Ángel Custodio. A veces, surgen nombres y hechos que crean una leyenda y eso es lo que pasa con el “pequeño Nicolás”, que actualmente, todos los medios de comunicación, informan datos sobre los acontecimientos en los que este singular personaje ha sido protagonista.
Esto pasará y con el tiempo se olvidará. Como ha ocurrido tantas veces con esas pequeñas historias que nos cuentan “los más viejos del lugar” y que a veces nos causan dolor y otras sonrisas, pero que si no fuera por la memoria de algunos , no las conoceríamos.
Comentaba esto en una tertulia de café, cuando alguien me recordó que una persona de Palos se propuso ir a Madrid cuando vino el presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower, y tuvo habilidad para pasar todos los controles e incluso estrechó la mano del importante mandatario.
También me recordaron que cuando Rita Hayworth visitó Huelva e iba por la calle Concepción, un conocido comerciante onubense, le dio un manotazo en el trasero, con el consiguiente revuelo. La frase del comerciante fue; «una vez que Gilda ha venido a Huelva, no se podía escapar que yo le tocara el culo, porque eso ocurre solo una vez en la vida”
Hubo en Huelva un personaje del que ya no se habla y que entonces fue una leyenda, le llamaban “Rancarreja” y era célebre por la situaciones que creaba en la vida diaria, aunque cuando era muy comentado en la época de carnavales. Rancarreja lucía los atuendos que más llamaban la atención, aunque la mayoría de las veces “no eran aptos para menores,” y cuando eran aptos es porque eran escatológicos.
Han pasado los años y ya pocos se acuerdan, de quien según dicen, fue uno de los hombres más divertidos que ha tenido Huelva y su carnaval.