R.B. El corazón de Punta Umbría latió el pasado jueves más fuerte que nunca. El Ayuntamiento ha rendido un emotivo homenaje a Richar Jiménez de Gracia, inaugurando un busto en su memoria que permanecerá para siempre entre las calles que tanto amó.
El alcalde, José Carlos Hernández Cansino, junto a la familia de Richar, amigos, vecinos y vecinas, ha descubierto la escultura donada generosamente por el escultor Martín Lagares, en un acto marcado por las lágrimas, los aplausos y un profundo sentimiento de unidad.
“Martín ha sabido dar forma al sentimiento de un pueblo entero”, expresó el alcalde, destacando que la obra “no es solo una figura, sino el símbolo eterno del cariño que todos los puntaumbrieños sentían por Richar. Fue mucho más que un vecino: fue un ejemplo de alegría, de inclusión verdadera y de amor por los demás”.
Hernández Cansino subrayó que “con este busto, Richar seguirá presente en nuestras calles, en nuestros recuerdos y en nuestros corazones. Porque él representaba lo mejor de nosotros mismos: la bondad sin condiciones, la amistad sincera y la capacidad de unir a todo un pueblo”.
La escultura, instalada en la plaza 26 de Abril, se erige como un recordatorio permanente de esos valores que Richar transmitió cada día con su sonrisa y su abrazo. A su lado, una placa lo resume con ternura infinita:
“Sonrisa eterna, abrazo infinito. Siempre en Punta Umbría.”
El escultor Martín Lagares, que tuvo que adelantar su encuentro con la familia por motivos de trabajo, compartió unas horas antes con ellos y con el alcalde un momento íntimo y cargado de emoción en la Alcaldía, donde expresó su gratitud por poder participar en este homenaje tan especial.
Por su parte, la familia de Richar quiso agradecer “la sensibilidad del Ayuntamiento y el gesto del artista, en una iniciativa que ha conseguido unir a todo un pueblo en torno al recuerdo de una persona única”.
Richar Jiménez falleció el pasado 14 de agosto, dejando un vacío inmenso en Punta Umbría. Su partida conmovió profundamente a la localidad, que ha querido responder con este tributo cargado de amor. Richar, vecino querido y entrañable, era símbolo de inclusión, ternura y alegría contagiosa, un alma luminosa que seguirá siendo, para siempre, parte de la historia viva de Punta Umbría.
