
Son Los Reyes de TARSIS, la CIUDAD del REINO TARTESSOS.