Redacción. La Diputación de Huelva, a través del servicio de Cultura, ha presentado hoy el libro Una educación: la formación vital de un niño en los años de asentamiento de la dictadura nacionalcatólica, del escritor onubense Antonio Santos Barranca, con prólogo de Francisco Espinosa Maestre, en el que el autor relata sus vivencias de niño durante los años de la dictadura nacionalcatólica.
La diputada de Cultura, Bella Canales, acompañada por el autor a través de videoconferencia, ha dado a conocer a los medios esta obra, editada por el servicio de Publicaciones de la institución provincial y englobado en la Colección Divulgación, de la que se han realizado 300 ejemplares que se distribuirán por la bibliotecas provinciales.
Canales ha señalado que “en este libro de memorias, Antonio Santos Barranca nos muestra su experiencia educativa de la posguerra española, describiendo las vivencias de un niño destinado, en principio, a ser aprendiz en un taller y al que le cambió la suerte al ser uno de los primeros en conseguir una de las llamadas “becas de esfuerzo” para estudios, puestas en marcha por el franquismo para hijos de trabajadores con escasos recursos económicos, lo que le permite vivir una infancia y pubertad distinta al de su ambiente familiar”.
Como ha indicado el propio autor, que ha agradecido a la Diputación haberle brindado la oportunidad de publicar su libro, esta obra “cuenta la historia de un niño que estaba destinado a ser aprendiz en un taller en Riotinto porque su padre es ajustador allí y cómo le cambia la vida al serle concedida esta ‘beca entera’ -unas 300 pesetas mensuales, la cuarta o quinta parte de lo que cobraba mi padre-, que obtuve a través de un examen en el colegio”.
Así, Santos recrea “mi infancia, la vida familiar tanto en el Barrio Obrero de Huelva donde nací, como en la localidad de Encinasola, el paso del colegio al instituto, que supuso un cambio importante en mi vida y del que recuerdo con detalle las clases y los profesores”.
Santos Barranca ha incidido en que “el eje central de la obra es precisamente la educación, esos años infantiles en el Colegio de Ferroviarios, los juveniles en el Instituto La Rábida y una etapa final previa a mi traslado a Madrid para cursar una carrera, todo ello logrado gracias a una beca especial de la que muy pocos podían disfrutar”.
