HBN. España está viviendo algo insólito a lo que no está acostumbrada: la electricidad está en precios negativos, pero que nadie se confunda; eso no se traducirá en un ahorro para el consumidor. De hecho, si recurrías a los préstamos online inmediatos para pagar tus suministros, tendrás que seguir haciéndolo.
El pasado 1 de abril, exactamente entre las 14:00-17:00 horas, el mercado tuvo valores negativos marcados por un mínimo de -0,01 €/MWh. La razón no es otra que una baja combinación de la demanda debido, en parte, a que fue festivo en muchas comunidades y a que se generó mucha energía renovable por el buen tiempo.
La factura no lo nota
Como la mayor parte de los ciudadanos tienen contratos de mercado libre con unas tarifas estables, no notan este tipo de cambios en sus facturas. La Organización de Consumidores y Usuarios lo deja claro: que la energía esté en precios negativos no implica ni su gratuidad ni descuentos directos en las facturas de los clientes.
De hecho, el consumidor no solo pagará por la electricidad que consuma, sino que también lo hará por los costos adicionales, lo que incluye peajes, cargos del Ministerio y de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y, también, los ajustes que sean necesarios en los precios del PVPC (precio voluntario para el pequeño consumidor).
Revisar bien las tarifas
Desde que comenzara enero de este año 2024, el PVPC ha añadido un ajuste basado en los mercados a plazo. Esto ha propiciado un incremento del precio en un extra del 26% reflejado en el mes de marzo.
La recomendación más acertada es que se revisen bien las tarifas energéticas y se tenga en cuenta la posibilidad de modificar el contrato a otro más flexible que refleje los movimientos del mercado mayorista.
Es cierto que una tarifa como el PVPC, que está indexada, puede resultar atractiva cuando los precios sean bajos, pero a largo plazo, cuando se producen ajustes en el mercado, resultan limitantes a la hora de ahorrar en una factura final. Usar comparadores de tarifarios es una buena opción para encontrar ofertas.
Qué pasa con el IVA y el impuesto eléctrico
Durante todo el año 2023, el IVA (impuesto de valor añadido) estuvo reducido al 5%. Tras una serie de cambios en la legislación, se subió al 10% para el año 2024 siempre que la media del precio del mercado mayorista estuviera por encima de los 45 €/MW h. De no ser este el caso, el IVA a aplicar sería del 21%.
El pasado mes de febrero, este precio fue inferior (40€), lo que supone que las facturas que incluyeron el consumo de marzo volverían al IVA del 21% para ajustarse a la normativa actual vigente. Este impuesto puede ir cambiando, dependiendo de cómo esté el precio de la electricidad respecto al umbral que establezca el Gobierno.
El impuesto eléctrico, por su parte, fue del 0,5% en 2023, después pasó al 2,5% hasta finales de marzo, luego será del 3,8% hasta finales de junio y a partir de julio volverá a ser del 5,113%. Hay algunas compañías que compensan al cliente de algún modo esta subida de impuestos para que su ritmo de facturación no se vea interrumpido.
Rebajas fiscales de 2024
A modo de resumen, el nuevo año está viendo cómo hay cambios que aumentan la factura de la luz por los impuestos. Hay una serie de medidas fiscales que se han programado desde el Gobierno para todo el año con la idea de suavizar la carga financiera en un momento de volatilidad económica.
La primera es la ya mencionada del aumento del IVA del 5% al 10% siempre que el precio no supere los 45 € y no superen los 10 kW/H en el contrato de potencia. Si el precio supera esa cifra, el IVA llegará al 21%. La regulación toma como referencia el precio del mes natural anterior al último día de facturación.
El IVA en productos como el pellet, las briquetas y la madera para leña subirá del 5 al 10% hasta el 10 de junio para volver después a un 21%. Por último, se producirá una reducción del impuesto a la producción de energía eléctrica que hoy está en el 7%. Este impuesto se suspendió en el año 2023, se verá reducido en el año 2024.
Las medidas del Gobierno pretenden conseguir un alivio financiero para el consumidor y seguir con una estabilidad energética pese los precios y las fluctuaciones. Es de esperar que beneficien tanto a empresas como a hogares sobre todo en un marco global donde sigue reinando la incertidumbre.