Elisabeth Méndez. Las musarañas, mamíferos de unos siete gramos de peso y que miden unos cuatro centímetros aproximadamente, con cierto parecido a los ratones pero de hocicos más largos y orejas más pequeñas, son animales que se pueden encontrar en todo el mundo variando su hábitat en función de los diferentes géneros que existen. En España, hasta ahora solo estaban documentadas dos especies pertenecientes al género Crocidura: la musaraña común y la musaraña campesina, ambas presentes en Huelva. Pero una línea de investigación de la Onubense, liderada por el profesor de Zoología Javier Calzada Samperio, ha encontrado en nuestra provincia una especie que, compartiendo similitudes con la campesina, presenta una serie de particularidades que las hacen únicas en el mundo.
La presencia de la musaraña Crocidura en Huelva es de por sí un aspecto llamativo, pues, en el caso de la campesina (Crocidura Suaveolens) se trata de una especie que habita de forma tradicional en el centro de Europa y Asia, llegando su distribución hasta el norte de España -en concreto en la cornisa cantábrica- y el noroeste de Portugal, zonas que tienen en común un clima frío muy diferente al de nuestra provincia, y que dictan de esta más de 300 kilómetros. “Esto es lo que inicialmente despertó nuestro interés, el conocer cómo han llegado hasta aquí y por qué no están en ninguna otra parte del sur o del centro de la península ibérica, por ejemplo” manifiesta Javier Calzada, zoólogo de Vitoria que llegó a Huelva hace 20 años, y que lleva dedicado los últimos cuatro años a este trabajo de indagación.
El primer paso en su investigación fue buscar referencias documentales sobre la presencia de este mamífero en Huelva, encontrando dos citas: una de Rey Landin en 1973, quien la localiza en Doñana, y otra de Román y Ruiz en 2003 que la ubica en las marismas. Dada la escasez de información, el equipo de investigación liderado por Calzada se veía de esta forma ante un campo de estudio novedoso y atractivo, y en el que comenzaron a introducirse realizando un estudio a nivel nacional a través de egagrópilas, es decir, los restos de alimentos en forma de bola que las lechuzas -aves carnívoras que se alimentan de musarañas- vomitan tras masticarlos, y donde se encuentran huesos, piel o pelo que estas no ingieren. “Buscamos egagrópilas por toda España que pertenecieran a musarañas campesinas encontrándonos con una peculiaridad: en Huelva era en la única zona de España en la que las encontramos en las marismas, en zonas en las que sube y baja el agua. Esto es algo atípico, pues el hábitat común de estos animales son los bosques, por lo que llegamos a la conclusión de que la localización de estos mamíferos en nuestra provincia no coincidía con su distribución habitual”, explica Calzada.
Tras esto, el siguiente paso fue centrar su búsqueda en todas las marismas de Andalucía. Este es el tema de la tesis en la que el onubense Luis Biedma, quien colabora con Javier Calzada en su proyecto, está inserto. Hasta ahora, y según nos explica Calzada “no la hemos encontrado, para nuestra sorpresa, en ninguna otra marisma, solo en las marismas del Piedras, Odiel, Estero Domingo Rubio y Guadalquivir en Huelva”, aclara el profesor de Zoología de la Universidad de Huelva, añadiendo entre risas que “por esto decimos que es una musaraña cien por cien ‘choquera’ a la que le ha gustado nuestra provincia para vivir”.
