Veinte años cuidando de los niños y niñas onubenses en situación de desprotección

Foto del Equipo Técnico de la Asociación Alcores en 2020.

Redacción. La Asociación Alcores nace en Huelva hace 20 años atrás. En 2002 se creó esta asociación sin ánimo de lucro destinada a trabajar por el bienestar de los niños y niñas, atendiendo a la infancia más desprotegida. La Asociación Alcores empezó su recorrido con 3 técnicos en su plantilla, contando en la actualidad con un equipo interdisciplinar formado por 30 técnicos, entre los cuales se encuentran: psicólogos, trabajadores Sociales, educadores, abogado, etc.

La Asociación Alcores cuenta con dos programas, subvencionados por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, como son: El Programa de Acogimiento Residencial de Menores (Centros de Protección) y el Servicio de Apoyo al Acogimiento Familiar de Menores (Familias de Acogida).



En la provincia de Huelva, hay niños y niñas que de forma temporal y a veces urgente, tienen que salir de su hogar porque se encuentran en una situación de desprotección y riesgo para su desarrollo adecuado, para acudir a otro recurso más estable de protección.

Los niños, niñas y adolescentes que han sido separados de su padre, madre o persona cuidadora principal han padecido situaciones de negligencia, malos tratos u otras circunstancias dolorosas y traumáticas. La mayoría presentan unas especiales necesidades que se pueden reflejar en su capacidad para establecer relaciones afectivas, para mantener relaciones sociales, manejar sus emociones, etcétera.



Asimismo, estos niños y niñas también tienen muchas potencialidades y fortalezas. En muchas ocasiones han aprendido a sobrevivir, han conseguido superar múltiples obstáculos en sus cortas vidas y se han adaptado como mejor han podido a un entorno difícil. En ocasiones, han asumido responsabilidades propias de personas adultas y se han mostrado autónomas e independientes en  situaciones adversas.

Dentro del Programa de Acogimiento Residencial, cabe reseñar que los Centros de Protección constituyen espacios donde se atiende a estos menores, prevaleciendo la calidad técnica y la calidez humana. El acogimiento residencial constituye una alternativa válida, que se utilizará sólo cuando resulte más beneficiosa para el menor, por sus condiciones personales. A lo largo de estos años, cada vez es menor el perfil de niños y niñas menores de 7 años en centros, fomentando el acogimiento familiar de menores para esa franja de edad.

Con respecto al Servicio de Apoyo al Acogimiento Familiar de Menores, existen muchas familias dispuestas a cuidar y atender a niños y niñas en situación de desamparo con edades hasta los 6 años. Sin embargo, hay una gran dificultad para encontrar familias para menores a partir de 7 años, grupos de hermanos y/o hermanas, menores con problemas de salud, problemas emocionales o algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial.

Las modalidades de acogimiento en la Comunidad Autónoma son tres:

1. Acogimiento familiar  de urgencia:   Se utiliza cuando se debe intervenir de forma urgente e inmediata con menores, sobre todo en edades comprendidas entre 0-7 años, que no pueden permanecer más tiempo con su familia biológica. Gracias a las familias acogedoras de urgencia se puede evitar su ingreso en centros de protección, dándoles a cambio un hogar y una familia que les cuidará  y protegerá durante un breve tiempo.

Para ser familia acogedora de urgencia, al menos una de las personas cuidadoras principales deberá tener disponibilidad para atender las necesidades que presente la persona menor. Este acogimiento siempre es remunerado.

2. Acogimiento familiar temporal: Tiene carácter transitorio y se promoverá cuando, existiendo una situación de crisis en la familia del menor o la menor, se prevea su reintegración familiar o en tanto se decide una medida más estable, como el acogimiento familiar permanente o la adopción. Tendrá una duración máxima de 2 años.

3. Acogimiento familiar permanente: Se promoverá cuando no existiendo reinserción adecuada del menor o la menor en su familia biológica, las características y deseos personales o las específicas circunstancias de su situación aconsejan su integración estable y duradera en otra familia, sin creación de vínculos de filiación entre ellos. Las familias que acogen, cuidan y atienden de forma estable a estos niños y niñas saben que conservar los lazos con sus familias biológicas (con uno o varios miembros) es positivo e importante para ellos. Aunque este acogimiento finaliza al llegar a la mayoría de edad, normalmente, las niñas y niños acogidos de manera permanente y estable continúan conviviendo de manera indefinida en el hogar. La relación de afecto y cariño establecida con ellos hace que de forma voluntaria y natural esto ocurra en muchos casos.

«A lo largo de estos 20 años, queremos agradecer principalmente, a las diferentes administraciones que han creído y apostado por nuestra labor; A las entidades provinciales y a todos los técnicos y técnicas que nos han ayudado en la difusión del Acogimiento Familiar y que han trabajado por el bienestar de los menores en desamparo; a los trabajadores y trabajadoras que durante estos 20 años han formado parte de esta familia, por su voluntad de ayuda y su vocación personal y profesional.

Desde aquí, el agradecimiento eterno y especial a las familias acogedoras, por abrir su hogar a estos niños y niñas que necesitan abrigo y amparo.»



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