M.M.R. Entusiasmados por la ilusión que suscita el nuevo pontificado todo el mundo quiere atribuirse un trocito de protagonismo asociado a la figura de Robert Francis Prevost (ya Papa León XIV), y también en Huelva. Un contexto en el que los medios de comunicación andan como locos por la dinámica de generación de audiencias que ello está causando. En Perú dicen que es peruano (jurídicamente lo es y hemos visto que en su primera alocución se ha significado su vínculo). Su presidenta señala que Dios quiere éspecialmente a Perú por este acontecimiento. EEUU siente orgullo porque Prevost naciese en Chicago. Los franceses e italianos se congratulan de su origen paterno italo-francés. En España se señala, naturalmente, que su familia materna tiene origen español. Llamándose Martínez parece incuestionable.

Y en Huelva hemos destacado que el recien elegido Papa la ha visitado en tres ocasiones siendo Prevost obispo y superior de la Orden Agustiniana, a tenor de lo manifestado por su hermano agustiniano, Emilio Rodríguez, vicario general de nuestra diócesis. Hasta aquí todo contrastado y más que digno de resaltar. Pero el problema es que nos hemos venido arriba y con algo tan simple como la coincidencia de apellidos alguien se ha atrevido a decir que el bisabuelo del Papa era Victor Prevost. Este señor fue uno de los precursores de la antigua Escuela Francesa de Huelva, aquella que estuvo en la calle La Fuente, entonces General Bernal. Gabriel Pierre Joseph Prévost, más conocido como Víctor, ostentó el consulado francés en nuestra provincia y desempeñó el cargo de director de la Sociedad Francesa de Piritas de Huelva, que explotaba las minas de Valdelamusa. Tuvo dos hijos, niño y niña, que nacieron en la aldea minera onubense. El varón habría sido, hipotéticamente, el abuelo del actual papa. Habría quedado constancia de ello, en ese caso, en las visitas del obispo Prevost a Huelva. Pero eso no sucedió.
Un poco aventurada la conexión, desde luego, basándose exclusivamente en una coincidencia de apellidos. Pero hay medios, sorprendentemente, que se han hecho eco. Y la cosa no queda ahí. Hemos escuchado en una de las principales cadenas de televisión nacional, en el informativo, además del ‘bisabuelazgo onubense‘, que la madre del Papa era de Huelva. Menudo lío. Han mezclado chivos con cabras y como nuestro querido Emilio Rodríguez ha declarado que la familia materna era de origen andaluz (cordobés), pues al ser vicario general de Huelva se han liado y al final han hecho a la madre onubense.
La realidad es que distintas referencias genealógicas indican que Louis Marius Prevost, padre de León XIV, nació en 1920 en Chicago, la capital del estado de Illinois. Dedicó su vida a la enseñanza y la formación religiosa, desempeñándose como profesor, catequista y responsable en distintos niveles de escuelas católicas de la ciudad. Falleció en 1997, también en Chicago.
Su padre, Jean Prevost —abuelo del Papa—, había nacido en Italia en 1876, aunque se desconoce la ciudad exacta. Emigró a Estados Unidos, donde se estableció en Chicago y trabajó como maestro de lenguas romances. Murió en 1960. En la misma ciudad contrajo matrimonio con Suzanne Louise Marie Fabre, originaria de El Havre, Francia, quien también emigró a Chicago. Abuela paterna de León XIV, Fabre nació en 1894 y falleció en 1979.
La historia familiar del Pontífice se remonta aún más atrás a su bisabuelo paterno, Gianni Prevost, de origen italiano, quien da inicio a esta línea genealógica con profundas raíces europeas que se entrelazaron en suelo estadounidense, pero que lamentablemente no tiene nada que ver con Huelva.
Robert Prevost, Papa León XIV, Huelva.