La incógnita ahora se centra, según nos cuenta, en averiguar el por qué esta especie de musaraña está solo en nuestras marismas y no en ninguna otra. Para ello, este grupo de investigación en el que también participan Jacinto Román y J. A. Godoy, investigadores de la Estación Biológica de Doñana, ha comenzado por hacer un viaje en el tiempo y conocer el origen de su presencia en Huelva. “Viajamos 70.000 años atrás, al Pleistoceno, donde encontramos el mapa de Huelva con solo dos ríos grandes: el Guadalquivir y el Paleo Tinto (del que luego se formaría el Odiel y el Piedras), siendo el Guadiana un arroyo que terminaría pinchando en el río. Aquí encontramos a la musaraña campesina, que procedía de África, repartida por diversas zonas de Huelva”, explica el director de la investigación. “Nuestra hipótesis –continúa Calzada- es que, cuando comienza a llegar a nuestra provincia la musaraña común entra en lucha con esta y la expulsa de los bosques, quedando relegadas a las marismas de estos dos ríos a los que, con la subida del agua en e periodo del Holoceno, se sumaron otros dos: el Piedras y el Guadiana, cuya cercanía a los anteriores permitió a la campesina desplazarse hasta ellos”.
A este respecto, este especialista en zoología nos da a conocer que, con estos datos, “partimos de la creencia de que la musaraña común y la campesina, que se diferencia de la primera porque es más colilarga, no coinciden en hábitat en Huelva, sino que una llegó después que la otra y la expulsó de determinadas zonas, de forma que mientras la común se hizo más fuerte en los bosques, la campesina le vence en las zonas de marismas mareales. Pero la incógnita sigue siendo ¿por qué sucede solo en Huelva?”. Esto es algo que hoy día este grupo sigue intentando averiguar investigando sobre la historia evolutiva de esta especie para reconstruir, además del cómo llegó a Huelva, el cuándo y cómo se separó del resto de España, las diferencias con las que habitan en otras zonas de España y Europa, su distribución, ecología, genética y conservación, etc. “Entre las que viven en Huelva, que datan de unos 70.000 años, y el grupo más cercano de la península, hay una distancia genética de 140.000 años, y queremos saber el porqué de esta diferencia”.
En todo este proceso, hay una serie de datos que aportan informaciones muy relevantes a la investigación, y que son los que han hecho pensar a este profesor de zoología “que nos encontramos ante una especie nueva, una evolución de la campesina con características particulares que no se encuentran en ninguna otra musaraña”.
Esas características que él mismo nos da a conocer como “curiosidades” son, en primer lugar, “las amputaciones que hemos encontrado en muchos ejemplares a los que le faltan, por ejemplo, algún dedo”. Además de esto, “otra cosa que nos llamó mucho la atención es que cuando coges a la musaraña campesina con un pellizco por la zona del cuello empieza a excretar una sustancia blanca por la nariz. Esto último es algo de lo que no hemos encontrado nada escrito por ninguna parte, lo que nos da a pensar que solo sucede a los ejemplares que se sitúan en Huelva”. Para averiguarlo, teniendo en cuenta que las musarañas son animales difíciles de ver, estos investigadores han trabajado con el trampeo en vivo, devolviéndolas a su hábitat natural una vez que las han analizado.
Según Javier Calzada, partiendo de las rarezas anteriormente expuestas, la última conclusión a la que han llegado hasta el momento es que “la especie que está aquí en Huelva es una evolución de la campesina que se ha ido adaptando a las marismas, y que tiene unas peculiaridades que no presentan las musarañas en ninguna otra parte del mundo. De ahí que hayamos decidido denominarla musaraña ‘marismeña’, pues consideramos que ya no debe llamarse campesina, sino que es una nueva especie”. Una valiosa deducción que, una vez concluya la investigación, demostrará una vez más que Huelva es una tierra especial, una tierra capaz de originar una nueva especie de musaraña en sus paisajes, algo por lo que de nuevo el nombre de nuestra provincia aparecerá en las revistas científicas internacionales, y será gracias a esta investigación de nuestra universidad pionera en el ámbito de las musarañas.
2 comentarios en «Una investigación de la Onubense halla en Huelva una especie de musaraña diferente a las del resto del mundo»
el dia de hoy en GDl encontre una musaraña igual a la de la imagen que publican
El dia de hoy encontre en Guadalajara mexico una musaraña igual a la de la foto que publican