Redacción. El águila pescadora (pandion haliaetus), en peligro crítico de extinción en España, se ha convertido en una especie cada vez más frecuente en la Laguna Primera de Palos gracias a la instalación por parte de Cepsa de un posadero en el centro de la lámina de agua. El posadero fue colocado en el 2013 como parte de las actuaciones que la Compañía realiza para la mejora de la biodiversidad en la provincia, y dentro del Convenio que tiene suscrito con la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
La intervención requirió de una solución imaginativa dada la profundidad de la laguna en ese punto (4 metros) y la distancia a la orilla, lo que imposibilitaba el empleo de maquinaria.
Desde su colocación, este punto ha sido seleccionado por la especie como zona de descanso y lugar donde despieza a sus presas con tranquilidad dado que recibe las mínimas interferencias del entorno y permite a esta recelosa ave detectar cualquier posible peligro con suficiente antelación.
Esta especie se distribuye fundamentalmente por las Islas Baleares y Canarias desapareciendo como reproductor en la práctica totalidad de la Península a consecuencia de su persecución y efecto de pesticidas, como DDT que afectaba a los huevos. En 2003 comenzó un programa para su reintroducción en Andalucía naciendo en el año 2009 los primeros pollos. Actualmente la población sigue en aumento.
El águila pescadora se alimenta exclusivamente de peces para lo que está muy bien adaptada: posee unas fuertes patas, provistas de escamas que le facilitan la sujeción de la presa, con uñas largas y curvadas, y unas válvulas nasales que se cierran en las zambullidas cuando pesca.
La mayoría de las águilas pescadoras europeas invernan en países de África central aunque en España, debido al buen clima, hay ejemplares que permanecen todo el año.
Trece años de un proyecto ambiental pionero
La Laguna Primera de Palos (laguna natural de agua dulce) se encuentra incluida en la Red de Espacios Protegidos de la Junta de Andalucía con la figura de Paraje Natural, y desde 2005 tiene categoría RAMSAR (Convenio Internacional para la conservación de estos espacios). La laguna, desde 2001, año de la inauguración del proyecto de restauración ambiental, ha recibió a más de 52.000 visitantes, gracias al programa de uso público desarrollado por CEPSA y la Junta de Andalucía.
Constituye una singularidad en el contexto nacional desde un punto de vista tipológico y de génesis, lo que le confiere un excepcional valor, pues contribuye a la riqueza de especies florísticas y faunísticas de la zona actuando como refugio y abastecimiento de elementos amenazados (nutria, malvasía, focha cornuda) o raros (avetoros, porrón).
Por primera vez en España, una industria colaboró con la Administración y centros de investigación en labores de restauración de un espacio natural definido por la Ley para Espacios Protegidos y, lo más destacado, también por vez primera una entidad privada dedicada al refino de petróleo se comprometió en la puesta en valor para uso público de este recurso.