HBN. Este Martes Santo, la ciudad de Huelva vive uno de los días más intensos y solemnes de su Semana Santa, en el que la Hermandad de los Estudiantes vuelve a convertirse en uno de los principales focos de devoción y belleza procesional. Una jornada cargada de simbología que en este 2025 se enmarca en la conmemoración del 75º aniversario fundacional de la cofradía.

Desde su sede en la parroquia de San Sebastián, la hermandad ha iniciado su estación de penitencia a las 18:50 horas, recorriendo con recogimiento y elegancia enclaves emblemáticos como el Paseo Independencia, Plaza de la Merced, Méndez Núñez, Gran Vía y Carrera Oficial, donde ha llegado en torno a las 21:30 horas. Una procesión marcada por la seriedad y el respeto, características que definen el sello propio de los Estudiantes, que ha tenido que padecer algunos momentos de lluvia.

Aún en estas circunstancias, el paso del Santísimo Cristo de la Sangre, con su imagen serena y sobrecogedora, continúa despertando admiración por su sobria puesta en escena. Este año, el Señor ha recorrido las inestables climatológicamente calles de Huelva tras haber presidido el emotivo Vía Crucis oficial con motivo del aniversario, siendo uno de los momentos más recordados de la Cuaresma. Acompañando al paso, los sones de la Capilla Musical Ars Sacra, que han contribuido a crear un ambiente de oración e introspección.

Por su parte, el palio de Nuestra Señora del Valle ha lucido con todo su esplendor, estrenando un nuevo techo bordado diseñado por Manuel Ponce, presentado en la exposición conmemorativa de la hermandad. Un avance artístico que enriquece su patrimonio y da continuidad a un proyecto que simboliza la evolución y el amor por el detalle. Tras ella, ha sonado con dulzura la Banda Municipal de Música de Huelva, cuya interpretación ha aportado lirismo y emoción a cada paso.
En este 2025, la Hermandad de los Estudiantes continúa demostrando su capacidad para conjugar historia, patrimonio y compromiso social. A través de su solemne discurrir, ofrece a Huelva un testimonio de fe joven pero profundamente arraigada, escribiendo una nueva página en el corazón del Martes Santo.