José Manuel Alfaro/Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. La laguna de Cañaveral de León, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2009, recupera todo su esplendor gracias a las lluvias de marzo que han permitido su llenado después de unos años en los que la sequía ha sido el factor determinante que había evitado que los cañeteros y cañeteras, así como todos los serranos de la comarca pudieran disfrutar de un baño relajante en sus aguas cristalinas, como lo van hacer este verano. En el que el angosto paisaje desértico de los últimos años dará paso al jolgorio de los niños y niñas que disfrutaran de su fiesta el agua en esta laguna mientras sus madres y padres hacen nudismo tomando el sol y cocteles en cómodas hamacas de madera de teca con cojines forrados de tela de lino de color blanco impoluto.
Pero esa no será la única novedad de la que podrán disfrutar en esta laguna, que un consorcio internacional para la diversidad ha incluido en la red de cría de una de las especies de agua dulce más amenazadas del planeta y poder así contribuir a sacar de la lista de especies en peligro de extinción a esta especie tal como se ha conseguido con el programa de cría en cautividad del lince ibérico, en el que se ha pasado de 90 ejemplares en el 2003 a más de 2000 en este último año, consiguiéndose un hito en esta especie que podría tomarse como referencia en el programa de cría en cautividad del manatí, que hará posible que una red mundial de lagunas se convierta en auténticos centros de cría y recuperación de estas vacas marinas.
Unas vacas que no interferirán en los bañistas y que no entrañarán ningún peligro para ellos, a pesar de que estos animales puedan alcanzar entre 4-6 m de longitud y su peso oscile entre 300 y 500 kg ya que se trata de anímales herbívoros. En cuanto a su reproducción, estas vacas darían a luz cada 2 a 5 años una cría de 35 Kg de 90 a 120 cm de largo. Una cría que permanecería con ella al menos 2 años, hasta que pueda comenzar a comer alimentos duros. Si todo va bien un manatí podría vivir unos 80 años en la Laguna de Cañaveral de León.
Aunque el proyecto solo contempla a Cañaveral de León como una ubicación temporal. Si se dan las circunstancias, este manatí se podría quedar durante todo el tiempo que la laguna estuviera llena, aunque en el caso de que por circunstancias climáticas está se vaciara, se podría trasladar a uno de los pantanos aledaños hasta que volviera a recuperarse la lámina de agua de la laguna. También hay que destacar que en todos los puntos de planeta en los que se han llevado este tipo de programa, los manatíes que se han utilizado han terminado convirtiéndose en parte intrínsecas de estos lugares, algo que podría suceder en Cañaveral que podría convertir en mascota oficial a este mamífero sirénido.
De las cuatro especies actuales que hay de este mamífero, en el caso de Cañaveral de León se habría optado por el Trichechus senegalensis o manatí africano. Especie para la que ya se prepara todo el pueblo para recibir en sus brazos y convertirse así en la atracción del verano para la que ya están organizando actividades de educación ambiental que ponga en valor el nuevo hijo predilecto de Cañaveral de León.