RFB. No nació en Huelva, pero como si lo hubiese hecho. Pilar Mateos Paradas lleva casi toda la vida aquí, donde ha formado con su paymoguero Zacarías una familia onubense total. Su origen está en Plasencia, con el crucial acontecimiento de encontrarse, junto a su hermana Maite, huérfana de padre y madre a los nueve años. Una dura experiencia que marcó sin duda su vida, y que determinó un carácter resiliente, pero afable y agradecido. Hoy es nominada a los premios Buena Gente de Huelva.
La imagen más antigua que mantiene en su memoria es la de su madre, la última vez que estuvo con ella, hablando. Era una buena estudiante y describe su vida colegial como genial. Estudió en un colegio de monjas y más tarde, al igual que su hermana, se aplicó a Filosofía y Letras.
Tuvo estancia y formación en el Castillo de la Mota, y desde allí conectó con nuestra provincia en una campaña de alfabetización, en la que dirigía un equipo de cinco compañeras. Iban recorriendo distintas localidades de la provincia alojadas en una roulot. Esa campaña duró diez años. Es cuando para en Paymogo y su vida coge el camino que sería definitivo, junto a Zacarías Marín. Fruto de ese amor se sumarían a la nómina de onubenses dos chicas, Pilar y Mª del Mar.
De niña, en la monumental ciudad de Plasencia, vivía en las proximidades de su preciosa Plaza, con un discurrir feliz. Su padre entonces le decía que «en la vida, seas lo que seas, lo más importante es ser muy buena persona«. «Mi madre -añade-con su ejemplo de vida, ayudaba a todas las personas necesitadas de nuestro pueblo y eso me lo dejo sellado en mi alma y tras estas vivencias he tenido una gran responsabilidad que ha sido continuar con el legado«.
Le preguntamos por gente que la haya ayudado, que haya sido de alguna forma determinante en su vida. Nos responde que «mi querida amiga Amelia, que tanto nos ayudó a mi hermana y a mí cuando nos quedamos huérfanas tan pequeñas, de madre y padre con 9 años. La persona más maravillosa que he conocido anda por el cielo y se llama Juan Nicolás Márquez, gran amigo y se que me cuida desde allí. Mi amigo Juan Nicolás Márquez, ¡el sí que era buena gente!«.
Pilar Mateos, una vez casada, se dedicó a la crianza de sus hijas. Cuando culminó este periodo, ellas ya mayores, retornó a la vida profesional en la calle, incorporándose al Colegio Entrepinos. La considera una etapa maravillosa, un gran capítulo de su vida…»no puedo más que sentir una profunda gratitud hacia esta casa que me vio crecer, no solo como profesional sino, también, como persona. Fueron años llenos de aprendizajes, desafíos, momentos compartidos y sobre todo, de valiosas experiencias que han dejado una huella imborrable en mi corazón.
Me he venido con el corazón lleno de buenos recuerdos y con la certeza de que el colegio seguirá siendo un lugar donde florezcan talentos, valores y sueños y estaré siempre eternamente agradecida de todo corazón por permitirme formar parte de esta maravillosa casa, me llevo lo mejor de cada uno de ellos y siempre lo recordaré con muchísimo cariño«.
Ha sido y es feliz, «completamente, ayudando a los demás y siempre estando dispuesta a cualquier desafío«. Se emociona al recordar a sus padres y «al sentir el amor de mi marido«. Él es una de sus personas clave, como sus hijas, nietos, nietas y biznieto, y antiguos compañeros y amigos. «Todos importantes en cada faceta de mi vida«.
Para ella ser buena gente es «preocuparse por el bienestar de otros, actúar con empatía y estar dispuesto a ayudar sin esperar nada a cambio. Además una persona ‘buena a gente’ es respetuosa, confiable y tiene integridad. En definitiva, es una expresión que resalta las cualidades humanas más positivas de una persona«.
Si Pilar tuviese capacidad para cambiar las cosas se enfocaría «en varios aspectos que considero fundamentales para mejorar el mundo:
La desigualdad social y pobreza, que se tenga acceso a una educación de calidad, en definitiva, crear un mundo más justo, sostenible y lleno de oportunidades«.
Y en Huelva, en particular, «conexiones ferroviarias. Una queja común entre los habitantes de Huelva es la falta de una red ferroviaria moderna y eficiente que conecte mejor la ciudad con el resto de Andalucía y España.
Movilidad urbana, fomentar el uso de transporte público sostenible y ampliar la red de carriles bici para reducir la dependencia de los coches y promover un estilo de vida más saludable y ecológico. Fomentar nuevas industrias para que Huelva diversique la economía y ofrezca más oportunidades laborales a los jóvenes. Huelva es una ciudad maravillosa que va mejorando día a día«.
Felicidades Pilar.
Pilar Mateos Paradas, nominada Premios Buena Gente Huelva.
