HBN. Centenares de onubenses se han desplazado este fin de semana a Córdoba para vivir en primera persona la celebración de la Procesión Extraordinaria Magna Rociera organizada por la Hermandad del Rocío de Córdoba con motivo del Año Jubilar Rociero y como clausura del Año de la Fe. Un acto histórico en el que la Hermandad Matriz de Almonte fue la gran invitada y coprotagonista, acudiendo en su representación su presidente, Juan Ignacio Reales Espina, y su junta de gobierno, además de numerosos hermanos (más de 300).
El evento, bautizado como ‘Rocío de la Fe’, dio comienzo más de media hora más tarde de lo programado, en torno a las 15.40 horas, momento en el que los Simpecados de las hermandades de Córdoba y de Almonte salían de la iglesia de San Pablo con destino a la catedral al son de los tamborileros almonteños, que abrían el cortejo. Al mismo tiempo, desde otros templos de la ciudad, partían los Simpecados de las restantes hermandades rocieras de la Diócesis de Córdoba –Cabra, Lucena, Priego de Córdoba y Puente Genil-, dando lugar a cinco ‘peregrinaciones’ que cordobeses y visitantes festejaron de manera muy animada, con vítores entre las notas de los acompañamientos musicales.
Priego fue la primera en alcanzar la mezquita catedral y colocar su Simpecado en el altar mayor, gesto que repetirían las demás hermandades. Sobre las 17.30 horas daba comienzo la Misa Pontifical que ofició el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, -concelebrada por medio centenar de sacerdotes- y que fue cantada por el Coro Rociero ‘Los Peregrinos’ de Puente Genil.
Concluida la eucaristía, que siguieron más de 4.000 fieles, dio comienzo la Procesión Magna por el centro de Córdoba, con los cinco Simpecados cordobeses en sus carretas, hasta llegar a la plaza de las Tendillas, en pleno centro de la ciudad, visitando durante la procesión hasta 15 altares, que representaban los 15 Misterios de la Virgen.
En las Tendillas, el Simpecado de la Hermandad Matriz, que llegó desde la iglesia del Salvador, fue entronizado en el altar que se había montado al efecto, desde donde esperó la llegada de sus hermanos cordobeses para comenzar la celebración del Acto de Fe, que nuevamente estuvo presidido por el obispo de Córdoba. El evento concluyó con la bendición papal concedida para la ocasión que impartió Demetrio Fernández.
Durante la ceremonia, que finalizó con una Salve Rociera, intervino el grupo Cantares de Huelva, que interpretó las sevillanas ‘Rocío de Fe’ que ellos mismos han compuesto para tan especial acontecimiento. Sería la segunda vez en la jornada que entonaran este himno, pues sus voces también sonaron durante la eucaristía en la catedral.
La jornada se clausuró con la bendición de un monumento dedicado a la Blanca Paloma en los Jardines de la Virgen del Rocío, en la zona de Miraflores y con una ‘Pará rociera’ en los Reales Alcázares, donde se recreó una ‘Noche en el Camino’ que duró hasta altas horas de la madrugada.