Paula Crespo. María Galiana es de sobra conocida como una de las grandes señoras de la escena española. Pero además es capaz de transmitir, y de hecho transmite, con su voz y su cercanía esa humildad y esa gracia andaluza que le caracterizan y que le hacen ser tan entrañable y tan querida en toda España.
Completamente autodidacta, María empezó su carrera interpretativa por pura casualidad. Ella ha sido durante buena parte de su vida profesora de Historia del Arte en dos institutos sevillanos, una profesión que como ella misma confiesa «adoro y me encanta. Siempre me ha gustado mucho la docencia».
La interpretación le llegó pasados los 50, a mediados de los 80, y en algo más de 20 años de carrera la actriz sevillana ha tocado ‘todos los palos’ interpretativos. Esta carrera se disparó tras su papel en Yerma, una película que se rodó en parte en Huelva y que clausuró el Festival de Cine Iberoamericano en 1998, y su actuación en Solas, que le valió el Goya a la mejor actriz de reparto del año 2000.
María es puro entusiasmo y energía. Unos días antes de venir a Huelva a interpretar ‘Conversaciones con Mamá’ con Juan Echanove, la actriz de la conocida y longeva serie Cuéntame de TVE, la abuela Herminia, ha sacado tiempo para atender amablemente a HBN y contarnos sus proyectos actuales y la relación tan especial que desde siempre tiene con nuestra provincia.
– Trabaja usted en Cuéntame, una de las series más longevas de la televisión, si no la más…
– Así es llevamos ya 16 o 17 temporadas, no sé exactamente cuántas son (risas), pero años solares son 14 los que cumplimos. Lo cierto es que no me lo puedo creer mucho. A mi edad los años pasan a una velocidad terrible y a mí me parece que empezamos ayer, pero cuando miro a Carlitos, el protagonista, que empezó con siete añitos y ¡ya ha cumplido 20!
– ¿No creía que iba a durar tanto?
– Nunca me lo pude imaginar. Ya tres años me parecía muchísimo o lo que habían durado otras series como Médico de Familia, Siete Vidas o Farmacia de Guardia…Me parece increíble. Me quedo totalmente asombrada.
– Eso ya les habrá convertido casi en familia…
– Claro, tenemos una relación tan absolutamente cercana, que somos cómo una familia, la familia Alcántara (risas).
– Que sepa que ya es usted la abuela de España, ¿qué le parece?
– Me gusta mucho porque me encanta sentirme querida y es así como lo recibo. La gente se porta muy buen conmigo se acercan con mucha cortesía y con mucho cariño a pedirme autógrafos o para hacerse una foto, nunca he sentido ningún malestar. Yo me encuentro muy bien me encanta ser reconocida y sobre todo sentirme tan querida.
– Ha representado papeles en el teatro, en la televisión y en el cine, ¿dónde se encuentra más cómoda?
– Son cosas muy diferentes. Como cómoda me siento en la tele, en Cuéntame, porque tengo el papel muy asumido. Eso no significa que le reste importancia a las secuencias. Es verdad que algunas me afectan más que otras, porque te implican más, pero me las tomo con muchísimo interés. El Teatro es muy fuerte, hay que poner toda la carne en el asador, sobre todo en obras como la que estamos representando Juan Echanove y yo que es prácticamente una hora y media sin salir del escenario. Yo salgo un momento para cambiarme mientras Juan hace un monólogo, pero no lo hago en camerino, es justo al lado del escenario. Y el cine es muy difícil, requiere una capacidad de concentración brutal porque grabas secuencias muy diferentes, en localizaciones muy distintas y grabas escenas del final del papel y luego de principio. Es muy agotador anímicamente, hay que poner los cinco sentidos.
– Y todo después de llegar a este mundillo por casualidad, ¿no es así?
– Sí, fueron circunstancias porque yo era una feliz profesora de instituto, siempre me ha gustado mucho la docencia. Pero empezaron a llamarme alumnos para hacer cosas totalmente amateur y empezaron a llamarme para papeles de apenas siete u ocho líneas, supongo que dirían esta mujer es disciplinada y puntual, te va a dar muy buen resultado, porque además es baratita (risas). Ahora sí te digo que me lo he currado porque iba a todos, aunque me tuviera que pasar la noche entera en un autobús. Hay mujeres que llegan a la vejez y no han conseguido trabajar en la interpretación y se preguntan cómo yo sí he podido. Yo no lo busqué, nunca pensé que iba a vivir de esto. Simplemente vino y he respondido. Quiero decir que he tenido suerte, pero que luego he puesto mucho de mi parte y nunca he dicho que no a nada.
– Pero, ¿estaba en usted el gusanillo interpretativo?
