La onubense Tona Ojeda, distinguida a nivel andaluz en el Día Internacional de las Mujeres Rurales

M. P. D. El acto conmemorativo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, celebrado el pasado 15 de octubre en Baeza (Jaén), ha tenido este año un claro sabor onubense. Porque en este evento, que ha tenido el lema de ‘La educación, la gran igualadora social en el mundo rural’, se entregaban ocho premios en reconocimiento a la labor de maestras de la Comunidad Autónoma andaluza, maestras entre las que se encontraban la onubense Antonia Ojeda (Las Herrerías – Puebla de Guzmán), que ha sido galardonada “por su labor fundamental en el mundo rural en representación de muchísimas otras que han dedicado o están dedicando sus vidas a la educación”.

Una mención especial para esta profesional de la educación, que ha recibido con mucha ilusión, tal y como nos cuenta en esta entrevista.

La andadura profesional de Tona Ojeda se inició en el año 1991, cuando comenzó a trabajar en el Centro de Adultos de Paymogo, del que guarda muchos y buenos recuerdo. “Todo era nuevo para mí. Yo era maestra de Primaria y nadie me había mostrado nunca esa cara de la enseñanza. Decidí afrontar el reto. Tuve que dedicarme con mi nula experiencia a alfabetización, teórico del examen de conducir, educación especial, atención a inmigrantes, Graduado Escolar, luego Secundaria, Informática, Acceso al ciclo superior…”, nos comenta la homenajeada, que, además, ha realizado actividades múltiples dentro de la Educación Permanente, como maestra, secretaria, administrativa, asistente social, psicóloga, profesora de manualidades, de autoescuela, de informática, de español para extranjeros,  de matemáticas, física, química, lenguaje, animadora sociocultural…, etcétera.

Junto a estas labores educativas, Antonia también es conocida por haber sido una persona que ha contribuido al tejido asociativo de su localidad, creando la Asociación Mujeres de Herrerías, la cual sigue presidiendo actualmente: “Desde que estamos asociadas, hicimos un frente común, se ha trabajado mucho y duro, hemos organizado multitud de actividades hasta ahora jamás realizadas en campos como la cultura, deporte, ocio…  En cierta medida nos hemos convertido en dinamizadoras sociales, canalizadoras de necesidades y propuestas de diversa índole y en intermediarias entre la población y el Ayuntamiento, cosa que nos llena de satisfacción”, nos dice.

Para Ojeda, “hemos intentado hacer nuestro entorno un lugar de convivencia con capacidad para formarnos, con expectativas de futuro, con alternativas para el ocio y tiempo libre, y esto, no sólo entre las mujeres, sino abarcando todos los colectivos que convivimos en  nuestra pequeña aldea que tantas cosas necesitamos, me refiero a mayores, jóvenes, niños y niñas. Si nuestra asociación es capaz de liderar  este movimiento, nos estaremos haciendo fuertes, aumentando por consiguiente la  autoestima de muchas mujeres”.

Además, esta onubense también ha creado el portal WebMina  http://www.lasherrerias.com, que fue distinguida por el Ayuntamiento de Puebla de Guzmán como ‘Idea Brillante del Año’. Esta web está dirigida a las personas que se vieron obligadas a emigrar, como una forma de participar en el día a día de nuestra comunidad. Un foro al que acuden de todas partes de España y una vez al año se encuentran en la localidad para compartir ese día, de forma presencial con los paisanos/as.

De todo ello nos habla en esta entrevista Tona Ojeda, que nos cuenta cómo se ha sentido con este galardón y la importancia que tienen las mujeres rurales en la sociedad actual.

-¿Qué ha supuesto para ti este premio a la mujer rural?
-Un placer y un gran honor. No hay mejor cosa para el ser humano que el reconocimiento al trabajo realizado y no hay mejor recompensa al trabajo  que la convicción de  haber conseguido lo perseguido. Supone una inyección de fuerza y coraje para seguir avanzando y tirando de este enorme carro.

-¿Qué han valorado de tu trayectoria para darte el galardón?
-Creo que ha sido la unión de varias cosas. Soy una mujer muy activa, necesito participar en la sociedad en la medida de mis posibilidades. Creo en la lucha a través  del esfuerzo, del diálogo, aporto mi grano de arena para cambiar aquello que es necesario, bueno y conveniente para todos y todas. Esta forma de ser me ha hecho moverme y trabajar tanto a nivel educativo, en mi colegio, como en el terreno social, con mi asociación  y mi pueblo. Mi lucha ha sido demostrar y poner en valor el trabajo de la mujer rural y su contribución al medio.

