Franky, contagiando cada día el bendito virus de la ilusión

RFB. Franky tiene carisma. Pero carisma del bueno, si me permiten la distinción. Y tener carisma es un punto de partida. Pero Francisco Ruíz va más allá, es un tío carismático y buena gente. Por eso cuadraba y hubo quién lo propuso al título de Buena Gente de Huelva, y ahora es sorprendido -solo para él- y nominado.

Somos emociones, somos química y magnetismo. Y cuando tenemos a alguien al lado notamos mucho más que las percepciones de los sentidos convencionales. Vemos, oímos, olemos, saboreamos y tocamos, pero hay más. Y el caso de Franky es el de aquellos que te sientes bien en su cercanía y, tras la charla o el contacto, te vas con una sensación de bienestar indescriptible pero incuestionable.

Da igual que estés tomando una cerveza, que estés tocando con él o que te atienda en el mostrador de Ramblado. Esa energía positiva la exhala sin interés a cambio, porque disfruta haciéndolo, generando felicidad a su alrededor.

Nos comentaba con guasa Franky que se le ha hecho una pequeña faena. Ahora su mujer está todo el día diciéndole haz esto, haz aquello, comportarte así o de aquella manera, y si el juicio de lo que hace no da la talla va y le sentencia «pues menudo buena gente estás tu hecho«. Y es que como un suplemento especial a su buena condición, como un extra a su equipamiento de serie, Franky es un cachondo y un artista, musicalmente pero también en todos los sentidos.

Y como los genios, en su sincera y honesta humildad recibió la noticia. Nos contó que se enteró de la nominación por medio de amistades que le enviaron whatsapps por la mañana temprano con el enlace del periódico. «Y qué quieres que te diga, me sentí súper bien. Era una cosa súper bonita y la verdad que han pasado ya 10 días desde la noticia y sigo sin creer que me lo merezco realmente con toda la buena gente que hay por ahí«.

Conoce a muchos de los que están nominados para los premios buena gente porque en Huelva sabemos de la mayoría y esos quince son de los queridos por todo el mundo. Aunque no haya tratado muy a fondo a la mayor parte nos señala que «sí conozco sus labores y reconozco su dedicación a muchas cosas de Huelva y a cosas fantásticas y maravillosas que hacen por la ciudad, por la humanidad y por toda nuestra sociedad«.

Cree que abundan las buenas personas pero no le gusta el postureo que ahora es muy propio de las redes sociales. Y particularmente considera que en Huelva hay muy buena condición, mucha gente solidaria y comprometida. Añade que tenemos que ser ambiciosos, sacar lo mejor de nosotros mismos sin compararnos con nadie, y defender nuestra identidad.

Agradece haber tenido en su vida a muy buenas personas de referentes. Se siente muy feliz de haberse criado en una familia que siempre le ha inculcado los mejores valores. Estudió en Maristas y el colegio Diocesano de pequeño y considera que eso le ha ayudado también a ver las cosas sobre la base de unos buenos principios y valores.

Sobre todo su claro ejemplo a seguir como buena persona es el de su madre. Y también el resto de su familia y la gente de su alrededor. Añade que en su entorno laboral tiene un jefe/compañero que considera que es buenísima persona, «llevo muchos años trabajando con él y me hace aprender y crecer todos los días un poquito más«.

Sin duda vemos lo que proyectamos y la condición de Franky interactúa en doble sentido con los demás. Da y recibe, regala y le regalan. Los valores en concreto que más considera en el prójimo y que trata de cultivar son la humildad, la dedicación, el trabajo, la honestidad, la autenticidad, la claridad…

Nos dice esto y pensamos: Franky es un tío transparente, franco y sincero. Y lo conjuga con el ánimo permanente de agradar a los demás, cosa que consigue. Ha sido un placer entrevistarle porque te vas con una sonrisa y la sensación de llevar las pilas bien cargadas.

Culminó la breve charla afirmado que en su vida le ilusionan muchísimas cosas. «Soy de esos románticos que disfrutan de su trabajo, disfrutan de la familia, disfrutan de todo lo que va aconteciendo y sobre todo me gusta aprender de lo que viene. Cuando vienen cosas malas uno aprende de esas cosas malas, cuando vienen cosas buenas uno las disfruta. Ilusiona vivir, me ilusiona tener gente válida alrededor, me ilusiona a tener salud, me ilusiona amanecer todos los días y me ilusiona mis aficiones mis ‘religiones’ …todo me ilusiona coño«.

No te acerques a Franky, tiene el ‘virus’ de la ilusión, y lo contagia.

Premios Buena Gente de Huelva, Fundación Cajasol, Huelva Buenas Noticias.