– El gusanillo, en sí no. Pero siempre he sabido que valía para esto. Es como las personas que tienen voz y dicen yo puedo cantar, pero nunca han pensado que se iban a dedicar a ello. Cuando me han llamado he tenido la seguridad de que iba a poder hacerlo.
– Una vez en el ajo, ¿ha estudiado algo relacionado con la interpretación?
– He sido absolutamente autodidacta. He leído muchísimo y la comprensión de los personajes la tengo. El teatro me ha costado muchísimo trabajo porque soy bastante inexperta, no tengo la experiencia que tienen otras actrices maravillosas del panorama nacional. Yo soy bisoña, bisoña. Pero Juan en esta obra me ha enseñado muchísimos aspectos técnicos, desde las maneras de estar y salir del escenario hasta a cómo proyectar la voz. Yo he dado clases sin necesidad de micrófonos porque tengo una voz potente, pero no es lo mismo. No se me oía lo suficiente,se me secaba mucho la boca, no podía seguir. Yo no era actriz de teatro y he pulido mi rudeza a lo largo de las representaciones.
– Entonces Juan ha sido verdaderamente como un hijo para usted…
– juan está siendo un gran maestro para mí. Yo ya había hecho otras representaciones que han tenido mucha aceptación como La Casa de Bernarda Alba, o el papel de la vieja pagana en Yerma con Miguel Narro, con muy buenas críticas, o incluso Hécuba en el teatro de Mérida y sin micrófono, pero el pulido de Juan no me lo había dado antes nadie.
– ¿Tiene usted algún vínculo con nuestra tierra?
– Muchísimos, Huelva es una ciudad extraordinariamente transitada y conocida para mí. Desde bien pequeña he ido mucho porque mi tía, una hermana de mi padre vivía allí. Además en Bollullos Par del Condado también he estado muchísimo, la tata era de allí. Siento una gran vinculación con Huelva por muchos motivos.
– Tenemos entendido que veraneaba usted en Huelva, ¿es así?
– Sí, he tenido la suerte de veranear en Punta Umbría muchos años y ahora tengo casa en Isla Cristina. A efectos de veraneo yo soy de Huelva.
– ¿Qué es lo que más le gusta de la provincia?
– ¿Lo que más me gusta? ¡Qué difícil! Mira hay una sevillana muy bonita que dice Marisma, Condado y Sierra. Me gusta toda la provincia porque tiene distintas zonas con características propias. Huelva tiene una personalidad extraordinaria. ¡Yo soy de Huelva total! Voy a El Rocío, soy rociera desde hace muchísimos años. Me gusta todo porque además como ciudad es muy cómoda y tiene a la mano todos los servicios, encima el mar está ahí al lado…las Marismas que son preciosas, son un regalo para la vista. La gente es muy alegre y tiene unos productos gastronómicos que más vale no pensarlo (risas).
– Siendo usted de Sevilla siente una gran pasión por la tierra onubense, es una gran embajadora…
– ¡Sí! No entiendo esas rivalidades absurdas que existen entre provincias. Todo lo que da al mar es fundamental para los sevillanos y Huelva es parte de ello. Es la prolongación hacia el mar, es como parte de nuestra tierra. ¡¿Por qué se le ocurriría a Isabel II dividir España en provincias?! (risas). Cuando me preguntan en Madrid que donde veraneo yo les digo que en la costa onubense porque me encanta el poniente y que no han visto una puesta de Sol como las que hay en Huelva.
– ¿Había interpretado antes en Huelva?
– En el Gran Teatro he representado precisamente La Casa Bernarda Alba, de Juan Pérez Osorio. Esta vez vengo a la Casa Colón, en la que no he interpretado, pero que conozco bien porque he venido muchas veces al Festival de Cine Iberoamericano. Precisamente Yerma clausuró en 1998 el Festival y se presentó Solas, aunque no se había terminado de rodar.
– Y, cómo público, ¿cómo son los onubenses?
– Fantástico. En general en Andalucía el público no tiene nada que ver con el resto de España. Es maravilloso. Hay localidades en las que durante la función no sabes nada de ellos, están serios y circunspectos, pero en Andalucía te interrumpen para aplaudir y da una alegría…porque ves que colaboran, que están metidos de lleno en la obra.
– Ya para terminar, por su hijo, profesor en la Universidad de Sevilla, tiene una vinculación especial con el Periodismo, ¿qué le parece que haya un medio como Huelva Buenas Noticias?
– Me parece fantástico por muchísimas razones, sobre todo porque en tiempos como en los que vivimos ahora se ven las cosas de una manera muy negativa. Así que creo que es una idea y una labor preciosa la de contar historias buenas y buscar el lado positivo de las noticias.