HBN. La Semana Santa de Huelva se adentra en su recta final y lo hace con una de sus jornadas más solemnes y emotivas: el Viernes Santo. La tarde cae sobre la ciudad con un aire de nostalgia. Lo vivido durante toda la semana comienza a convertirse en recuerdo, pero aún queda por disfrutar una jornada cargada de simbolismo, sobriedad y belleza.
Cuatro hermandades tomarán las calles en este día de contrastes: desde la austeridad del Descendimiento hasta la majestuosidad del Santo Entierro, pasando por la serenidad de la Soledad y el fervor de la Fe.
El barrio de Viaplana abrirá y cerrará esta jornada. La Hermandad del Descendimiento marcará el inicio, ofreciendo una de las estampas más sobrecogedoras del día a su regreso por la plaza de San Pedro, iluminada solo por la luz de las velas y el sonido del tambor destemplado.
Desde el centro de Huelva, el Santo Entierro mostrará todo su esplendor institucional, con un cortejo en el que se integran las autoridades eclesiásticas, civiles y militares de la ciudad. Una procesión que simboliza el duelo colectivo por la muerte de Cristo.
La Soledad del Silencio pondrá el broche espiritual al día, recorriendo en la oscuridad las estrechas calles del casco histórico, acompañada de saetas, respeto y emoción. Muchos consideran que con Ella se cierra de verdad la Semana Santa.
Pero aún quedará un último suspiro cofrade. La Hermandad de la Fe regresará a Viaplana pasada la medianoche, con la recogida de la Virgen de la Caridad marcando el punto y final del Viernes Santo. Una cofradía de barrio que aporta cercanía y calor popular al final de una jornada que es, sobre todo, una despedida.
El Viernes Santo se vive con el corazón encogido, pero también con gratitud por lo compartido durante toda una semana. La Resurrección se acerca, pero antes, Huelva se recoge en silencio con sus últimas cofradías.
