Carlos Arroyo. Y el sueño se hizo realidad. Andrés Romero ya se ha confirmado como doctor en el arte del toreo a caballo en la Plaza de las Ventas de Madrid. Y lo ha hecho una tarde de primeras figuras del rejoneo, actuando como padrino Diego Ventura y testigo Leonardo Hernández, lidiando toros de Fermín Bohórquez. Y además inmerso este cartel en la feria más importante del mundo taurino, San Isidro. Sólo la mala fortuna, o la precipitación, han hecho que no cosechara un éxito mayor.
La corrida de Fermín Bohórquez no ayudó al escaceño ni a sus compañeros de cartel. Plateado abría plaza y no se movió mal. El onubense hizo una buena labor, llevando al toro cosido a la grupa de su magnífica cuadra. Pero la emoción llegó con el sexto, un toro complicado al que Andrés le tuvo que llegar mucho, expuso y tuvo el premio del reconocimiento del respetable venteño. Pero en ambos toros el rejón de muerte le jugó una mala pasada, privándole de premio en sus dos actuaciones y de haber conseguido una confirmación inolvidable. A pesar de todo, llegarán muchas tardes en San Isidro para resarcirse, porque le auguramos una magnífica carrera al rejoneador.
Una oreja pasearon cada uno de sus compañeros de cartel, Diego Ventura y Leonardo Hernández, a los que también la espada les privó de la puerta grande. Hoy las espadas no fueron aliadas de los montados. Otro día será.