-¿Cómo te sentiste en el acto de entrega?
-Emocionada, ganadora, por poseer el mejor equipo; orgullosa de ser mujer, agradecida a la vida por darme la oportunidad de luchar por las cosas y gente que me preocupan y de intentar que el día a día nos sea un poquito más fácil. Sentí, más que nunca, que los ratos, días y noches dedicados de manera incansable, merecían la pena. Me sentí portadora de sueños e ilusiones de muchas compañeras y amigas.

-¿Cuál crees que es el papel que juega la mujer en el ámbito rural hoy en día?
-La mujer rural sigue demostrando que es el pilar fundamental en nuestro entorno, fuente de conocimiento, transmisión y progreso. Formamos parte del entramado social, pero todavía hay que romper esquemas y seguiremos adelante.

-¿Piensas que ha cambiado mucho la mentalidad en este ámbito o todavía hay que seguir trabajando?
-Actualmente hemos avanzado, aunque los caminos son difíciles de recorrer y hay que seguir venciendo dificultades. Ganamos batallas con nuestro trabajo y esfuerzo, pero la guerra aún no está acabada. Queda mucho por decir  y demostrar. Quisiera hacer un inciso aquí, para contar, como anécdota que, cuando comencé a trabajar con mujeres en la enseñanza, en alfabetización, alumnas que jamás tuvieron la oportunidad de ir a la escuela, cuando cada día entraban en el aula, me rogaban que cerrara la puerta para que la gente de la calle no las viera allí. Quiero dejar esto  aquí para la reflexión.

-Por ejemplo, háblanos de algunos de los proyectos en los que estás trabajando.
-Nuestras actividades no terminan nunca. Una vez finalizado un proyecto empezamos con otro. Hay algunos que continúan porque no es conveniente que finalicen nunca y esperando entregar el relevo a generaciones posteriores. Uno de ellos es ‘Pon un libro en tu biblioteca’. Consideramos necesario un lugar donde fomentar la cultura y la animación a la lectura de todos los colectivos. Nuestras socias están volcadas en el proyecto. Estamos en la segunda fase proyecto y hasta el momento  hemos reunido un total de dos mil ejemplares, donaciones todas, muchas de ellas llegadas desde distintos puntos de España, paisanos residentes en otros lugares, a los que hemos hecho un llamamiento a través de la página web de nuestra aldea: http://www.lasherrerias.com

-¿Tenéis algún otro plan de relevancia?
-Sí. Estamos trabajando en uno muy importante, emotivo, que forma parte de nuestra identidad y que nos lleva a nuestras raíces. Se llama ‘La Mujer del Minero’. Con esta actividad pretendemos dar a conocer y difundir las memorias y experiencias de las mujeres, esposas, hijas, hermanas de mineros…, que trabajaron y lucharon por mantener la principal fuente de ingresos de la zona hasta los años 80, y que forman parte de la identidad cultural colectiva. Y queremos que sean parte constituyente del aprendizaje de nuestra herencia minera andaluza.

-¿El resto de mujeres del pueblo se implica?
-Sí, muchísimo. Como comenté anteriormente, me siento ganadora porque tengo el mejor equipo. Soy y me siento una más de ellas, un eslabón en esta gran cadena que formamos. Siempre, por supuesto, se necesita alguien que lidere, y por eso estoy a la cabecera. Pero siempre digo que estamos todas hasta el final del camino, desde que empieza un proyecto en la sala de reuniones hasta que finaliza. La gente que nos visita les llama mucho la atención esta coordinación que tenemos, fruto de la buena armonía y el amor a nuestro lugar.

-Pues para terminar, ¿cuál es el mensaje que te gustaría dar a las mujeres rurales onubenses?
-Me quedo con esta frase: La Educación, la gran igualadora. La formación, la educación nos hace libres. Nos permite decidir, optar por una vida o forma de vivirla; por tanto, es necesario seguir avanzando en este terreno. Debemos poner en valor nuestro trabajo, creer en la importancia de nuestro papel actual y futuro y lo que representa para nuestra sociedad. Desde nuestro entorno inmediato, el medio rural, se empieza a construir.
También quiero dar las gracias a las personas que hicieron posible este galardón, al grupo Adrao (Asociación para el Desarrollo Rural del Andévalo Occidental), al  Ayuntamiento de Puebla de Guzmán, a  mis compañeros y compañeras de trabajo de Educación Permanente, mi alumnado incansable, mi Asociación de Mujeres, a las Asociaciones El Foco y  Herrerías, que me apoyan en esta labor y, por supuesto, a mi familia y, en especial, a mi nietecito Abraham, que me da vida. A todos ellos, gracias por ayudarme a CONSTRUIR cada día.